viernes, 5 de junio de 2009

AGUILAS PESCADORAS

El canal National Geografic presentó un programa que mostraba cómo hacen las águilas para atrapar peces en los lagos. Vuelan muy alto sobre el lago, , y su visión es tan aguda que localizan con facilidad al pez que quieren pescar. Al verlo, doblan las alas hacia atrás y se lanzan directamente hacia él a gran velocidad. Al llegar al agua, extienden las alas, abren las garras, asen al pez y vuelven a la playa.
En ese programa, mostraron una película que presentaba un hecho poco común. Un águila se sumergió apara atrapar al pez; pero, el pez era muy grande. Al comenzar a levantar el vuelo, el águila hacía un esfuerzo muy grande. El pez era pesado y ella no lograba soportar su peso.
Dándose cuenta de que no podía con su presa, trató de soltar al pez. Pero sus garras habían penetrado tan hondo en sus carnes que no podía sacarlas. Luchó mucho, pero no tuvo éxito. Comenzó a caer al lago, ahogándose, porque no pudo librarse de la caza que había atrapado.
Muchas veces, nosotros nos aferramos de cosas que pueden ser peligrosas. Escogemos malos amigos, malos programas de televisión, alimentos dañinos. En fin, nuestras elecciones acaban siendo demasiado pesadas y grandes para nosotros.
Al principio, creemos que tenemos el control, y que podremos apartarnos del mal cuando lo deseemos. Pero, sin darnos cuenta, eso se transforma en un hábito. Cuando un día tratamos de librarnos y de salir, descubrimos que estamos demasiado agarrados de las malas costumbres. ¡Estamos descontrolados!
Lo mismo que le pasó al águila que no consiguió librarse del pez y murió ahogada, puede pasarnos a nosotros; y cuando nos acordemos, será demasiado tarde para abandonar el mal; ciertamente pereceremos juntamente con él. A veces, los malos amigos nos llevan a hacer cosas que no haríamos si no anduviéramos con ellos.

En Hebreos 12:11 leemos que debemos librarnos de todo peso del pecado que nos acosa.
Así que ¡manténte despierto!
Efesios 5:11No tomen parte en las cosas inútiles que hacen los que son de la oscuridad.

UN DESEO DE GRADUACION

Lectura: Salmo 42.
"¿Por qué te abates, oh alma mía...? Espera en Dios; porque aún he de alabarle" Salmo 42:5
El orador en la ceremonia de graduación de una escuela secundaria era el presidente de una gran corporación. Se le eligió para la ocasión debido a su éxito. Pero su discurso vino con un deseo de lo más inusual para los graduados.El orador les dijo a los estudiantes que estaban sentados delante de él con sus togas y birretes: "Si yo pudiera tener una esperanza para ustedes ahora que salen al mundo, sería ésta: Espero que fracasen. Espero que fracasen en algo que sea importante para ustedes". Prosiguió diciendo cómo su propia vida había sido un fracaso tras otro, hasta que aprendió a ver el fracaso como un maestro efectivo.Muchos de los cánticos de Israel se originaron en épocas de fracaso. De la desesperación surgió el clamor: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Salmo 32:1-2).Algunas veces no estamos listos para ver la maravilla de la sabiduría y la fuerza de Dios hasta que estamos jadeando exhaustos porque nos hemos quedado sin fuerzas.Una historia recurrente en la Biblia es que los valles del fracaso se levantan las montañas de la fe. Antes de descubrir el terreno elevado que estamos buscando, puede que tengamos que ver el fracaso de los sueños que albergamos en nuestros corazones y en vez de ello, confiar en el amor, la sabiduría, y la guía de nuestro Dios.
Aprende de tus fracasos, o fracasarás en tu aprendizaje.