No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua.Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero.
-"Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".
-"Sí", dijo el mayor de los hermanos, "tengo un trabajo para usted.
Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor.
La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor.
¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más." El carpintero le dijo: "creo que comprendo la situación".
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó.
No había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo: -"Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho".
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. -"No, espera". "Quédate unos cuantos días, tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.
"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".
Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos, muchas veces permitimos que el orgullo se anteponga a los sentimientos, no permitas que eso pase.
lunes, 19 de diciembre de 2011
EL PUENTE
CANALES DE SU AMOR
Lectura: 1 Corintios 13.
"El amor nunca deja de ser" 1 Corintios 13:8
Durante un tiempo devocional en una conferencia, nuestro líder nos pidió que leyéramos 1 Corintios 13:4-8 en voz alta y que reemplazáramos la palabra «amor» por «Jesús». Parecía tan normal decir: «Jesús es sufrido, es benigno; Jesús no tiene envidia, Jesús no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo […]. Jesús nunca deja de ser».
Después, el líder dijo: —Lean el pasaje en voz alta y digan su nombre en lugar de Jesús—. Nos reímos nerviosos ante la sugerencia. —Ahora quiero que empieces tú— agregó dirigiéndose a mí. Con voz suave y temblorosa pronuncié las palabras que sonaban tan dudosas: «David no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. David nunca deja de ser».
El ejercicio hizo que me preguntara: «¿Estoy de alguna manera impidiendo que Dios exprese Su amor a través de mí?». ¿Creo que otras formas de expresar la fe son más importantes? Pablo declaró que, desde la perspectiva divina, los discursos elocuentes, el discernimiento espiritual profundo, la abundante generosidad y el sacrificio personal no valen nada si el amor no los acompaña (vv. 1-3).
El Señor anhela expresar Su inmenso corazón de amor hacia los demás a través de nosotros. ¿Le permitiremos hacerlo?
Vivir como Cristo es amar como Dios.
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