La “voluntad” es lo que genera la energía y el valor para crear. El “querer”, por sí mismo, no es suficiente. Estar “dispuesto” nos mueve más allá de nuestras limitaciones y hacia la grandeza. Las aves vuelan, los peces nadan y los seres humanos crean. Esa es nuestra naturaleza. Al final del día, tanto los optimistas como los pesimistas están siempre en lo correcto. ¿Por qué esperar entonces cuando podemos crear? Cuando damos por sentado nuestro éxito, no nos brindamos la oportunidad de aprender del proceso y aplicarlo en otras áreas de nuestra vida. El fracaso es simplemente un resultado que difiere del que esperábamos. Podemos tener éxito ahora o más tarde; depende sólo de nosotros. El éxito está esperando, aquí y ahora. No le importa de dónde venimos, lo que hacemos o lo que hicimos anteriormente. Está disponible a todo aquel que lo quiere y está preparado para salir a tomarlo.“No siempre podemos obtener lo que queremos” podrá ser una buena letra de una canción, pero es un lema terrible para la vida. Entre más practiquemos el crear éxito en un área, más fácil será el crearlo en otras. Si estás intentando crear algo perfecto, tengo dos palabras de advertencia para ti: ¡Supera eso! Para ser exitosos, lo que hacemos, debe importanos. Crear éxito es asunto de cumplir o manifestar el propósito para el cual nacimos. Cuando nuestra mente está despierta, atenta y lista para ser usada, hallaremos que podemos crear cualquier cosa que estemos dispuestos a tener. Nuestra mente nos da el poder tanto para crear como para destruir.Citado de “Elementos del Éxito” de Nisandeh Neta, copyright 2003; enviado por el autorFuente: www.motivateus.comRecordemos que como hijos de Dios, necesitamos ser como él. Dios es creador y él espera que nosotros como sus hijos seamos creativos y dejemos de lamentarnos del ayer. Supera eso...Dios está a tu lado.Y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. Gen 14:19Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan. Isa 42:5
lunes, 23 de junio de 2008
LA BATALLA INTERIOR
Lectura: Gálatas 5:13-26
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. --Gálatas 5:16.
En su Carta a los cristianos de Gálatas, Pablo trató de hacerles entender el conflicto interior que van a tener todos los que pertenecen a Cristo. Esta batalla es entre «la carne» (nuestra naturaleza pecaminosa) y el Espíritu Santo que mora en nosotros (Gálatas 5:17).
Puesto que nuestra naturaleza egocéntrica quiere salirse con la suya, lucha contra la regla de Cristo en nosotros. Así que a menudo terminamos haciendo nuestra voluntad y no la de Dios (v.17).
Una vez oré desesperada: «Señor, por favor muéstrame cómo vencer.» Dios me dirigió a las palabras de Pablo en Gálatas 5:16: «Andad por el Espíritu.» Seguí leyendo y llegué a reconocer mis propias «obras de la carne»: mi envidia, ira, odio y ambiciones egoístas (vv.19-21).
Pedí perdón a Dios y pude comprender que he sido crucificada con Cristo (2:20). El poder de mi carne pecaminosa ha sido quebrantado (5:24; Romanos 6:6-7). He aprendido poco a poco a poner en práctica esa «muerte» permitiéndole a mi carne no más derechos de los que se le permiten a un cadáver. Así que diariamente decido reconocer y obedecer la voluntad de Cristo solamente. A veces fallo, pero el arrepentimiento me pone de nuevo a tono con el Espíritu Santo.
Todos los días enfrentamos ese conflicto, pero el Espíritu puede vencer nuestros deseos pecaminosos y ganar la batalla. ¿Qué bando está ganando en tu vida?
DIOS NOS DARÁ LA VICTORIA, PERO DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A PELEAR.
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. --Gálatas 5:16.
En su Carta a los cristianos de Gálatas, Pablo trató de hacerles entender el conflicto interior que van a tener todos los que pertenecen a Cristo. Esta batalla es entre «la carne» (nuestra naturaleza pecaminosa) y el Espíritu Santo que mora en nosotros (Gálatas 5:17).
Puesto que nuestra naturaleza egocéntrica quiere salirse con la suya, lucha contra la regla de Cristo en nosotros. Así que a menudo terminamos haciendo nuestra voluntad y no la de Dios (v.17).
Una vez oré desesperada: «Señor, por favor muéstrame cómo vencer.» Dios me dirigió a las palabras de Pablo en Gálatas 5:16: «Andad por el Espíritu.» Seguí leyendo y llegué a reconocer mis propias «obras de la carne»: mi envidia, ira, odio y ambiciones egoístas (vv.19-21).
Pedí perdón a Dios y pude comprender que he sido crucificada con Cristo (2:20). El poder de mi carne pecaminosa ha sido quebrantado (5:24; Romanos 6:6-7). He aprendido poco a poco a poner en práctica esa «muerte» permitiéndole a mi carne no más derechos de los que se le permiten a un cadáver. Así que diariamente decido reconocer y obedecer la voluntad de Cristo solamente. A veces fallo, pero el arrepentimiento me pone de nuevo a tono con el Espíritu Santo.
Todos los días enfrentamos ese conflicto, pero el Espíritu puede vencer nuestros deseos pecaminosos y ganar la batalla. ¿Qué bando está ganando en tu vida?
DIOS NOS DARÁ LA VICTORIA, PERO DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A PELEAR.
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