sábado, 6 de marzo de 2010

ENCONTRALA ALLI

Cada año, mi cumpleaños seguía el mismo ritual. Mi madre venía a verme, aquel día de otoño y cuando abría la puerta la encontraba parada en el umbral sobre un montón de hojas secas que el viento arrastraba hasta la grada.
Por lo general era un día frío, y ella siempre se presentaba con un regalo de cumpleaños debajo del brazo, algo pequeño precioso que hacía tiempo necesitaba, algo que no sabía que me hacía falta.
Entonces abría el regalo con gran cuidado, y luego lo guardaba junto con mis tesoros más preciados, pues para mí los obsequios frágiles son aquéllos que vienen de la mano de una madre.
Si mamá pudiera visitarme hoy en mi cumpleaños, la traería al calor de la cocina, tomaríamos una taza de té y contemplaríamos las hojas chocar con la fuerza del viento contra nuestra ventana.
No tendría prisa en desenvolver mi regalo, porque hoy sabría que ya lo había abierto al verla en el umbral de la puerta con su dulce y amorosa sonrisa, parada sobre un montón de hojas secas…
Exodo 20:12
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da.

NO TE OLVIDAMOS

Lectura: Hebreos 11:24-40.
"Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún" Hebreos 6:10
Cuando el hombre más anciano de Gran Bretaña cumplió 111 años, aviones antiguos volaron por el cielo y la banda de los Infantes de la Marina Real tocó «Feliz Cumpleaños». Según el diario británico Daily Mirror, Henry Allingham quedó asombrado por toda la atención. Hasta hacía seis años, él había mantenido en secreto durante 86 años los horrorosos recuerdos de lo que había sucedido en las trincheras de la I Guerra Mundial. Este anciano, que había sido blanco de proyectiles, bombas y que al final había sido herido, no recibió honor alguno por lo que había soportado a favor de su país sino hasta que la Asociación de Veteranos de la I Guerra Mundial le encontró.
La historia de la Biblia nos ofrece historias parecidas a la de Henry. Las Escrituras muestran que aquellos que libran las batallas de Dios a menudo terminan heridos, encarcelados e incluso asesinados como resultado de su servicio.
Los cínicos podrían observar esas vidas y con un suspiro llegar a la conclusión de que no hay buena acción que no reciba castigo. Pero el autor de Hebreos ve un panorama más amplio. Él nos recuerda que un día Dios honrará absolutamente todo lo que hayamos hecho con fe y amor (6:10).
¿Te sientes desalentado hoy? ¿Te sientes insignificante? ¿Te sientes olvidado después de tratar de servir a Dios? ¿Ten la seguridad y la tranquilidad de que Dios no olvidará nada de lo que has hecho en tu servicio a Él o a los demás.
Dios recuerda el bien que olvidamos.