viernes, 23 de mayo de 2008

UNA BUENA REPUTACION

Rogelio era un buen empleado, nada espectacular, pero confiable, puntual, de temperamento equilibrado y siempre dispuesto a hacer un poco más.
Bernardo también hacía un buen trabajo, pero no le importaba ir por un atajo para terminar un trabajo, ni retirarse unos minutos antes para atender sus necesidades personales.
Cuando el señor Jones su supervisor, anunció que iban a promover a uno, Rogelio contó con su historial y su reputación para ganar el puesto.
Bernardo hizo tenazmente un trabajo de pasillo al contar a varios de sus compañeros de trabajo que Rogelio se había apropiado de sus ideas para la reducción de costos, había hecho malversación de fondos y que era conocida su costumbre de extralimitarse en su hora de almuerzo.
Tuvo cuidado, no obstante, de comenzar todas sus observaciones diciendo: “Esto queda entre nosotros dos…”
Cuando a la semana siguiente el señor Jones anunció que el ascenso había sido para Rogelio, este recibió un fuerte aplauso de sus compañeros de trabajo.
Ninguno se sorprendió, salvo Bernardo. Después de todo, la reputación de Rogelio lo había precedido.
Lo mismo pasó con la de Bernardo.
El hombre que no teme a la verdad no tiene nada que temer de las mentiras.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él.”Colosenses 3:23
Y Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para El Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23.

DIOS NO COMETE ERRORES

No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal. --Romanos 12:21.
Unos cuantos días después de llegar al campus de la Universidad A&M de Tejas en 1984, a Bruce Goodrich lo despertaron a las 2:00 a.m. Unos compañeros de clases que estaban allí antes que él lo sacaron de la cama para iniciarlo en el Cuerpo de Cadetes, un programa de adiestramiento estilo militar.
A Bruce lo obligaron a hacer ejercicio y a correr varios kilómetros en condiciones calurosas y húmedas. Cuando por fin se derrumbó, le dijeron que se levantara y que siguiera. Se derrumbó otra vez, cayó en coma y murió más tarde ese mismo día.
Poco tiempo después de la tragedia, el padre de Bruce escribió una carta a la administración, el profesorado y el cuerpo de estudiantes. Dijo: «Deseo aprovechar esta oportunidad para expresar el agradecimiento de mi familia por la gran demostración de preocupación y solidaridad de parte de la Universidad A&M de Tejas y de la comunidad por la pérdida de nuestro hijo Bruce. . . . Espero que les sirva de algún consuelo saber que no abrigamos mala voluntad alguna por el asunto. Sabemos que nuestro Dios no comete errores. Bruce tenía una cita con su Señor y ahora está seguro en su hogar celestial. Cuando se hace la pregunta «¿por qué sucedió esto?», una respuesta tal vez sea: «Para que muchos consideren dónde van a pasar la eternidad.»
La confianza en la soberanía de Dios puede convertir el escándalo en compasión y el odio en preocupación.
NO HAY TRAGEDIA QUE ESTÉ POR ENCIMA DE LA SOBERANÍA DE DIOS.