Tras la tormenta el arco iris,
Y tras la oscuridad, la luz;
Tras la amargura, la alegría
Que a los creyentes da Jesús.
Tras el invierno, primavera;
Tras el combate rudo, paz;
Tras triste valle, excelsa cumbre;
Tras cautiverio, libertad.
Tras cuanto vemos, Dios el Padre,
Su amor que nunca faltará;
Tras este mundo, el cielo a donde
Jesús nos ha de trasladar.
Alegre canto el alma eleva
Pues tras el velo Cristo está
Sosteniendo a la fe de Su nombre,
Y he de mirar Su hermosa faz.
viernes, 8 de mayo de 2009
TRAS LA TORMENTA
EL INCORRUPTIBLE FABRICIO
Pirro conocía las valías morales de Fabricio, con quien había luchado en acciones bélicas sin que hubiera logrado vencerlo. Conocía la entereza de carácter del noble Fabricio y creyó que si lograba inclinarlo a su favor habría hecho una trascendente adquisición. En efecto, Pirro, haciendo uso de su habilidad, de su talento y sus riquezas, y aprovechando la pobreza de Fabricio, le hizo insinuaciones morbosas, indignas de la elevada moral del ciudadano íntegro.
La contestación de Fabricio fue la siguiente: “Si aún me crees honrado; ¿por qué pretendes corromperme? Y si me crees capaz de dejarme sobornar, ¿de qué puedo servirte?” Tan elocuente contestación hizo retroceder a Pirro y le proporcionó una visión de un hombre cabal, digno de la más alta consideración.—El Embajador. Lerín , A. 500 ilustraciones
Qué fácil puede ser que seamos arrastrados por las olas de corrupción. Podemos olvidar que lo más valioso ni se compra, ni se vende. Y los más precioso es mantener libre la conciencia y el corazón puro. Las ofertas llegan, la tentación acecha, pero hoy podemos levantar nuestro rostro y decirle al Señor, hoy diré NO, a todo aquello que puede comprometer los principios.
Le dijo Dios en sueños: «Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto. Y también yo te detuve de pecar contra mí; por eso no permití que la tocaras. Gen 20:6
MATERIAL ARTISTICO TEMPERAMENTAL
A PRISA
Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos.
Debe de estar loco, dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre. Muy enojado, se desmonta del carro y, estrellando la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice: Acaso no tienes ojos? No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? O acaso eres loco para no ver el peligro que corres?
No, señor, no estoy loco, le contesto el individuo. Lo que pasa es que el puente que esta en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacia algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.
Quizás, en la carretera de tu vida algún “loco”, te ha obstaculizado el paso para hablarte del Amor de Dios y te has enojado sobremanera porque vas MUY A PRISA.
Quizás hoy yo este obstaculizando tu camino quitándote unos minutos; pero, que habría pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?, que crees que pasara a los que oyen la advertencia de la palabra de Dios y la ignoran?
Mateo 13:9
Quien tiene oídos para oír, oiga.
Salmos 107:43
¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Dios?
Proverbios 1:5
Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo;
Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¿CRIATURAS O HIJOS?
Un día, hace muy poco, escuchaba la larga lista de problemas y aflicciones de una querida amiga mía. La atendí pacientemente… al finalizar me dijo: ¿Janette, tu no tienes problemas?. Sí, claro que los tengo, le contesté.
- De donde sacas las fuerzas para ayudar a tanta gente?, me dijo ella.
Entonces le respondí lo siguiente:
Es simple querida amiga, yo soy hija y tu eres criatura! (pensé que se ofendería con mi planteamiento), pero ella me pidió que explicara eso.
Bien, el mundo esta lleno de “criaturas” de Dios, van por ahí viviendo sus vidas, sin importarles mucho lo que El piensa o desea para ellos. Algunos hasta le niegan!.
Pero hay otros que somos “hijos”.
El ha dejado de ser un Dios lejano para nosotros y se ha convertido en nuestro Padre. Debes saber que Dios es un “caballero” y jamás te obligará a nada, entonces en su gran amor espera pacientemente que nos volvamos a El y le digamos: Quiero ser tu hija! O quiero ser tu hijo!
Entonces ella me dijo: - Yo quiero ser Hija, no quiero ser mas criatura, quiero ser hija!!
Muy bien, respondí; déjame hacerte una aclaración… El que tu seas hija no significará que desaparecerán los problemas, sino que habrá un Padre ocupado de ti, que te dará la mano en tiempos de adversidad y junto a cualquier problema, dará también la salida!
Ella guardaba silencio al otro lado de la línea…entonces continué:
-Si quieres, esta noche, cuando vayas a tu cuarto, dobla tus rodillas y has una oración como esta…
“Señor, hoy he comprendido que soy solo una criatura.
Quiero desde ahora comenzar a ser tu hija. Limpia mi corazón, purifícame por medio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo y hazme una de tus hijas!” Amen…
El silencio seguía al otro lado de la línea… un poco incomoda dije:
- bueno algo así, que nazca de tu corazón y solo si deseas hacerlo!
Pasaron pocos segundos y escuche un sollozo que me dijo… Ya está,… hice la oración y no se por qué estoy llorando!
Entonces yo también comencé a llorar, es que no hay nada mas hermoso que una criatura de Dios determine dejar de vivir de manera indiferente a El y lo invite a ser su Padre, su protector, su guía…su Dios!
Le dije: - Bien amiga! Ahora tenemos un mismo Padre! Desde ese día, a la distancia he podido sembrar pequeñas perlas de la Palabra de Dios en su corazón que le han fortalecido para seguir adelante y ha sido bendecida por el mejor Papá del mundo!
Tal vez tu también quieras dejar de ser sólo una criatura… Si tomas la decisión de ser Hijo/a de Dios, escríbeme a unvasomasfragil@hotmail.com y dame el honor de ayudarte en el próximo paso.
Un gran abrazo,
Janette de Contreras
Pastora-consejera Cristiana
LA IMPUNIDAD DEL TELÉFONO
La tormenta arreciaba, y los rayos discurrían por el cielo como si el mismo Júpiter los lanzara. Nubes gordas, plomizas y bajas descargaban millones de toneladas de agua, y el viento doblaba los árboles y los cables telefónicos.
Gotried Grabner, campesino austriaco de Carintia, quiso hablar por teléfono con un pariente. Descolgó el auricular e hizo la llamada. Sentía ruidos y zumbidos raros en el audífono, y los timbrazos del otro aparato.
De pronto, cuando del otro lado de la línea descolgaron el teléfono, Gotried sintió un estampido, un fogonazo y algo así como un mazazo en pleno cráneo. En lugar del consabido «¡Hola!» de las llamadas telefónicas, al pobre campesino le había llegado un rayo. Tuvieron que internarlo en un hospital para tratarle las heridas que sufrió en la oreja derecha y otras partes del lado derecho del cuerpo.
Pocas veces ocurre que a alguien le caiga un rayo en medio de una tormenta. Y menos veces ocurre que ese rayo le llegue por el hilo telefónico. Pero eso fue lo que le pasó a Gotried Grabner ese 14 de junio de 1983.
Si bien casi nunca nos llegan rayos por el hilo telefónico, a veces nos llegan otras cosas muy desagradables: insultos procaces de personas que se escudan en la impunidad de la distancia, amenazas de muerte que dejan una impresión horrible en el estómago, y llamadas obscenas de parte de personas que, no teniendo donde volcar la corrupción de su mente, la vuelcan por conducto del teléfono.
¿Por qué hay individuos que se especializan en usar la lengua y el don estupendo de la palabra sólo para causar daño? ¿Por qué hay personas que descuelgan el auricular sólo para insultar, herir, ofender y quitar la paz mental de los demás?
La respuesta es: por la eterna y tradicional corrupción del corazón humano. «De la abundancia del corazón habla la boca —dijo Jesucristo—. El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal» (Mateo 12:34-35).
Usar el invento maravilloso que es el teléfono sólo para comunicar maldades, chismes, calumnias y difamaciones, o para hacer circular mentiras, es más destructivo que el rayo que recibió el campesino austriaco. Permitamos, pues, que Cristo sea el Señor de nuestra vida y purificador de nuestras palabras.
POR QUÉ NO VOY A LA IGLESIA
Un cristiano escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que ya no tenía sentido el ir a la Iglesia cada Domingo. “He asistido fielmente por más de 30 años”, escribió el hombre, “y durante todo este tiempo he escuchado a más de 3,000 sermones. Pero la verdad es que no puedo recordar ni uno solo.
Así que, pienso que estoy malgastando mi tiempo….y creo que el pastor también está malgastando su tiempo en predicarlos.
” Esto dio inicio a una verdadera controversia en la columna de “Cartas al Editor”, algo que hizo que el editor estuviera, por supuesto, bien contento.
Siguió por unas semanas hasta que alguien escribió lo siguiente: “Ando casado por más de 30 años. En todo este tiempo mi esposa me ha preparado unas 32,000 comidas. Pero la verdad es que no puedo recordar el menú de ninguna de estas comidas. Pero una cosa reconozco.
Cada comida me nutrió y me dio la fuerza que necesitaba para seguir fielmente en mi trabajo.
Si mi esposa no me hubiera preparado cada una de estas comidas, yo no estuviera presente hoy.” El periódico nunca recibió más cartas sobre ese asunto. Proverbios 10:21– “Los labios del justo apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de entendimiento.
Podremos tener mil y una razones para no ir a la Iglesia, pero la verdad es que necesitamos la comunión con el Cuerpo de Cristo, el cual está integrado por cada hijo e hija de Dios.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Hechos 2:42
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 1 Juan 1:3