viernes, 9 de enero de 2009

HOY..QUIERO HABITAR EN CRISTO Y LLEVAR MUCHO FRUTO

“Si ustedes permanecen unidos a mi, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará”. Juan 15:7-.
Hoy puedo meditar en hermosas y profundas verdades expresadas por el Señor Jesucristo. Son verdades que pueden perderse de vista en medio del trajinar diario de la vida. Verdades como esta: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre el Labrador. Cada pámpano que en mi no lleva fruto será echado afuera, y cada pámpano que lleva fruto será podado para que pueda llevar fruto” Juan 15:1,2.
La única manera de tener una vida de calidad es ser guiado por Dios y asimilar la Palabra de Dios de manera que toque nuestro carácter. El deseo del Señor ha sido, es y será que permanezcamos unidos a él y que su Palabra permanezca en nosotros. Necesito tanto la Palabra de Dios como la guía y dirección del Espíritu para el desarrollo de mi carácter, porque incluso las verdades espirituales pueden dañarme en vez de ayudarme, si el Espíritu Santo no está presente.
Oh, cuanto necesito hoy estar unido a Cristo y dejar que sus palabras permanezcan en mi. Las Escrituras revelan la voluntad de Dios si permito que su Santo Espíritu las aplique a mis circunstancias. La Biblia no es un libro que yo puedo abrir y decir: Ahora Señor, pon algo mágico en mi alma que entenderá el significado de este libro.
Hay solo una manera de entender la Palabra y es a través de luchar con las circunstancias y hechos de la vida mientras permito que el Espíritu Santo me guía en el camino y me enseña la aplicación de esa Palabra a mi diario vivir. Dios llevará a sus siervos a través de cosas en las que parece que no podremos sobrevivir, por que el quiere enseñarnos los profundos secretos de su Palabra.
La clave en todo esto es aprender a estar unidos con Cristo. Hoy quiero estar unido al Señor y dejar que la Palabra permanezca en mi y el Espíritu Santo me guíe y entonces la promesa de Pedirás lo que quieras entonces será hecho se hará real. Pedir lo que quiera? Si, porque cuando estoy unido a Cristo y si su palabra permanece en mi y el Espíritu Santo me guía, jamás pediré cosas que no encajan en la gloriosa y perfecta voluntad de Dios. Mi unión con Jesús me hace querer vivir solo para agradarle a él y vivir para él. Ya me canse de querer vivir para mi mismo, ahora quiero vivir para él y en él descansar.
“Señor. Gracias por tu compañía. Hoy quiero estar unido a ti y dejar que tu palabra permanezca en mi. Señor has llenado mi vida de tu bondad y tu poder y quiero hoy descansar plenamente en ti. Se que el camino a veces es duro , pero es mejor transitar el camino con tu presencia a mi lado, que transitarlo solo. Hoy quiero descansar plenamente en ti y amarte con todo mi corazón. Anhelo hacer tu voluntad y esperar en tu Palabra. Gracias por tu poder. Amén.

LA INDECISION

Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía él acostado. Se despidió de su camello, llamado “Indecisión”, acariciándole la cabeza, pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora.
Apenas había conciliado el sueño cuando el camello lo llamó con voz suave, pero insistente. “Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada…” Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.
Pero ocurrió que en cuanto se durmió profundamente, el camello empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto topó con la cabeza del hombre y lo corrió hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero “Indecisión” le hizo ver que eso no era en realidad gran cosa. Pasó poco tiempo para el camello metiera los hombros y empujara a su patrón afuera, hasta las rodillas. Para hacer el cuento corto, “Indecisión” siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro extremo, hasta que finalmente quedó completamente fuera.
¿Le suena esto conocido? ¿No le ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión ésta lo llenó todo, sacándolo de las cosas buenas de la vida? Por ejemplo, le ocurre a los estudiantes cuando se están preparando para un examen, pero frente al televisor dejan que indecisión les pida ver “un poquito más”. Y le ocurre también a los vendedores, cuando les pide “posponer para la semana que entra” la visita a ese cliente importante. Y por supuesto le sucede a aquel que quiere bajar de peso, pero deja que el perverso camello le solicite “empezar después de…”. Sí, cuando dejamos a la indecisión meter la nariz en nuestra vida, no importa si somos amas de casa o ejecutivos de empresa, acabará por llenarla toda, y prácticamente sacarnos de ella.
Proverbios 10:5El que recoge en el verano es hombre entendido, el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.
Marcos 13:35,36Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.

¿MAS ALLA DE TODA AYUDA?

Lectura: Lucas 23:33-43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. —Lucas 23:43
Un pastor del desierto de Israel, de 110 años de edad, fue internado en un hospital de Beerseba por un ataque cardíaco. A pesar de su edad, los doctores se esforzaron por salvarle. Se cree que éste es el paciente más anciano que se haya tratado exitosamente con medicamentos anticoagulantes. Un portavoz del hospital informó que el pastor regresó a su tienda en el desierto del Néguev para pastorear sus cabras.
La atención brindada a este hombre de 110 años refleja la manera en que Jesús respondió a aquellas personas que nosotros consideramos que se encuentran más allá de toda ayuda. Su capacidad y disposición a ir más allá de las barreras sociales para ayudar a los leprosos y a los marginados sociales sobrepasó las expectativas normales de lo que haría una persona buena.
Incluso en la agonía de Su propio sufrimiento, Jesús le tendió la mano a un moribundo a quien todos los demás consideraban más allá de toda ayuda. El hombre era un criminal, condenado a morir y a sólo horas de entrar a una eternidad perdida. En ese momento, Jesús respondió al clamor de ayuda de este hombre y dijo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:43).
¿Conoces a alguien que parezca encontrarse más allá de toda ayuda hoy? Tal vez creas que eres tú quien no tiene esperanza. El Dios de la Biblia se especializa en dar ayuda a aquellos a quienes se les considera tan ancianos, tan culpables o tan débiles que se encuentran más allá de toda ayuda.
La fortaleza de Dios se aprecia mejor en nuestra debilidad.