sábado, 6 de agosto de 2011

ORACIÓN PARA PEDIR PERDÓN

Jesús,
sé que he actuado mal,
sé que no he hecho lo que tú esperas de mí,
sé que con mi forma de actuar
me he alejado del camino de tu amor.
Me sabe mal haber actuado así
porque tú me amas,
y tu camino es el camino de la felicidad.
Jesús, te pido perdón,
y te pido tu fuerza
para vivir como tú viviste.
AMEN

UNA BALA EN LA CABEZA

Llevaba diez años de sufrir dolores de cabeza. Primero pensó que era exceso de trabajo. Después le dijeron que podría ser migraña. Un médico le diagnosticó sinusitis. Pero Bruce Levón no hallaba alivio de ninguna manera, y por fin le sacaron una radiografía. El resultado fue interesante. Bruce tenía una bala incrustada en la base del cráneo.

Diez años atrás, en un baile, alguien había disparado al azar. Bruce recibió el plomo en la cabeza, aunque sólo sintió un rasguño. Más temprano, camino al baile, Bruce había tenido un accidente de automóvil, y él siempre pensó que el rasguño había sido el resultado de algún vidrio del parabrisas.

No es nada común vivir diez años con una bala en la cabeza, aunque es cierto que casos como éste se encuentran en los archivos médicos. El cuerpo es un mecanismo maravilloso que se adapta a muchas interferencias, pero vivir diez años con una bala en la cabeza es extraordinario.

Sin embargo, hay miles de personas que sí llevan algo en la cabeza y en el corazón que daña y hiere y agravia y deteriora. Son las ofensas no perdonadas. Nada produce más daño en el corazón que cargar una injuria, un daño, una ofensa no perdonada.

La reacción normal es defendernos diciendo: «Fue él quien me hizo el mal. Que venga él a mí y me pida perdón.»

Jesucristo, en su Sermón del Monte, dijo algo muy interesante: «Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda» (Mateo 5:23-24).

Tomemos nota de la importantísima frase: «y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti.» Esto quiere decir que es el ofendido quien debe buscar la paz con el que lo ofendió. De no ser así, si no nos busca el que nos ofendió, nunca estaremos en paz. Y es que importa mucho que no carguemos toda la vida un resentimiento no perdonado. Porque nada produce más daño personal que cargar en la mente y en el corazón una ofensa no perdonada.

Nosotros somos los únicos que podemos extraer la bala que tenemos en el corazón. Busquemos al que nos ofendió y reconciliémonos con él. Si no lo hacemos, llevaremos esa carga hasta la muerte. Jesucristo nos dará la gracia para hacerlo. Nuestra tranquilidad depende de eso. No perdamos más tiempo. Busquemos la ayuda de Dios.

Hermano Pablo

AVIVAMIENTO

Vivimos una época en la cual la palabra avivamiento está de moda. Basta escribir esta palabra en un buscador, e Internet arrojará un sin número de artículos sobre este tema.

Lo curioso es que las opiniones de lo que es un avivamiento son diversas pero, todos reclaman haber recibido “revelación” del Espíritu Santo para sus argumentos.

Este sólo hecho debiera poner a todo cristiano, que estudia la Biblia y que verdaderamente la cree (fe) y vive de acuerdo a ella, en alerta, pues una de las características del Espíritu del Santo (Dios), es decir Su Mente o Su Palabra, es que nunca se contradice. Su sí es si en todo el mundo, lo mismo que su no. Jamás El Espíritu del Santo va a iluminar a unos de una forma y a otros de otra, respecto de un mismo tema o doctrina.

Cabe preguntarse entonces ¿qué espíritu es tará influyendo en la mente de esos Teo-filósofos que, sobre un mismo tema argumentan diferente pero, reclaman, cada uno se ellos, ser poseedor de la verdad? De igual manera es asombrosa la cantidad de gente que les sigue y les cree.

El problema está en que cada vez hay menos “cristianos” que se preocupan por estudiar, meditar y aplicar lo que la Biblia nos enseña. Este tipo de creyentes son motivados a no hacerlo, pues el líder a quien siguen los convence de que la “revelación de Dios” la tiene él y es a él a quien deben escuchar, creer y seguir. Esto en sí ya es una tragedia, pero hay algo que es peor y que podría nombrarse como cataclismo.

Este otro algo es líderes de congregaciones que por años han pastoreado congregaciones, de buen testimonio, humildes, sumisos y obedientes al Espíritu Santo (Palabra de Dios), que por descuido, quizás ambiciones, se han dejado seducir por nuevas doctrinas. Es común escuchar de ellos, en algún tiempo verdaderos sier vos de Dios, argumentos como éste: “después de escuchar a tal o cual (por lo general se refieren a un apóstol moderno o pos-moderno), me he dado cuenta de lo equivocado que estaba en mi interpretación de la Biblia”.

Por qué digo que esto puede transformarse en un cataclismo, porque el cambiar la fe en La Palabra de Dios (Verbo - Jesús - Espíritu Santo), por fe en lo que dice un hombre, puede transformarse en un blasfemar en contra del Espíritu del Santo.

La estrategia del diablo, desde Adán hasta hoy en día, ha sido apartar al ser humano de la Palabra de Dios (Verbo). Esto es muy lógico pues ella es la que nos da vida y vida en abundancia.

Juan10:10 “ El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Generalmente se define al avivamiento como una experiencia religiosa, mística o carismática como pos-modernamente se le llama. Se anhela o d esea un avivamiento para recién transformarnos en “buenos y obedientes” hijo de Dios. Otros, más osados, predican que el avivamiento no es para la iglesia, sino que se manifiesta en los no creyentes (sociedad), después de que la iglesia haya experimentado una “renovación espiritual”?!

Sin embargo, la Biblia nos enseña que no hay vida, regeneración, restauración o transformación si no es a través de La Palabra.

El Señor dice a la iglesia de Sardis y a todos nosotros:
"Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído (Mi Palabra); y guárdalo (ponla en práctica), y arrepiéntete." (Apocalipsis 3:1-3)

El apóstol Pablo escribe a los Efesios y a todos nosotros:
“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bie n reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Pero todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz (Palabra de Dios), son hechas manifiestas; porque la luz (Palabra de Dios) es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo (Verbo)." (Efesios 5:11-14)


Otra vez Jesús les habló, diciendo: “ Yo (Verbo - Palabra de Dios) soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12 (cursivas de Juan Paulus)

¿Cuál es entonces la base para ser transformados en buenos y verdaderos siervos/embajadores de Dios, en luz y sal al mundo (avivamiento)?... ¡VOLVERNOS A LA PALABRA DE DIOS!

¿Cómo va a creer el mundo que Jesucristo fue enviado por Dios si no amamos (somos obedientes) a Dios, si nos dejamos guiar por cualquier espírit u (mente) humano y no por el Espíritu del Santo?

Oración intercesora de Jesús por SU IGLESIA; por quien dio Su vida:
…"No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí.” Juan 17:20-23.

¿Te puedes imaginar un avivamiento mejor que éste?

Fraternalmente,
Juan Paulus

Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina
www.iglesialatina.org
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