jueves, 30 de septiembre de 2010

LA MEDIDA DEL AMOR

Lectura: Juan 15:9-17.
"Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos" Juan 15:13
El 2 de octubre de 1954, el teniente James O. Conway estaba despegando del aeropuerto Boston Logan en un avión que llevaba una carga de municiones. Cuando su nave ya estaba en el aire, repentinamente perdió energía sobre la bahía de Boston; en un instante, Conway enfrentó una brutal elección —saltar del avión y salvar su propia vida, o estrellarlo contra la bahía causando su propia muerte.
Si saltaba, el avión se estrellaría contra un vecindario en el este de Boston, lleno de hogares y familias. De una manera asombrosa, Conway eligió estrellar la nave contra la bahía, dando su vida por las vidas de los demás.
En Juan 15:13, Jesús dijo: «Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos». La disposición a hacer el mayor de los sacrificios para proteger a los demás muestra un corazón que se preocupa más por las necesidades de los otros que por las propias. Alguien dijo una vez que «la medida del amor es lo que uno está dispuesto a entregar por él». Dios el Padre amó tanto que entregó a Su Hijo. Cristo amó tanto que entregó Su vida, hasta el punto de llevar nuestros pecados sobre Sí y morir en nuestro lugar.
La medida del amor de Dios por ti es grande. ¿Has aceptado Su amor de manera personal?
Reflexión: Nada habla con mayor claridad del amor de Dios que la cruz de Cristo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿POEQUE DIOS ES TAN MALO?

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra". 2Cronicas 7:14

Hay personas que piensan que Dios es malo porque hay demasiada hambre en el mundo, porque hay guerras, porque la gente se muere de enfermedades, porque hay demasiada pobreza o porque simplemente la novia que yo quería me dejo y por esa razón Dios es malo, pues no nos deja disfrutar de las cosas que queremos.

¿Pero será cierto que es Dios es malo?

Otros quieren pensar que Dios no existe, porque si existiera no habría tanta maldad en el mundo como lo hay, y las personas buenas no tendrían que sufrir y las malas no tendrían que gozar. Pero si esto fuera así también diríamos que no existen los peluqueros porque hay demasiada gente con su cabello largo o que no hay zapateros, porque hay demasiados zapatos rotos.

Es ilógico pensar esto y solo puede nacer de una mente que quiere excusarse de todo para no reconocer que necesita de Dios.

Dios no tiene la culpa del hambre del mundo, Dios no tiene la culpa de las guerras o de las enfermedades, Dios quiere que cada uno de nosotros nos humillemos delante de El para que el pueda sanar nuestra tierra, pero lastimosamente el orgullo humano es tan grande que lejos de reconocer a Dios como su único Salvador prefiere tildarlo de inexistente.

Amigo esto es en especial para ti que aun no quieres reconocer a Cristo como tu Señor y Salvador, yo te pregunto en esta hora: ¿Qué te ha dado la vida que llevas?, ¿Desilusiones?, ¿Tristezas?, ¿Felicidad momentánea y corta?, eso no es lo que Dios quiere para ti, Dios anhela verte bajo su cobertura, el quiere que elimines del disco duro de tu mente todo aquello que te quiere hacer pensar que el no existe.

Las decisiones que el ser humano toma nos llevan a las malas consecuencias y al caos mundial, no puedes culpar a Dios porque las cosas salen mal, cuando realmente ni siquiera lo tomaste en cuenta en la decisión que llevaste a cabo.

La Biblia dice en Crónicas que si nos humillamos, si lo buscamos y nos convertimos de nuestros malos caminos, El ósea Dios nos oirá, perdonara nuestros pecados y sanara nuestra tierra y con ellos a nuestra vida. Pero mientras sigas insistiendo en culpar a Dios de cosas que no vienen al caso, difícilmente podrás entender los propósitos de Dios para tu vida.

Para entender los propósitos de Dios, tienes que estar cerca de El, por esa razón te invito a que analices tu vida y consideres el darle una oportunidad a Dios, y cuando se la des, te aseguro cien por ciento que tu vida no volverá a ser la misma. Te lo digo por experiencia propia y así mismo hay millones de personas alrededor del mundo que lo han experimentado y jamás se han arrepentido de esa tan importante decisión como lo es entregarle tu vida por completo al Señor.

Jesús esta con los brazos abiertos dispuesto a sanar tus heridas, perdonar tus pecados y renovar tu forma de ver las cosas, pero para eso necesitas abrir tu corazón y permitirle que sea el único y suficiente Salvador de tu vida.
¡Ríndete a Jesús hoy!

LUCHANDO POR ARRODILLARSE

Lectura: Colosenses 4:1-12.
"Siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere" Colosenses 4:12
Antes de que John Ashcroft juramentara como senador, se reunió con familiares y amigos para orar juntos. Mientras todos se colocaban alrededor de Ashcroft, éste vio a su padre intentando levantarse del sofá donde estaba sentado. Como su padre estaba delicado de salud, le dijo: «Está bien, papá. No tienes que levantarte para orar por mí». Su padre respondió, «No estoy luchando por levantarme. Estoy luchando por arrodillarme».
Su esfuerzo me recuerda al que a veces demanda interceder por un compañero creyente. En Colosenses, Pablo se refiere a Epafras como un siervo que estaba «siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere» (Colosenses 4:12). «Rogando encarecidamente» es la traducción de una palabra griega de la que obtenemos nuestra palabra «agonía». Se usaba para describir a los luchadores, que en los juegos de gimnasia griega es esforzaban mucho por vencer a sus oponentes.
Epafras pedía que otros creyentes llegaran a la madurez en su caminar con el Salvador. Nuestra concentración y disciplina debe ser la de pedirle a Dios que venza los obstáculos para el crecimiento espiritual en las vidas de los demás. ¿Estamos dispuestos a rogar «encarecidamente» en oración para que Dios satisfaga las necesidades de nuestros seres queridos?
La oración intercesora es el verdadero trabajo de la vida.

EN UNA FIESTA DE BODAS

Era fiesta de bodas. ¿Se podrá pedir algo más feliz? Fiesta de bodas en Valencia, España. Fiesta de bodas de Justino, un africano de Angola, y Marisabel, una bella valenciana. La novia vestía de blanco, el novio de negro, y veinte invitados especiales, de chaqué. Había, además, otros cincuenta convidados.

No bien entraron los flamantes esposos al restaurante de la fiesta, hizo su entrada la policía. Justino estaba acusado de vender drogas y de estafar a los clientes vendiéndoles heroína mezclada con arena.

Allí mismo, en medio de la fiesta nupcial, se armó tremenda batahola. Hubo golpes, bastonadas y puntapiés, y todos terminaron en la comisaría. De asistentes a una fiesta de bodas pasaron a reos de cárcel.

Lamentablemente no hay felicidad duradera en este mundo. Del momento más feliz es posible caer en la desgracia más violenta, y todo eso en un instante. Es cierto que muchas veces las desventuras se producen por accidente, algo imprevisto, pero en la mayoría de los casos la desgracia es el producto de causa y efecto. Así fue en esta boda.

Justino era un narcotraficante que sumaba al narcotráfico la estafa. Sabía lo que era dar gato por liebre. Daba arena finamente molida en lugar de heroína. De ahí la denuncia a la policía, y de ahí también la intervención policial.

Impera en el mundo, en toda la humanidad, una ley inmutable. Se llama la ley de la cosecha: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).

Casi nada de lo que nos ocurre es castigo de Dios, o ataque del diablo, u obra del destino o acción de demonios. Más bien, casi todas las desgracias que sufrimos son consecuencias de nuestras propias malas acciones. Podemos escoger nuestros hechos, pero no podemos escoger sus consecuencias.

El primer paso hacia una vida de paz y tranquilidad es nunca hacer algo que traiga consecuencias dañinas. Pensemos bien todo lo que hacemos, y midamos bien sus consecuencias. Una vez que la semilla se siembra, nadie puede alterar su fruto. Una vez hecho el mal, nadie puede evitar sus consecuencias.

Hagámonos amigos de Cristo. Él puede y quiere salvarnos. Lo hace dándonos la fuerza para llevar una vida limpia, recta y pura: una vida que sólo cosechará fruto bueno y agradable. Cristo regenera, purifica, salva y da nueva vida.

Hermano Pablo

lunes, 27 de septiembre de 2010

NO HAY NADA,NI NADIE MAS

LA PRIMERA Y ÚLTIMA CITA

Cumplía dieciséis años. La edad florida. La edad de vestirse de largo y usar tacones altos. La edad de la primera cita y del primer baile sin la vigilancia de la mamá. La edad de salir a divertirse con el primer novio. ¡Con razón Lilia Barajas, de Caracas, Venezuela, comenzó feliz la noche! Era la noche de los dieciséis años recién cumplidos.

—Tengo una cita con la felicidad —le dijo a su madre, Lupe Barajas.

Y la madre respondió:

—Ten cuidado.

A sólo dos cuadras de su casa, al cruzar una esquina con su amigo, la atropelló un auto manejado por un borracho. Esa misma noche Lilia murió en el hospital a causa de heridas masivas en el cráneo. Durante su cita con la felicidad se interpuso una cita con un conductor intoxicado.

La crónica policial de los diarios nos trae la misma información de continuo: un conductor borracho atropella a un transeúnte, a quien mata o hiere de gravedad. ¿Y qué del conductor? Casi siempre huye. Escapa a toda carrera por donde puede. Y siempre deja desamparada a la víctima de su vicio. El tal macho bebe hasta embriagarse, pero no es lo bastante hombre como para encarar las consecuencias de sus acciones.

Por eso lo hemos dicho mil veces y lo seguiremos repitiendo: el alcohol es el enemigo del hombre. El alcohol es bueno cuando se aplica externamente —por ejemplo, para desinfectar heridas y masajear músculos doloridos—, pero es muy dañino cuando se aplica internamente, bebiéndolo a destajo.

Ya lo advierte la Biblia: «No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces» (Proverbios 23:31‑33).

El alcohol, la droga y el juego son vicios que dominan a su víctima. Anulan la libertad, nublan la conciencia, entorpecen la inteligencia y rebajan el discernimiento moral. El alcohólico, el drogadicto y el jugador pueden llegar al extremo de matar a sus propios hijos cuando es amenazado el imperio de su vicio.

Por su propio bien y el de todos los suyos, el esclavo del vicio necesita acudir a Jesucristo. Sólo Cristo puede librarlo de esos destructivos dueños del alma. Sólo Cristo da el poder para vencer cualquier vicio. Sólo Cristo da la fuerza para llevar una vida libre. Sólo Cristo da vida nueva. Lo único que el alcohólico y el adicto tienen que hacer es rendirle su corazón y su voluntad a Cristo. Basta con que le digan, en un acto de entrega total: «Señor, soy tuyo. Recíbeme hoy.»

Hermano Pablo

CLAVADO EN LA CRUZ

Lectura: Colosenses 2:9-17.
"[Jesús] os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados" Colosenses 2:13
Fue un culto conmovedor en la iglesia. Nuestro pastor habló acerca de cómo Jesús cargó sobre Sí nuestros pecados y murió en lugar de nosotros para recibir nuestro castigo. Preguntó si alguien todavía sentía culpa por pecados confesados y por lo tanto no estaba disfrutando del perdón de Dios.
Habíamos de escribir el (los) pecado(s) en una hoja de papel, caminar hacia el frente de la iglesia y clavarla a la cruz que estaba colocada allí. Muchos avanzaron y durante varios minutos se pudo escuchar el aporreo contra los clavos. Por supuesto que este acto no nos dio perdón, pero fue un recordatorio físico de que Jesús ya había cargado sobre sí esos pecados al ser colgado a la cruz y morir.
Eso es lo que el apóstol Pablo enseñó a la iglesia en Colosas. Las personas se estaban viendo influenciadas por falsos maestros que presentaban a Cristo como si fuera insuficiente para sus necesidades. Pero Pablo explicó que Jesús pagó el precio por nuestros pecados. Dijo: «Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,… quitándola de en medio y clavándola en la cruz» (Colosenses 2:14).
Si confesamos nuestro pecado a Dios, buscando Su limpieza, Él perdonará (1 Juan 1:9). No tenemos que seguir aferrados a la culpa. Nuestros pecados han sido clavados en la cruz; han sido quitados. Jesús los perdonó todos.
La culpa es una carga que Dios jamás quiso que Sus hijos llevarán.

domingo, 26 de septiembre de 2010

EL MAESTRO COMO PARTEEA

Lectura: Gálatas 4:12-20.
"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros" Gálatas 4:19
La madre del filósofo Sócrates de la antigua Grecia, era una partera. Así que Sócrates creció observando cómo ella asistía a las mujeres al traer nuevas vidas al mundo. Esta experiencia influyó más tarde en su método de enseñanza. Sócrates dijo: «Mi arte en la partería es, en general, como el de ellas; la única diferencia es que mis pacientes son hombres, no mujeres, y mi preocupación no se centra en el cuerpo sino en el alma que está en labor de parto».
En vez de simplemente transmitir información a sus alumnos, Sócrates usó el algunas veces doloroso proceso de hacer preguntas perspicaces para ayudarles a llegar a sus propias conclusiones. Enseñarles a pensar se parecía a veces a la labor de parto.
Pablo expresó una idea similar para discipular creyentes en la fe cuando dijo: «Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros» (Gálatas 4:19). A Pablo le preocupaba que cada creyente creciera hasta llegar a la madurez espiritual a la semejanza de Cristo (Efesios 4:13).
Llegar a ser como Cristo es una experiencia de toda una vida; por lo tanto, necesitamos paciencia con los demás y con nosotros mismos. Todos tendremos desafíos y decepciones a lo largo del camino. Pero, si ponemos nuestra confianza en Él, creceremos espiritualmente, y tendremos cualidades de carácter que irradiarán vida nueva.
La conversión es el milagro de un momento; madurar lleva toda una vida.

viernes, 24 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

Image Hosted by ImageShack.us

ROBAR SU PROPIO BANCO

Iba a ser el asalto perfecto, un asalto que no podría fallar, que no dejaría ninguna pista, y que produciría al asaltante una cuantiosa suma. El disfraz del asaltante, también, era perfecto: anteojos negros, peluca de color diferente, y nariz arreglada por un experto en maquillajes de teatro.

Así disfrazado, Wong Hoi Wan, de cincuenta y ocho años de edad, de Hong Kong, decidió asaltar un banco de su ciudad. Sólo que él era el presidente del banco. No se sabe si por el calor o por los nervios, la nariz se le desprendió. Y por si eso fuera poco, su enorme figura de 135 kilos de peso ya lo había denunciado a los guardias.

El titular en los diarios era interesante: «Intentó robar su propio banco».

¿Qué significa robar su propio banco? Es alzarse con el dinero que clientes desprevenidos, con toda confianza, han depositado en él. Es levantar una suma incalculable de dinero sin pensar en las consecuencias. Es arruinar honra, familia y porvenir. De ahí que Wong Hoi Wan tuviera que rendirle cuentas a la policía, al juez y a sus depositantes, expiando tras las rejas su maldad.

Si bien en esta vida pocos han de robar su propio banco literalmente, muchos lo han de hacer en sentido figurado. Pues robar su propio banco también es minar el prestigio que uno, con paciencia y cuidado, ha conquistado. Es derribar, por descuidos éticos, la posición que uno, en el mundo de los negocios, ha ganado.

Es destruir, por infidelidad conyugal, lo más hermoso y preciado que en este mundo existe: su matrimonio. Y junto con la destrucción de su matrimonio quedan, también, destruidos sus hijos, sus nietos y el resto de la familia.

Robar su propio banco es agredirse uno mismo con el uso de drogas y alcohol, destruyendo ánimo, cerebro y voluntad, haciéndose inútil para servicio benéfico y provechoso.

Es hacer caso omiso de la inquietud espiritual que toda persona tiene, destruyendo así la oportunidad de reconciliarse con Dios. Es llevar una vida materialista —efímera, volátil y falsa— sin preocuparse de lo espiritual. Es cerrar las puertas del cielo. «¿De qué le sirve a uno —afirmaba Jesucristo— ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo?» (Lucas 9:25).

Lo cierto es que podemos ganar millones y adquirir casas, joyas, lujos y placeres, pero si descuidamos nuestra alma nos estamos robando a nosotros mismos.

No sigamos robándonos así. Sometámonos más bien al señorío de Cristo. Él quiere ser nuestro Salvador. Dejemos de robar nuestro propio banco.

Hermano Pablo

SI DIOS LO HA DICHO, YO LO CREO

Para Dios manifestar su poder a favor de sus hijos es necesario que andemos de acuerdo a su palabra, muchas veces queremos que Dios nos responda nuestras peticiones, suplicas, ayunos y toda clase de actividad que podemos hacer pero al no andar conforme a su palabra nosotros mismos nos cerramos la posibilidad de ver con nuestros propios ojos la respuesta de Dios.

Todo el tiempo que Israel andaba por el desierto Dios se manifestó a ellos no por los rebeldes y desobedientes, sino por aquellos que creyeron y obedecieron a su palabra, esos fueron los que experimentaron un crecimiento , madurez y dependencia total de su Dios.

Yo les mostrare maravillas como el día que saliste de Egipto. Miqueas 7:15.

Es imposible transitar este Camino sin ver con los ojos de la fe, ya que todo aquel que se pasa a un plano natural y mira con sus ojos físicos tarde o temprano se desmorona ; es por ello que Dios le hace saber a su pueblo una palabra profética a través de este profeta diciéndoles que así como en el pasado su poder se manifestó en el tiempo venidero también se habría de mostrar; a lo mejor necesitas ver maravillas en tu matrimonio , o en el carácter de tu pareja, o en la relación con tus hijos, o en la visión que te trazaste y lo más difícil es que has intentado por todos los medios traer un bienestar y cumplimiento a aquello que tanto anhelas pero, en este momento traigo un mensaje de parte de Dios para ti “Yo te mostrare cosas maravillosas ,así como cuando te saque con mano poderosa del mundo”.

Tal vez habías perdido la esperanza de ver cosas grandiosas de parte de Dios para ti por haberte pasado de un plano espiritual a un plano material pero, esta es la hora de que te detengas y levantes tu mirada al cielo y te aferres a esta promesa de parte de Dios para tu vida; me asombra e impresiona la vida de Job como en el momento más oscuro de su vida desde el hoyo en el cual estaba exclamo diciendo “aunque él me matare en El esperare”.

Eso es lo que Dios está buscando de ti que te aferres a su palabra no importando lo que puedas estar viviendo ; “si Dios lo ha dicho YO LO CREO “, no me interesa lo que digan las noticias , lo que digan mis parientes , lo que digan aquellos que están a mi alrededor ; a mí me interesa aquello que Dios ha declarado porque él lo ha de cumplir; ya basta de estar deprimido , un día por arriba del enemigo y otro día debajo de él , un día por las alturas y otro por las cavidades más profundas de la aflicción, desanimo y desaliento; cuando caminas tu desierto, prueba y etapas de la vida aferrado a la palabra de Dios eres INQUEBRANTABLE, de modo que no te rendirás y mucho menos pensaras en volver atrás .

En el momento que Jesús nos atrajo a sus pies, fue el instante que irrumpió con poder a arrebatarnos de las manos de Satanás y si con poder te saco de las garras del enemigo, con poder cumplirá lo que prometió. Este es el día de que te levantes, este es el día de que te fortalezcas en el poder de la Palabra de Dios ya que es vida, este es el día de que te aferres a su promesa y nunca más andes por allí como derrotado siendo que tienes de tu lado la victoria que Jesús te dio, que tal si oramos a nuestro Dios y así levantamos nuestra vista espiritual y contemplamos lo que Dios ha de hacer.

“Padre Nuestro que estás en los cielos, en este momento levanto a ti mi alma, espíritu y cuerpo, me entrego a ti, gracias te doy porque así como me sacaste de este mundo con poder, de igual manera te has de manifestar en todas mis necesidades; gracias te doy porque me aferro a tu palabra y me determino a caminar toda clase de proceso aferrado a ella para poder permanecer firme y flexible en el Nombre de Jesús Amén.”

LA ORACION DE JULIE

Lectura: Juan 14:12-14.
"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" Juan 14:13
En el 2008, el equipo de la película Day of Discovery (Día de Descubrimiento) viajó a China para seguir la misma ruta de la vida del misionero Eric Liddel, el atleta cuya historia se contó en otra película, Carros de Fuego. El equipo incluyó a las tres hijas de Eric, Patricia, Heather y Maureen, que volvieron a visitar algunos de los lugares donde las dos hermanas mayores habían vivido. En el viaje también iba su anciana tía Louise.
En una ocasión, después de llegar a Pequín, todos tuvieron que caminar una buena distancia con su equipaje. Mientras lo hacían, la tía Louise se quedó sin aliento. Julie, un miembro del equipo de la película, se sentó junto a ella, puso la mano sobre su rodilla e hizo esta simple oración: «Querido Jesús, ayuda a la tía Louise para que respire». De inmediato, ella comenzó a recobrar el aliento.
Más tarde, Heather volvió a contar la historia y compartió que la oración de Julie había reavivado su fe. El sencillo acto de fe de Julie le recordó a Heather la continua conexión que tenemos con Jesús —una realidad que había dejado de lado en su vida.
Algunas veces necesitamos recordatorios de que Dios está cerca. Cuando vienen las pruebas y Dios parece lejos, recuerda la oración de Julie y la verdad de que sólo estamos a una oración de distancia para conectarnos con el Dios del universo (Juan 14:13).
Dios se deleita en las oraciones más fervientes de Su pueblo.

LA UNIDAD DE LA FE

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. – Efesios 4:11-13

Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe. Lo que este pasaje significa simplemente es esto: Si alguna vez vamos a llegar a ser verdaderamente poderosos en el reino de Dios, si alguna vez vamos a ser una gran amenaza para el diablo, vamos a tener que crecer juntos.

No será suficiente que sólo algunos de nosotros crezcamos y digamos que los demás están mal. Las cosas no son así. Somos parte los unos de los otros. La Biblia dice que somos un cuerpo: el Cuerpo de Cristo.

Déjeme darle un ejemplo. Cuando empecé a enseñar la revelación de Dios sobre los principios de la prosperidad, empecé a tener una oposición increíble. Algunos pastores empezaron a llamarme y a regañarme porque yo no pedía dinero prestado, y me decían otras cosas. Por fin, un día, mientras oraba, Dios me dijo: “No enseñes más acerca de los principios de la prosperidad hasta que yo te diga”.

¿Por qué no?, pregunté.

“Hay contienda en el campamento -me dijo. Hay algunos pastores que están enojados y en disensión contigo”.

No me había dando cuenta de que al nivel en que estábamos en ese momento, iba a afectarnos a todos. No me había dado cuenta de que yo mismo no podía continuar ni funcionar en los otros principios de la prosperidad hasta que el resto del Cuerpo estuviera conmigo.

No somos islas en este mundo. Yo no puedo hacer nada sin que le afecte a usted; y usted no puede hacer nada sin que me afecte a mí. Estamos unidos por Dios pero nos sostenemos los unos a los otros (Efesios 4:16). Sólo podemos crecer juntos.

Aprenda a andar en amor. No sea presa de la división ni del aislamiento. Aliméntese de la Palabra diariamente y alimente a sus hermanos y hermanas para animarlos también, para poder crecer hasta llegar a ser “un varón perfecto [o maduro], a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

domingo, 19 de septiembre de 2010

UN PLAN MUCHO MEJOR

Lectura: Lucas 5:1-11.
"Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres" Lucas 5:10
Recientemente fuimos a visitar a un pariente. Durante nuestra estancia allí, tuvimos la oportunidad de nadar en una piscina pública. Fue divertido, pero nuestro anfitrión quiso llevarnos al Lago Eire para disfrutar de las playas con arena, las olas encrestadas y la belleza del atardecer. Mis hijos protestaron porque querían nadar en la piscina, pero traté de hacerles ver que ir a las playas de la Isla Presque sería un plan mucho mejor.
Creo que Jesús quería que Simón Pedro viera que Él tenía en mente algo mucho más grande para él —Pedro sería «pescador de hombres» (Lucas 5:10) en vez de pescador de peces. Jesús le dijo que fuera a las aguas más profundas y echara sus redes para pescar (v.4). Pedro acababa de regresar de una infructuosa noche de pesca, pero, al mandato de Jesús, él obedeció y dijo: «Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red» (v.5). Habiendo recibido una lección de humildad con la pesca milagrosa, Pedro se inclinó con respeto reverencial ante el Señor. Jesús entonces le dijo que a partir de ese momento Él quería que fuera pescador de hombres. Pedro lo dejó todo y siguió a Jesús.
Puede que el plan más grande de Dios para nosotros no sea que dejemos nuestra ocupación. Pero sí es Su plan que usemos nuestro tiempo, recursos y posición para llevar a los demás al reino.
Puede que la siguiente persona que encuentres necesite conocer a Cristo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

FELICIDAD EN TODO

En Agosto del 2007, un gran puente en Minneapolis se derrumbó sobre el río Mississippi, matando a trece personas. En las semanas que siguieron, me fue difícil no pensar en dicha tragedia cada vez que cruzaba un puente.

Algún tiempo después, estaba viendo un episodio de Trabajos Sucios en el canal Discovery. El presentador, Mike Rowe, hablaba con un pintor industrial, cuyo trabajo estaba tratando de replicar, “Realmente no hay nada de qué vanagloriarse en lo que usted hace”, le dijo.

“Es cierto -Contesto el pintor-, pero es un trabajo que tiene hacerse”.

Este hombre pinta el interior de las torres del puente Mackinac en el norte de Michigan. Realiza su labor desapercibida para garantizar que el acero de la magnifica estructura suspendida no se oxide desde el interior y la integridad del puente no se vea comprometida.

La mayoría de las 12000 personas que cruzan los estrechos del Mackinac cada día ni siquiera son conscientes de que dependen de la fiel y concienzuda labor de obreros como este pintor.

Dios también ve nuestra fidelidad en las cosas que hacemos. Aunque pensemos que nuestras acciones -grandes y pequeñas- algunas veces pasan desapercibidas, la persona más importante de todas las está observando.

Cualquiera que sea nuestra labor hoy, hagámoslo “todo en el nombre del señor Jesús”

El trabajo diario adquiere valor eterno cuando se hace para Dios.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús. Colosenses 3:17

MAS ADELANTE

Lectura: Génesis 13:10-18.
"Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" Romanos 8:18
Parece que hay dos clases de personas en este mundo: los que tienen una perspectiva eterna y los que están preocupados con el presente.
Unos están absortos en lo permanente; los otros, en lo pasajero. Unos almacenan tesoros en el cielo; los otros los acumulan aquí en la tierra. Unos se mantienen en un matrimonio difícil porque esto no lo es todo; los otros buscan la felicidad en otra pareja, creyendo que eso es todo lo que hay en esta vida. Unos están dispuestos a sufrir pobreza, hambre, humillación y vergüenza por «la gloria que en nosotros ha de manifestarse» (Romanos 8:18); los otros creen que la felicidad es ser rico y famoso. Todo es un asunto de perspectiva.
Abraham tenía la perspectiva del «otro mundo». Eso es lo que le permitió entregar un pedazo de tierra bien irrigada junto al Jordán (Génesis 13). Él sabía que Dios tenía algo mejor para él más adelante. El Señor le dijo que mirara en toda dirección hasta donde le alcanzara la vista y luego le dijo que, un día, su familia poseería todo aquello. ¡Qué adjudicación de terrenos! Y Dios le prometió que sus descendientes serían tan abundantes «como el polvo de la tierra» (v.16).
Esa es una actitud que muchas personas no pueden entender. Ellas van en busca de todo lo bueno ahora. Pero los del pueblo de Dios tienen otro punto de vista. ¡Ellos saben que Dios tiene algo mejor más adelante!
Vive para Jesús y vivirás para la eternidad.

viernes, 17 de septiembre de 2010

UNA UNIÓN PERFECTA

El día martes se dieron el «sí». Intercambiaron votos y promesas nupciales, intercambiaron anillos y se unieron para siempre en matrimonio: un matrimonio que ellos sabían duraría hasta que la muerte los separara. Sus corazones estaban unidos, sus voluntades fundidas en una sola, sus almas una misma.

Un día después, el miércoles, Victoria Ingram, de treinta y ocho años de edad, donó uno de sus riñones a su nuevo esposo Randall Curlee, un diabético de cuarenta y seis años. No sólo sabían compartir corazones sino también órganos internos.

El doctor Roberto Méndez, de San Diego, California, realizó el trasplante. Fue muy interesante el comentario del cirujano. «Victoria —dijo él— es la persona más desinteresada que conozco. ¡Es increíble!»

He aquí un matrimonio que da el ejemplo. Comparten absolutamente todo en la vida: su corazón, su voluntad, su alma, su destino, su casa, sus haberes, su cuenta bancaria y todos los gastos conjuntos del matrimonio. Encima de todo eso, ahora habían de compartir un riñón. ¡Unión perfecta!

Ese matrimonio se había formalizado para durar toda la vida. No se habían casado por uno o dos años nada más sino tal como Dios lo estableció desde el principio: para siempre. Y siempre quiere decir, sin excepción alguna, siempre.

Hay quienes alegan que una solución es el divorcio. Pero si acaso es una solución, es también una mutilación. Es más, cuando un brazo o una pierna se gangrenan y hay que recurrir a la amputación, siempre es, como quiera, una mutilación.

Ningún matrimonio debe llegar al naufragio. Y un divorcio es un naufragio en que todos pierden: se pierde el matrimonio, se pierden los hijos, se pierde el hogar, se pierde la familia, se pierde la sociedad. Nadie gana en un divorcio.

¿Se puede evitar un divorcio inminente? Claro que sí. Se evita cultivando aquellos valores que enriquecen el matrimonio: el amor, sobre todas las cosas, después la simpatía, el compañerismo, la honra y la ayuda mutuas, la comprensión, la comunicación, y el perdón siempre listo a pedirse y a darse.

Por encima de todo, si el matrimonio ha de ser feliz y duradero, es imprescindible que los cónyuges tengan los mismos valores espirituales. Cuando marido y esposa se entregan de corazón a Jesucristo y lo hacen el Señor de su vida, de su matrimonio y de su hogar, lo único que los podrá separar es la muerte.

Rindámosle nuestra vida a Cristo, y veremos que Él se encargará de que nuestro matrimonio sea una unión perfecta.

Hermano Pablo

EL CRISTIANO PENSANTE

Lectura: 2 Corintios 10:1-11.
"Derribando argumentos y… llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" 2 Corintios 10:5
La biografía que hizo David McCullough de John Adams, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos y uno de sus primeros presidentes, describe a éste como «tanto un cristiano devoto como un pensador independiente y no veía conflicto alguno en ello». Esa declaración me deja pasmado, por cuanto conlleva una nota de sorpresa, sugiriendo que los cristianos son de algún modo ingenuos o poco preparados y que la idea de un «cristiano pensante» es una contradicción.
Nada podría estar más lejos de la verdad. Uno de los grandes beneficios de la salvación es que hace que la paz de Dios guarde la mente del creyente (Filipenses 4:7), lo cual puede fomentar el pensamiento claro, el discernimiento y la sabiduría. Pablo describió esto en su segunda carta a la iglesia de Corinto cuando escribió que en Cristo estamos equipados para «derriba[r] argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y lleva[r] cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» (2 Corintios 10:5).
Pasar un argumento por el tamiz, adoptar la claridad del conocimiento de Dios y alinear nuestro pensamiento con la mente de Cristo son habilidades valiosas cuando se vive en un mundo que carece de discernimiento. Estas habilidades nos capacitan para usar nuestras mentes representando a Cristo. Todo cristiano debe ser un cristiano pensante. ¿Lo eres tú?
La fe nunca tuvo la intención de ser un sustituto de la inteligencia.

jueves, 16 de septiembre de 2010

LLEVA LA LUZ

Había una vez,
hace cientos de años,
en una ciudad de Oriente,
un hombre que una noche caminaba
por las oscuras calles llevando
una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura
en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento,
se encuentra con un amigo.
El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno,
el ciego del pueblo.
Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego,
con una lámpara en la mano?
Si tú no ves..
Entonces,
el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles
de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren
su camino cuando me vean a mi...
No solo es importante la luz que me sirve a mí,
sino también la que yo uso para
que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar
el camino para uno y para que sea visto
por otros, aunque uno aparentemente
no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros
no es tarea fácil...
Muchas veces en vez de alumbrar
oscurecemos mucho más el camino
de los demás... ¿Cómo?
A través del desaliento, la crítica,
el egoísmo, el desamor, el odio,
el resentimiento...

¡Qué hermoso sería
sí todos ilumináramos los caminos

miércoles, 15 de septiembre de 2010

DEJAR IR

Lectura: Filipenses 3:3-11.
"Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo" Filipenses 3:7
Se ha dicho que «la basura de una persona es el tesoro de otra». Cuando David trató de ayudar a sus padres a limpiar su casa de «artículos innecesarios» antes de que se mudaran a otra menor, encontró esta tarea muy difícil. A menudo se enfadaba cuando sus padres se negaban a separarse de cosas que no habían usado durante décadas. Finalmente, el padre de David le ayudó a entender que incluso los artículos desgastados e inútiles estaban ligados a personas o vivencias importantes. Deshacerse de los cachivaches era como borrar sus propias vidas.
Nuestra renuencia a guardar los cachivaches en nuestros hogares puede ser un paralelismo espiritual con nuestra incapacidad para limpiar nuestros corazones de las actitudes que nos agobian.
Durante muchos años, Saulo de Tarso se aferró al nivel de «rectitud» que había logrado al obedecer la ley de Dios. Su linaje y desempeño eran posesiones muy preciadas hasta que tuvo un encuentro con Jesús en el camino a Damasco (Hechos 9:1-8). Cara a cara con el Salvador resucitado, renunció a su tan atesorado esfuerzo propio y más tarde escribió: «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo (Filipenses 3:7).
Cuando el Espíritu Santo nos insta a soltar una actitud a la que nos aferramos y que nos impide seguir a Cristo, encontramos verdadera libertad al dejarla ir.
Por medio de Cristo tenemos la libertad de abandonar la basura.

martes, 14 de septiembre de 2010

EL DIABLO DE LOS MUSULMANES

Era una de las celebraciones grandes en la Meca musulmana. Se trataba de una de las fiestas tradicionales de la religión islámica. Realizaban, con miles de peregrinos, el ritual de apedrear al diablo.

La costumbre se llevaba a cabo en cuevas donde, según la tradición, residía el maligno. La multitud iba de cueva en cueva con piedras en las manos y las arrojaban —decían ellos— contra el diablo. Sólo que en esta ocasión se produjo una estampida de tales proporciones que cundió el pánico en la multitud.

Cuando todo hubo pasado, además de haber muchos heridos, hubo 829 muertos. Algunos de ellos fueron pisoteados, otros golpeados y otros apedreados.

Muchos le tienen terror al diablo; otros se burlan de él. Otros procuran exorcizarlo con ritos y ceremonias, mientras que otros niegan su existencia. Para los musulmanes la costumbre es tirarle piedras una vez al año, y muchas veces hay pánico colectivo que deja como saldo a muchos muertos y heridos.

¿De veras existe el diablo? La Biblia dice que sí, y que es el enemigo más grande del hombre. La Biblia lo llama destructor, acusador, príncipe de este mundo, y padre de la mentira. No sólo existe, sino que encarna todas las fuerzas malignas que se oponen a Dios y a su Hijo Jesucristo.

Sin embargo, las armas que se toman contra Satanás no son ni piedras ni ninguna cosa inanimada. El diablo es una persona, y la única manera de neutralizar su influencia es tener a Jesucristo en el corazón.

El apóstol Juan, en su primera carta a la iglesia universal, declara: «El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo» (1 Juan 4:4). Es decir, Cristo, que habita en el corazón de todo el que le da entrada, tiene más poder que Satanás, que habita en este mundo.

Si hemos llevado una vida de luchas continuas, de problemas interminables, de aflicciones, contiendas, hostilidades y altercados constantes, es posible que hayamos provocado todo ese malestar nosotros mismos, pero también es posible que Satanás haya estado procurando quitarnos toda noción de tranquilidad, paz y armonía.

La única fuerza en el universo que puede contrarrestar la fuerza del diablo es Cristo, que venció a Satanás mediante su muerte en la cruz. Por eso el que acepta a Cristo como su Señor y Redentor ya no tiene que temer al diablo, porque éste no tiene ningún dominio sobre él.

Coronemos a Cristo como Rey de nuestra vida. Rindámonos a Él. Sometámonos a su señorío. Él apedreó al diablo de una vez por todas al morir en la cruz por nosotros.

Hermano Pablo

lunes, 13 de septiembre de 2010

LA SONRISA DE MEL

Lectura: Romanos 5:1-5.
"También nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia" Romanos 5:3
Algunas personas piensan que no debemos dibujar en nuestras Biblias, pero me alegra que mi hija Melissa dibujara en la suya. En el margen junto a Romanos 5, ella usó un lapicero de tinta verde para hacer el dibujito de un sencillo rostro sonriente y enmarcó el versículo 3.
¿Cómo podría ella saber que su familia y amigos necesitarían este pasaje cuando nos dejó tan de repente en un accidente automovilístico a la edad de 17 años? ¿Cómo podría ella saber que estos versículos contarían su historia al tiempo que guiaban nuestras vidas y las de otras personas a lo largo de estos últimos siete años?
Romanos 5 comienza explicando nuestra justificación por medio de la fe, la cual nos da paz con Dios por medio de Jesús (v.1). Melissa tenía esa paz. Y en estos momentos ella está gozando los frutos de su fe, tal y como lo describe el versículo 2: «Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios». ¡Imagina el rostro sonriente que ella podría dibujar ahora!
Y luego estamos todos los demás —todos los que hemos quedado atrás cuando nuestros seres queridos nos preceden en la muerte. De alguna manera, «nos gloriamos en las tribulaciones». ¿Por qué? Nuestro sufrimiento trae perseverancia, la cual produce carácter y nos da esperanza (vv.3-4).
En momentos de tragedia nos sentimos impotentes e indefensos, pero jamás sin esperanza. Dios derrama Su amor en nuestros corazones y, con él, la gran esperanza de Su gloria. Todo es parte del plan misterioso y sin embargo maravilloso de Dios.
Dios a menudo cava pozos de gozo con la pala del sufrimiento.

viernes, 10 de septiembre de 2010

LUGARES ABANDONADOS

Lectura: Salmo 119:9-16.
"En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" Salmo 119:11
Nuestra familia acababa de llegar a la cabaña del lago que habíamos alquilado para una muy esperada semana de vacaciones cuando mi esposa descubrió la evidencia inequívoca de arañas y ratones en la casa. No era que jamás nos hubiésemos topado con aquello, sino que esperábamos que la cabaña hubiese sido limpiada y preparada para nuestra estancia allí. En vez de ello, todo estaba sucio con los restos de aquella plaga e hizo falta una buena limpieza antes de poder instalarnos. No era una mala casa; simplemente la habían dejado abandonada.
Podríamos ser culpables de tratar nuestros corazones igual que aquella cabaña. Nuestros «lugares abandonados» pueden llegar a convertirse en semilleros para plagas de pensamientos equivocados, malas actitudes o comportamientos pecaminoso —creando problemas que requieren una gran atención para ser corregidos. El camino sabio a seguir es reconocer nuestra necesidad de cuidar nuestros corazones permaneciendo en la Palabra de Dios y adoptando sus verdades.
En el Salmo 119:11, el rey David reconoció el peligro de no cimentar nuestras vidas en las Escrituras. Él dijo: «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti».
Con un enfoque en la Palabra, podemos construir vidas espirituales fuertes que nos ayudarán a evitar los peligros que inevitablemente crecen en lugares abandonados.
Para crecer fuerte espiritualmente, lee la Palabra.

OTRA AVALANCHA DEVASTADORA

Ocurrió un 6 de junio mientras transcurría tranquilo el tiempo de la siesta. Las nubes en el cielo azul flotaban suavemente, y los habitantes de la región, ubicados entre los cafetales del valle del Río Páez, a unos 400 kilómetros al sudoeste de Bogotá, Colombia, descansaban en completa calma.

De repente se sintió el remezón del volcán vecino, y tras el temblor, una avalancha de piedras, nieve, barro y tierra, que bajaban de la cumbre a casi seis mil metros de altura. En pocos momentos mil doscientas personas quedaron sepultadas.

Los pueblos que viven en las márgenes de la Cordillera de los Andes conocen este tipo de tragedias. En 1985 la ciudad de Armero, al pie del Nevado del Ruiz, también en Colombia, quedó sepultada por una avalancha. Murieron veintitrés mil personas. En 1970, en Yungay, Perú, una avalancha de barro y piedras sepultó el poblado entero, matando, en cuestión de segundos, a veinticinco mil personas.

Sin embargo, no por conocidas dejan estas tragedias colectivas de sobrecoger el ánimo, angustiar el corazón y despertar perpetuos temores e incertidumbres. ¿Cuándo se producirá la próxima? ¿A qué pueblo de Colombia, de Ecuador, de Perú, de Bolivia, de Chile o de Argentina le tocará?

Usamos la palabra «avalancha» para denotar algo que se produce en forma inevitable, masiva y rápida. El diccionario define «avalancha», o su sinónimo «alud», como «lo que se precipita súbita e impetuosamente». De ahí las expresiones «avalancha de votos», «avalancha de gente» y «avalancha de aplausos».

No sólo en Los Andes hay avalanchas. Las hay, también, en la sociedad en todo el mundo. El vocablo «avalancha» puede describir las violencias que hay en muchas partes de la tierra. Tenemos avalanchas de abortos en los países más civilizados; avalanchas de drogas introducidas por conducto de aeropuertos, fronteras y playas; y avalanchas de amor libre, de sexo ilícito y de homosexualidad y lesbianismo, que sin hacer ruido destruyen a millones de personas.

¿Qué hacer para librarnos de esas avalanchas? Simplemente ubicarnos fuera de su camino. No tenemos que estar en el paso de las avalanchas de drogas, alcohol, infidelidad, deshonestidad y engaño. Hay Alguien que nos puede librar de esos aludes. Es Jesucristo, el Hijo de Dios. Él desea librarnos tanto del mal como de sus consecuencias, pero sólo lo hace si le damos nuestro corazón y nos sometemos a su divina voluntad. Entreguémosle nuestra vida a Cristo. Él nos librará de esas avalancha.

Hermano Pablo

DOS ANGELES VIAJEROS

Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada.

La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los Ángeles le dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el Ángel más joven preguntó ¿por qué?, el Ángel más viejo le respondió, “Las Cosas no siempre son lo que parecen.”

La siguiente noche, el par de Ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso.

Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al Señor y a su Esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo, ¿cómo pudiste permitir que esto hubiera pasado? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste; El Ángel más joven le acusaba.

La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.

“Las Cosas no siempre son lo que parecen,” le replicó el Ángel más viejo. “Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría.”

“Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. “Las Cosas no siempre son lo que parecen.”

Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que cualesquiera que fueran las cosas que vengan, serán siempre para tu ventaja. Y podrías no saber esto hasta un poco más tarde …

Algunas personas vienen a nuestras vidas y rápidamente se van…pero dejan una huella como estos dos ángeles.

Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer;desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. Salmo 22:10.

Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado! si ustedes oyen hoy su voz. Salmo 95:7.

jueves, 9 de septiembre de 2010

CONSOLADO PARA CONSOLAR

Lectura: 2 Corintios 1:3-11.
"[Dios] nos consuela… para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación" 2 Corintios 1:4
Mientras le hablaba a un grupo de atletas cristianos, les pregunté cómo respondían normalmente a las situaciones difíciles. Sus respuestas incluían el temor, la ira, la autocompasión, la agresión, la desesperación, el comportamiento abusivo, la apatía y volverse a Dios. Les alenté a confiar en que Dios les consolaría y luego les usaría para consolar a otros.
Así como alenté a esos atletas, Pablo animó a un grupo de creyentes en una ciudad llamada Corinto. Él les recordó que, para el seguidor de Jesús, las aflicciones eran inevitables. Muchos estaban siendo perseguidos, encarcelados y oprimidos —todo debido a su relación con Jesús. Pablo quería que los corintios supieran que, en medio de su tribulación, Dios era su fuente de ayuda. Él se pondría de su lado y les ayudaría a dar respuestas piadosas. Luego Pablo dio una de las razones por las que Dios permitía el sufrimiento y traía consuelo divino —para que los corintios tuvieran empatía y pudieran identificarse con el sufrimiento de los demás y consolarlos (2 Corintios 1:4).
Cuando suframos, recordemos que Dios nos traerá consuelo por medio de Su Palabra, el Espíritu Santo y nuestros compañeros de la fe. Dios no nos consuela para que estemos cómodos; nos consuela para que podamos ser consoladores de otros.
Cuando Dios permite las pruebas, también provee el consuelo.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL REFLEJO DE TUS ACTOS

ORACIONES SIN CONTESTAR

Lectura: Lucas 7:1-10.
"[Jesús dijo], -Ni aun en Israel he hallado tanta fe-" Lucas 7:9
Una explicación que a menudo escuchamos para las oraciones «no contestadas» es que no tenemos suficiente fe. Pero Jesús dijo en Lucas 17:6 que, si tenemos fe del tamaño de una semilla de mostaza, podemos ordenarle a un sicómoro que se desarraigue y se plante en el mar; y nos obedecerá.
Lucas cuenta de un centurión romano con «gran fe» (7:9). Su fe se expresó primero como un llamado a Jesús para que sanara a su siervo moribundo; luego, como un reconocimiento de que Jesús podía sanar a su siervo en cualquier momento y en cualquier lugar. El centurión no Le pidió a Jesús que hiciera las cosas a su manera.
La fe ha sido descrita como «la confianza en el corazón de Dios y en Su poder». Algunas oraciones que parecen no recibir respuesta simplemente son ejemplos en los que Dios amorosamente ha invalidado nuestros deseos. Él sabe que lo que hemos pedido no es lo mejor. O puede que sea que nuestro tiempo no es el Suyo, o que Él tiene un propósito muchísimo mayor en mente. Recordemos que incluso Jesús oró a Su Padre celestial: «pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42).
¿Tenemos la gran fe del centurión —una fe que confía en que Dios hará Su obra a Su manera?
Las respuestas de Dios son más sabias que nuestras oraciones.

EL COLMO DEL CONSENTIDOR

Ocurrió en Siberia un día sábado, 2 de abril. El capitán Yaroslav Kudrinsky, piloto de una línea aérea comercial rusa, volaba sobre esas tierras frías y desoladas que antes formaban parte de la Unión Soviética. Su hijo Vitia, de doce años de edad, era uno de los setenta y cinco pasajeros que estaban a bordo. El avión volaba a diez mil metros de altura.

Desde pequeño, Vitia había sido el consentido de la familia y, sobre todo, el favorito de su padre. Siempre que pudo, Yaroslav dotó a su hijo de todo lo que podría traerle placer. El niño se crió como todo niño mimado: creyendo que era superior a todos los demás y que podía hacer cuanto quisiera.

A medio vuelo su padre le permitió entrar en la cabina de mando y poner manos sobre los controles. El muchacho, ya casi adolescente y pensando que lo sabía todo, movió bruscamente uno de los controles y la aeronave entró en picada. Por más que hiciera, el capitán Kudrinsky no pudo recobrar el control, y el avión se estrelló contra el suelo, matando a todos los que iban a bordo.

Es bueno amar a los hijos y darles toda la atención, el cariño y el cuidado que merecen. Y es bueno enseñarles el oficio del padre, si es que les gusta, y darles toda la enseñanza moral y espiritual que se pueda. Pero darle a un muchacho consentido, de doce años de edad, el manejo de un jet que lleva setenta y cinco pasajeros a bordo no sólo es una infracción de las leyes de la aviación sino también una estupidez alarmante.

La primera impresión que el hijo recién nacido debe recibir es que es amado sobre todas las cosas. A medida que el hijo va creciendo, la segunda impresión que debe recibir es que a los padres se les obedece. El hijo a quien no

Ocurrió en Siberia un día sábado, 2 de abril. El capitán Yaroslav Kudrinsky, piloto de una línea aérea comercial rusa, volaba sobre esas tierras frías y desoladas que antes formaban parte de la Unión Soviética. Su hijo Vitia, de doce años de edad, era uno de los setenta y cinco pasajeros que estaban a bordo. El avión volaba a diez mil metros de altura.

Desde pequeño, Vitia había sido el consentido de la familia y, sobre todo, el favorito de su padre. Siempre que pudo, Yaroslav dotó a su hijo de todo lo que podría traerle placer. El niño se crió como todo niño mimado: creyendo que era superior a todos los demás y que podía hacer cuanto quisiera.

A medio vuelo su padre le permitió entrar en la cabina de mando y poner manos sobre los controles. El muchacho, ya casi adolescente y pensando que lo sabía todo, movió bruscamente uno de los controles y la aeronave entró en picada. Por más que hiciera, el capitán Kudrinsky no pudo recobrar el control, y el avión se estrelló contra el suelo, matando a todos los que iban a bordo.

Es bueno amar a los hijos y darles toda la atención, el cariño y el cuidado que merecen. Y es bueno enseñarles el oficio del padre, si es que les gusta, y darles toda la enseñanza moral y espiritual que se pueda. Pero darle a un muchacho consentido, de doce años de edad, el manejo de un jet que lleva setenta y cinco pasajeros a bordo no sólo es una infracción de las leyes de la aviación sino también una estupidez alarmante.

La primera impresión que el hijo recién nacido debe recibir es que es amado sobre todas las cosas. A medida que el hijo va creciendo, la segunda impresión que debe recibir es que a los padres se les obedece. El hijo a quien no se le enseña obediencia y respeto crece sin dirección. El libro de Proverbios dice: «La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre» (Proverbios 29:15).

Lo más importante es que cada uno de los que somos padres y madres de familia nos mantengamos en el camino de Dios. Sólo así podremos inculcar en nuestros hijos los principios morales eternos que serán la brújula que los dirigirá en el camino áspero de esta vida. Porque nuestro peregrinaje con Cristo, que traza el camino por el que andamos con Él, es el mapa que les dará la sana dirección que necesitan.

Determinemos que la educación de nuestros hijos ha de comenzar con la formación espiritual. Si los criamos así, saldrán al mundo con el entendimiento despejado y el corazón limpio, y no podrán menos que vencer.

se le enseña obediencia y respeto crece sin dirección. El libro de Proverbios dice: «La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre» (Proverbios 29:15).

Lo más importante es que cada uno de los que somos padres y madres de familia nos mantengamos en el camino de Dios. Sólo así podremos inculcar en nuestros hijos los principios morales eternos que serán la brújula que los dirigirá en el camino áspero de esta vida. Porque nuestro peregrinaje con Cristo, que traza el camino por el que andamos con Él, es el mapa que les dará la sana dirección que necesitan.

Determinemos que la educación de nuestros hijos ha de comenzar con la formación espiritual. Si los criamos así, saldrán al mundo con el entendimiento despejado y el corazón limpio, y no podrán menos que vencer.

Hermano Pablo

domingo, 5 de septiembre de 2010

DIOS ESTA PRESTO

Creada por www.yamita.org

PACIENCIA

Lectura: Génesis 40:1-14,23.
"[Dios] dijo: No te desampararé, ni te dejaré" Hebreos 13:5
¿Has notado cómo la mala memoria de las personas puede poner a prueba nuestra paciencia? Como profesor, mi paciencia es puesta a prueba cada vez que un alumno se olvida de hacer algún deber que ha sido detalladamente explicado.
En la historia de José en la Biblia, vemos un ejemplo muchísimo peor de lo que es una mala memoria; y sólo podemos imaginar la manera en que, por ello, José luchó por mantener la paciencia.
Mientras estuvo en la cárcel, José interpretó un sueño del copero del rey, que llevó a la liberación de aquel hombre. José le dijo: «Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa» (Génesis 40:14). Sería lógico que, después de que José había ayudado al copero a obtener su libertad, éste se acordaría de él y le pondría en el primer lugar de las «cosas por hacer». Pero pasaron dos años antes de que el copero le hablara al faraón acerca de José (41:9). Finalmente, José fue liberado.
Imagina la impaciencia de José mientras esperaba cada día en esa mazmorra (40:15), tal vez pensando que nunca más sería liberado. Pero José tenía un recurso: La presencia de Dios (39:21), al igual que nosotros (Hebreos 13:5). Cuando te sientas impaciente, apóyate en el Dios que siempre está contigo. Él convertirá tu impaciencia en paciente confianza.
Paciencia significa esperar el tiempo de Dios sin dudar de Su amor.

EL HERMANO MELLIZO

Muchas habían sido las amigas y muchas las copas, demasiadas para una sola cabeza, sobre todo una cabeza que tenía que manejar un auto por calles atestadas de tránsito y de gente. Con todo, y a pesar de la hora, la una de la mañana, José Vegas, vecino de Lisboa, Portugal, tomó el timón de su auto y salió a la calle.

De repente divisó un bulto, como gris, cruzando la calle frente a su automóvil. Pero José no tuvo tiempo ni de frenar ni de virar. Un golpe sordo le hizo saber que había atropellado a una persona. Asustado, y todavía bajo la influencia del alcohol, salió huyendo y no se detuvo hasta llegar a su casa.

Al día siguiente su cuñada lo llamó por teléfono. «Tu hermano murió anoche atropellado por un auto —le dijo—. El conductor huyó.» Entonces José supo que él había sido el culpable, dando muerte a su propio hermano mellizo, Jorge Vegas.

Las noticias frecuentemente nos informan acerca de accidentes de automóvil provocados por conductores borrachos. A pesar de todas las advertencias que se hacen por todos los medios de publicidad, y a pesar de las severas penas que se están aplicando a conductores borrachos, el problema, en vez de disminuir, va en aumento.

Los fines de semana y los días de fiesta son los tiempos más críticos. La gente sale a divertirse y no encuentra otra diversión que entrar en una cantina y beber alcohol hasta intoxicarse. Luego, con los humos del alcohol en el cerebro, se creen invencibles, y desatienden advertencias y razones y consejos. ¿Y cuál es el resultado? Horribles consecuencias, a veces mortales.

El alcohol dentro del cuerpo es un enemigo. Fuera del cuerpo será para fricciones y curación de heridas, pero dentro del cuerpo es un agresor que sube rápido del estómago al cerebro. Allí entorpece todas las mejores facultades del hombre. Nubla la inteligencia, adormece la conciencia y mata el alma.

¿Quién puede librar de este vicio a una persona? Nadie desea ser esclavo del alcohol. Hay Uno que puede librar al adicto de esas cadenas. Es Jesucristo. Con su poder y gracia, Cristo puede librar de su terrible condición al alcohólico.

¿Qué tiene que hacer el adicto? Entregarse de corazón a Cristo, y pedir su ayuda y salvación. Si clama a Cristo, Él acudirá en su auxilio y lo librará del vicio despiadado del alcohol. Cristo salva al que con fe lo busca.

Hermano Pablo