sábado, 9 de octubre de 2010

CUANDO EL INFIERNO ABRIÓ SU BOCA

Era un simple tubo de metal. Pero era un tubo que transportaba petróleo venezolano. El tubo estaba al descubierto, a unos 500 kilómetros al sureste de Caracas. A fines del mes de diciembre, un autobús se salió de la ruta y chocó contra el tubo, y el tubo estalló.

En cuestión de segundos, el vehículo se vio envuelto en enormes llamas. Treinta personas perecieron en aquel infierno. Alberto Restán, un joven pasajero que por milagro escapó vivo, dijo a los diarios: «La gente gritaba desesperadamente cuando se produjo el choque. Pero cuando el infierno abrió su boca, cesaron todos los gritos.»

«Cuando el infierno abrió su boca.» La frase es impactante. Por eso se usa con frecuencia en la literatura universal. La boca del infierno representa todo peligro genuino, toda amenaza verdadera, todo acto de maldad desatada y toda violencia incontenible.

En este sentido hay muchas situaciones simbólicas en que el infierno abre su boca. A veces es la puerta de una cantina adonde el padre de familia va a gastar el dinero de la semana. A veces es un negocio turbio donde el hombre deja enterrada integridad, conciencia y moral.

A veces lo que debiera ser lo más bello en esta vida, el matrimonio, resulta ser no sólo la boca del infierno sino el infierno mismo debido a insolencias y hostilidades. El orgullo y la rebeldía deshacen el hogar, quebrantan a los niños y convierten en llamas de horror lo que comenzó siendo nido de amor.

Somos nosotros los que provocamos nuestros infiernos. Es increíble el mal que nos hacemos a nosotros mismos. Creemos que cuando nos imponemos, forzando nuestra opinión y exigiendo que se respeten nuestras disposiciones, salimos ganando. Pero es todo lo contrario.

¿Por qué habrá tanta disensión en el mundo? ¿Por qué será que hermanos se matan unos a otros? ¿Por qué los recién casados, que comenzaron con las más grandes ilusiones de amor, llegan a odiarse? Por una sola razón: la rebeldía y el egoísmo. ¿Cuándo reconoceremos que el problema lo somos nosotros mismos?

El día en que nuestro mayor anhelo sea agradar a Cristo agradaremos a los que están a nuestro lado. Con eso estaremos, también, agradándonos a nosotros mismos. No nos sigamos destruyendo. Arreglemos hoy mismo nuestras cuentas con Dios. La paz con Dios trae paz a nuestra alma.

Hermano Pablo

EL PASTOR Y SU HIJO

Todos los domingos por la tarde, después del servicio mañanero en la iglesia, el Pastor y su hijo de 11 años van al pueblo a repartir tratados a cada persona que ven. Este domingo en particular, cuando llego la hora de ir al pueblo a repartir los tratados, estaba muy frió afuera y comenzó a lloviznar. El niño se puso su ropa para frío y le dijo a su padre, 'OK, papa, estoy listo'.
SU papa Pastor le dijo, 'Listo para que?'
'Papa, es hora de ir afuera y repartir nuestros tratados.'
El papa respondió, 'Hijo, esta muy frío afuera y esta lloviznando.'
El niño miro sorprendido a su padre y le dijo, 'Pero Papa, la gente se esta yendo al infierno aun en los días lluviosos.'
El Papa contesto, 'Hijo no voy a ir afuera con este tiempo.'
Con desespero, el niño dijo, 'Papa, puedo ir yo? Por favor?
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, tu puedes ir. Aquí tienes los tratados, ten cuidado.'
'Gracias papa!'
Y con esto, el se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años camino todas las calles del pueblo, puerta por puerta repartiendo los tratados a las personas que veía. Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último tratado. Se detuvo en una esquina y miro a ver si veía a alguien a quien darle el tratado, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces el se viró hacia la primera casa que vio, comenzó a caminar hacia la puerta del frente y toco el timbre. El tocó el timbre varias veces, esperó y nadie salió.
Finalmente el niño se volteo para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteo nuevamente hacia la puerta, comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. El esperó, algo lo aguantaba ahí frente al la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
Salio una señora con mirada muy triste y suavemente le pregunto, 'Que puedo hacer por ti, hijo.'
Con unos ojos radiantes y una sonrisa que te corta las palabras, el niño dijo, 'Señora, lo siento si la molesté, pero solo quiero decirle que *JESUS REALMENTE LA AMA* y vine para darle mi último tratado que habla sobre JESUS y SU GRAN AMOR. El niño le dio el tratado y se fue.
Ella lo llamo y le dijo, 'GRACIAS, HIJO', y que DIOS te bendiga.
Bien, el próximo Domingo por la mañana el pastor estaba en el pulpito y cuando comenzó el servicio, dijo, 'Alguien tiene un testimonio o algo que quiera compartir?
Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando comenzó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos, 'Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, inclusive hasta el domingo pasado no era cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El Domingo pasado fue un día particularmente frío y lluvioso, y también fue en mi corazos donde llegue al final de la línea que no tenia esperanza ni ganas de vivir. Entonces tome una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarre la soga y la asegure a las vigas del techo, entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado estaba a punto de tirarme, cuando de repente escuche el sonido fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, 'Esperare un minuto y quien quiera que sea se ira'.
Yo espere y espere, pero el timbre de la puerta cada vez era mas fuerte e insistente, y luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza. Entonces me pregunte, QUIEN PODRA SER? Nadie toca mi puerta ni vienen a verme, solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez mas fuerte.
Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, nunca poder describirla! Las palabras que vinieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida cuando dijo con voz de querubín, 'SEÑORA, solo vine a decirle que JESUS realmente la ama.'
'Cuando el pequeño angel desapareció entre el frío y la lluvia, cerré mi puerta y leí cada palabra de el tratado. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga. Ya no la necesitarla más. Como ven ---- ahora soy una niña feliz del REY. Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del tratado, Yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ANGEL DE DIOS que llego justo a tiempo y de hecho a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.'
Todos lloraban en la iglesia, y le daban Gloria y honor al REY DE REYES, el Pastor bajo del pulpito hasta la primera banca del frente donde estaba sentado el pequeño ángel. Tomo a su hijo en sus brazos y lloro y gimió incontrolablemente.
Probablemente la iglesia no tuvo un momento mas glorioso, y probablemente este universo nunca a tenido un padre mas lleno de amor y honor por su hijo?..Excepto por uno. Este PADRE permitió a su hijo venir a un mundo frío y oscuro. El recibió a su hijo con una alegría inexplicable, y todo el cielo le dio gloria y honor al REY DE REYES, sentó su hijo amado a la diestra de su trono y le dio poder sobre todo principado y su nombre es sobre todo nombre, JESUS.
Recuerda, el mensaje de DIOS puede hacer la diferencia en la vida de alguien cerca de ti. No te avergüences de compartir este maravilloso mensaje.
DELEITATE ASI MISMO EN JEHOVA TU DIOS Y EL TE CONCEDERA LAS PETICIONES DE TU CORAZON!!

PERDON POR LAS LAGRIMAS

Lectura: Juan 11:32-44.
"[Jesús] se estremeció en espíritu y se conmovió" Juan 11:33
Una amiga mía estaba haciendo un gran cambio en su vida; estaba dejando su empleo de 50 años para emprender un nuevo negocio. Lloraba cuando se despedía de sus compañeros y, al hacerlo, con frecuencia decía: «Perdón por las lágrimas».
¿Por qué algunas veces sentimos la necesidad de disculparnos por llorar? Tal vez vemos las lágrimas como una muestra de debilidad de nuestro carácter o de una vulnerabilidad que no nos gusta. Tal vez nos sentimos incómodos o pensamos que nuestras lágrimas molestan a los demás.
Sin embargo, es Dios quien nos dio nuestras emociones. Son una característica de que hemos sido hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:27). Él sufre. En Génesis 6:6-7, estaba afligido y molesto por el pecado de Su pueblo y la separación que este causó entre Él e Israel. Jesús, Dios encarnado, se unió a Sus amigas María y Marta al llorar la pérdida del hermano de ellas, Lázaro (Juan 11:28-44). «Se estremeció en espíritu y se conmovió» (v.33). «Lloró» (v.35). «Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro» (v.38). Dudo que Él se disculpara por llorar.
Un día, cuando lleguemos al cielo, ya no habrá sufrimiento, separación ni dolor, y Dios enjugará toda lágrima de nuestros ojos (Apocalipsis 21:4). Mientras tanto, puede que corran las lágrimas. No hay necesidad de disculpas.
Si dudas de que a Jesús le importe, recuerda Sus lágrimas.