jueves, 3 de febrero de 2011

SEMILLAS UNICAS

Antonio Stradivarius fue un fabricante de violines del siglo diecisiete, cuyo nombre en su forma latina, Stradivarius, se ha convertido en sinónimo de excelencia.

Él dijo una vez que hacer un violín que no alcanzara su más alto nivel sería perjudicar a Dios, quien no podría hacer los violines de Antonio Stradivari sin Antonio.

Tenía razón. Dios no podría hacer violines Stradivarius sin Antonio Stradivarius. Este artesano recibió ciertos dones que ningún otro fabricante de violines poseía.

Del mismo modo, hay ciertas cosas que puedes hacer que ningún otro puede.

Quizás sea la crianza de tus hijos, o la construcción de casas, o dar aliento al desanimado.

Hay cosas que sólo tu puedes hacer, y que para hacerlas es que vives.

En la gran orquesta que denominamos vida, tú tienes un instrumento y una canción, y tienes el deber ante Dios de ejecutar ambos de manera sublime.
Lucado, M., & Gibbs, T. A. (2001). Promesas inspiradoras de Dios (Page 139). Nashville, TN: Caribe-Betania Editores.

Dios ha colocado en el corazón de cada persona semillas únicas. Puedes mirar tus huellas digitales y son la evidencia de la exclusividad de Dios contigo. Hay cosas que sólo tu podrás hacer y nadie más. Vive hoy honrando al Creador usando tus dones y ministerios.

Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres. Salmo 68:18

Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. Daniel 2:48.

¿QUE HARE?

Lectura: Santiago 1:21-25.
"Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañandoos a vosotros mismos" Santiago 1:22
Un hombre que ha sido mi maestro durante años suele decir que su meta al estudiar la Biblia es siempre la aplicación personal. Valoro su énfasis en poner el aprendizaje en práctica porque, para quienes estudiamos, discutimos, enseñamos y escribimos acerca de las Escrituras, es sumamente fácil abordar la Palabra desde una perspectiva meramente intelectual.
Oswald Chambers dijo: «Los hijos de Dios corren el riesgo de familiarizarse demasiado con las cosas sublimes. Hablamos demasiado sobre estas realidades maravillosas, pero olvidamos que debemos exhibirlas en nuestras vidas. Es peligrosamente posible confundir la exposición de la verdad con la verdad en sí; dejarnos llevar por la idea de que, como somos capaces de exponer estas cosas, también son una realidad en nuestras vidas».
Santiago nos recuerda que la persona «que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y presevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace» (1:25). El tema clave no es lo que se predica o se escribe, sino lo que se hace.
Cuando estudio la Palabra de Dios, mi primera pregunta no debe ser «¿qué voy a decir sobre esto?», sino «¿qué voy a hacer en cuanto a esto?».
“Avanzar un paso en la obediencia equivale a años de estudio del tema.” —Chambers