Lectura: Mateo 4:18-22.
"[Jesús] les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" Mateo 4:19
Cada año, los alumnos del último año de secundaria solicitan el ingreso a sus universidades favoritas y luego no le quitan los ojos de encima a su buzón de correo esperando la carta que anuncie su aceptación.
La situación era diferente para los adolescentes en los tiempos del Nuevo Testamento. Los muchachos judíos a menudo iban a las escuelas rabínicas hasta la edad de 13 años. Luego, sólo los mejores y más brillantes eran elegidos para «seguir» al rabino local. Este grupo pequeño y selecto de discípulos seguían al rabino por dondequiera que éste iba y comían lo que él comía, dándole forma a sus vidas según el modelo de su maestro. Aquellos que no llegaban a esa meta escogían un oficio como la carpintería, el pastoreo de ovejas o la pesca.
Tipos como Simón, Andrés, Jacobo y Juan no habían llegado a la meta. Así que, en vez de seguir al rabino local, estaban bajo los muelles, con el agua hasta las rodillas en el negocio familiar. Es interesante el hecho de que Jesús buscase a los hombres que el rabino local había rechazado. En vez de apuntar a los mejores y a los más brillantes, Jesús ofreció Su invitación de «venid en pos de Mí» a pescadores ordinarios y mediocres. ¡Qué honor! Se convirtieron en seguidores del Rabino Supremo.
Jesús nos ofrece el mismo honor a ti y a mí; no porque seamos los mejores o los más brillantes, sino porque Él necesita a personas ordinarias como nosotros para ser modelos de Su vida, y con amor rescatar a las personas en Su nombre. Así que, ¡síguele y permítele que haga algo de tu vida!
Incluso la gente ordinaria y los marginados pueden llegar a la meta siguiendo a Jesús.
"[Jesús] les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" Mateo 4:19
Cada año, los alumnos del último año de secundaria solicitan el ingreso a sus universidades favoritas y luego no le quitan los ojos de encima a su buzón de correo esperando la carta que anuncie su aceptación.
La situación era diferente para los adolescentes en los tiempos del Nuevo Testamento. Los muchachos judíos a menudo iban a las escuelas rabínicas hasta la edad de 13 años. Luego, sólo los mejores y más brillantes eran elegidos para «seguir» al rabino local. Este grupo pequeño y selecto de discípulos seguían al rabino por dondequiera que éste iba y comían lo que él comía, dándole forma a sus vidas según el modelo de su maestro. Aquellos que no llegaban a esa meta escogían un oficio como la carpintería, el pastoreo de ovejas o la pesca.
Tipos como Simón, Andrés, Jacobo y Juan no habían llegado a la meta. Así que, en vez de seguir al rabino local, estaban bajo los muelles, con el agua hasta las rodillas en el negocio familiar. Es interesante el hecho de que Jesús buscase a los hombres que el rabino local había rechazado. En vez de apuntar a los mejores y a los más brillantes, Jesús ofreció Su invitación de «venid en pos de Mí» a pescadores ordinarios y mediocres. ¡Qué honor! Se convirtieron en seguidores del Rabino Supremo.
Jesús nos ofrece el mismo honor a ti y a mí; no porque seamos los mejores o los más brillantes, sino porque Él necesita a personas ordinarias como nosotros para ser modelos de Su vida, y con amor rescatar a las personas en Su nombre. Así que, ¡síguele y permítele que haga algo de tu vida!
Incluso la gente ordinaria y los marginados pueden llegar a la meta siguiendo a Jesús.