miércoles, 19 de marzo de 2008

ELEGIDO

Siempre que estoy decepcionado, me detengo a pensar en el pequeño Jaime. Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra de la escuela.
Su mamá me dijo que había puesto su corazón en ello pero aún así temía que no fuera elegido.El día que fueron repartidas las partes de la obra, yo estuve en la escuela.
Jaime salió corriendo con los ojos brillantes de orgullo y una gran emoción.-”Adivina qué mamá” y me dijo gritando las palabras que permanecerán como una lección para mí.-”He sido elegido para aplaudir y animar”.
Que no te hagan creer que, porque no puedes hacer grandes cosas, no puedes hacer nada.
Juan 14:12“De cierto, de cierto os digo que el que cree en mí, él también hará las obras que yo hago. Y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre.Juan 15:16“Vosotros no me elegisteis a mí, mas bien, yo os elegí a vosotros para que llevéis fruto, y para que vuestro fruto permanezca.”Santiago 2:5Hermanos míos amados, oid: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman?

EL CAPITÁN Y EL FARO

El capitán del barco miraba, a lo lejos, luces tenues en la oscuridad de la noche. De inmediato, ordenó a su guardavía a enviar el siguiente mensaje: “Altere su rumbo diez grados hacia el sur”. Enseguida, fue recibida la réplica: “Altere el suyo diez grados hacia el norte”. Se enfadó el capitán, ya que su comando había sido ignorado. Así pues, mandó un segundo mensaje: “Yo soy el capitán. Altere su rumbo diez grados hacia el sur”. Al ratito, vino la respuesta: “Yo soy el marinero tercera clase Martínez. Altere su rumbo diez grados hacia el norte”. Pensando infundir temor, el capitán respondió: “Estoy al mando de un buque de guerra”, a lo cual se contestó: “Y yo estoy al mando de un faro”.

Aplicación. En la noche oscura y neblinosa de nuestros tiempos se escuchan muchas voces distintas que vociferan órdenes, diciéndonos lo que debiéramos hacer o cómo encaminar nuestra vida. Una voz en particular se hace escuchar en medio de las tinieblas, señalándonos un rumbo contrario a las indicaciones de las demás, una trayectoria que quizás parezca irracional. Se trata de la voz de quien es la Luz del mundo, voz que ignoramos a gran riesgo nuestro.

TRES CONDUCTORES Y EL AUTOBÚS ESCOLAR

Al superintendente de educación del condado le hacía falta emplear un conductor de autobús escolar, y tenía tres aplicaciones para la vacante. Para seleccionar el hombre más capacitado ideó la siguiente prueba:

Llevó al primer candidato por cierto camino a un lugar donde había una curva cerrada en una subida fuerte, y le preguntó: “¿Qué tan pegada puede usted acercar el autobús a la orilla del camino en esta curva sin precipitarse, con todo y niños, por el precipicio”? El conductor echó un vistazo, replicando: “Creo que hasta seis centímetros de la orilla, sin arriesgar la seguridad”.

Al segundo candidato para el trabajo se le planteó la misma situación. Examinó la curva y dijo al oficial del condado: “Creo que puedo llevar el autobús hasta dos centímetros de la orilla, sin caer sobre el precipicio”.

El superintendente llevó al tercer candidato al mismo escenario, haciéndole la misma proposición. De inmediato, este respondió: “¿Me tiene por loco? A mi no me preocupa qué tan cerca pueda llevar el autobús a la orilla. Más bien, trataré de alejarme lo más posible de la línea de peligro”. Este fue contratado.

Para el cristiano, hay una “línea de peligro” entre la iglesia y el mundo. “Iglesia” identifica a los que han sido llamados fuera del reino de pecado. El apóstol Juan dijo: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). Quien procura permanecer pegado lo más posible al mundo de pecado mientras sigue a Cristo, tiene una actitud mala. Tal cual el tercer conductor, cada individuo debe mantenerse tan distante posible de la zona de peligro. El apóstol Pablo escribió: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno”.

B. C. Goodpasture

¿COMO ES LA GENTE POR AQUÍ?

Un joven recién llegado a un pueblo preguntó a un anciano que estaba con su nieto: "Cómo es la gente que vive aquí?"

El anciano le respondió con otra pregunta: ¿Cómo es la gente del lugar de donde vienes?

El joven le dijo: "Muy egoísta, envidiosa y vengativa"

El viejo replicó..."Pues esa misma gente encontrarás aquí"

Más tarde llegó otro joven que hizo la misma pregunta que el anterior: El anciano le hizo la misma pregunta: ¿Cómo es la gente del lugar dedonde vienes? El joven le contestó: "Confiable, amable, justa, y con mucho amor para los demás..."

A lo que el anciano contesta: "¡Pues esa misma gente es la que encontrarás aquí!"

El nieto del anciano preguntó entonces: "¿Por que has dicho eso abuelo?"

A lo que su abuelito le respondió: "Cada cual, crea su ambiente externo con lo que sale del interior de su corazón, y por su forma de percibir las cosas..."

De esta historia se puede extraer una gran enseñanza:

"Encuentras lo que buscas". Muchas personas se quejan de que los tratan mal, que en este mundo no hay personas buenas, que no se puede confiar en nadie. Y sin embargo muchas otras dicen que todos los tratan bien, que en el mundo hay personas buenas, y que se puede confiar en los demás si se les da la oportunidad.

¿Por qué sucede esto? Pues bien, todo depende de la forma en que mires a los demás, pues si buscas sus errores, eso verás; sin embargo, si buscas sus virtudes... ¡Eso verás!

Ing. Arturo Quirós Lépiz

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DOS RANAS EN EL HOYO

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.Cuando vieron cuán hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas que, para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.

Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: ¿No escuchaste lo que te decíamos? La rana les explicó que ella era sorda, y pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Ésta historia contiene dos lecciones:

1. La lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle y finalizar el día.

2. Una palabra destructiva a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruirlos.

Tengamos cuidado con lo que decimos. Hablemos de vida a aquellos que se cruzan en nuestro camino. El poder de las palabras es tanto, que a veces es difícil de comprender que una palabra de ánimo pueda hacer tanto bien. Cualquiera puede hablar palabras que roben a los demás el espíritu que les lleva a seguir en la lucha en medio de tiempos difíciles, en especial, es el individuo que se da tiempo para animar a otros.

Linda Edith. Puerto Rico

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EL AGUADOR

Un cargador de agua de la India tenia dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenia varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua. Al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, la vasija rota solo tenia la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabia perfecta para los fines para los que fue creada.

Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, solo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar la casa de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Demos gracias a Dios por dotarnos de estos pequeños detalles... ¡¡¡Esas grietas nos acercan mas a nuestro Señor!!!

Oscar Terán

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EL MENSAJE DEL ANILLO

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos los que escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada

.El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como sí fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "Esto tambien pasara".

Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:

-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.

Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

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SÁCALE FILO

Hace algunos años un joven que buscaba trabajo se le acercó al capataz de un aserradero y le preguntó si tenía trabajo para él. "Eso depende," contestó el capataz. "Miremos si puedes tirar éste árbol."

El joven hombre avanzó unos pasos hacia un árbol y lo derribó hábilmente. El capataz estaba impresionado y exclamó, "¡Puedes empezar el lunes!"

Pasó el lunes, el martes, y el miércoles. El jueves por la tarde el capataz se le acercó al joven y le dijo, "Puedes recoger tu cheque de pago hoy a la salida"

Sobresaltado, el joven preguntó, "Pensé que usted pagaba sólo el viernes.""Normalmente así lo hacemos," respondió el capataz, "pero nosotros te estamos dejando ir hoy porque tu rendimiento está bajando. Nuestras estadísticas diarias revelan que estando en el primer lugar el lunes has descendido al último lugar el miércoles."

"Pero soy un trabajador resistente," objetó el joven. " ¡Llego primero, me voy último y he estado trabajando hasta en mis tiempos libres!"

El capataz, viendo la integridad del joven, pensó por un minuto y luego le preguntó, "¿Has estado afilando tu hacha?" El joven respondió, "Bueno, no, Señor. He estado trabajando tan duro que no me he tomado el tiempo para hacerlo..."

Aplicación ¿Y tú? ¿Demasiado ocupado para afilar tu hacha? La oración es la piedra que te da a ti el filo necesario. Sin la oración, entre más trabajo lleves a cabo, más lento te pondrás. Necesitamos parar y tomar tiempo para afilar nuestra vida espiritual en oración con nuestro Padre celestial, para que seamos útiles para el Reino de Cristo.

REMANGATELAS

Lectura: Santiago 2: 14-26
. . . Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. --Santiago 2:18.
Cuando Dave Thomas murió a principios del año 2002, dejó atrás más que miles de restaurantes Wendy. También dejó un legado de ser un hombre muy trabajador a quien respetaban por sus valores prácticos.
Entre los buenos consejos que han sobrevivido al sonriente hombre de negocios está su perspectiva de lo que los cristianos deben hacer con su vida. Thomas, quien de joven fue influenciado para Cristo por su abuela, dijo que los creyentes deben ser cristianos que «se remanguen las mangas».
En su libro Well Done [Bien hecho], Thomas dijo: «Los cristianos que se remangan las mangas ven el cristianismo como fe y acción. Se toman el tiempo para conversar con Dios a través de la oración, estudiar las Escrituras con devoción, ser super activos en su iglesia, y llevar su ministerio a otros para divulgar la Palabra de Dios.» Prosiguió diciendo que son «personas anónimas que podrían estar haciendo más bien que todos los cristianos bien conocidos del mundo».
Esa afirmación tiene más carne que una hamburguesa triple de Wendy. Thomas sabía lo que era el trabajo arduo en el negocio de los restaurantes, y sabía que es vital también en el mundo espiritual.
En Santiago 2:17 leemos que a menos que nuestra fe vaya acompañada de obras, está muerta. Remanguémonos las mangas y empecemos a trabajar. Hay mucho que hacer. --Dave Branon
UNA FE VIVA ES UNA FE QUE TRABAJA.