Abraham comenzó su viaje sin el menor conocimiento de su destino final. Él obedeció su noble impulso sin ningún discernimiento de las consecuencias de esa decisión. Él tomó un pasó y no se detuvo para saber que había adelante antes de tomar el otro paso. Esto es fe, hacer lo que Dios dice aquí y ahora, dejando los resultados a él. Fe no está interesada en conocer todos los eslabones de la cadena, su devota atención está enfocada en el próximo eslabón.
Fe no es el conocimiento de un proceso moral, es la fidelidad al acto moral. Fe siempre deja algo al Señor, Fe obedece al mandamiento inmediato del Señor y deja la dirección y el destino a él. Por lo tanto hoy caminaré en fe, dejando todos los resultados y el final del camino al Señor. La fe cumple el camino con serenidad. En un mundo que solo se mueve por vista y ofrece oportunidades diciéndonos lo que hay adelante del camino para atraernos a sus redes, el caminar por fe parece muy riesgoso, pero yo hoy quiero caminar por fe sabiendo que Dios tiene todo en control.
Hoy necesito tomar un paso y no preguntar que me espera más allá de ese paso, sino dar el segundo y tercero con mi vista puesto en el autor y consumador de mi fe. Se que puestos mis ojos en él, entonces él me dirá cuando dar el próximo paso y cuando él lo diga lo hago aquí y ahora sin esperar más y sin quedarme quieto lleno de temor. Hoy necesito dejar al Señor la dirección y el destino de mi vida.
Señor, gracias por darme la fe que necesito. Se que mi vida, mi familia, mi futuro, mi trabajo están en tus manos. Hoy decido tomar los pasos de fe y ya no vivir por vista. La meta final de mi camino tu la conoces , porque ya la has predeterminado y en esa confianza yo me quiero mover y en esa fe yo quiero vivir. Amén.