miércoles, 31 de diciembre de 2008

PREDICACION SILVIA DE MURATORE II PARTE

PREDICACION SILVIA DE MURATORE I PARTE

POEMAS DE AÑO NEVO

Haz que todas tus mañanas sean brillantes, llénate de optimismo, piensa que todo te saldrá bien y no precipites los acontecimientos.

No te apresures a tomar decisiones, date tiempo para pensar.

No dejes que otro piense por ti, porque tú tienes tu propia personalidad.

Sé tú mismo, no dejes de serlo para complacer a otros.

No busques amistades cuyos hábitos sean diferentes a los tuyos, pero si tienes buenos amigos, disfruta de su compañía y de su amistad.

Comparte con tu familia, saca tiempo para compartir con ellos.

Nunca trates de imponer tus propios criterios. Cada persona tiene derecho a opinar y tu deber es oirla. Si así lo haces tu palabra cobrará más fuerza.

Sé paciente con los demás, así demostrarás tu alto grado de madurez.

Haz buen uso de tu dinero para que tu mayordomía sea una responsable.

No desperdicies tu tiempo, pues el tiempo bien usado es un reflejo de tu carácter.

No comas con glotonería, sino para alimentarte. No lo hagas por llenar el vientre, sino por una necesidad.

Saca tiempo para meditar y aprende a contemplar toda la hermosura que Dios creó a través de la Naturaleza.

Respétate a ti mismo y verás que los demás te respetarán.

Esfuérzate cada día por ser un buen ciudadano útil en la sociedad.

Si practicas estas reglas, seguramente serás en el Nuevo Año un ser humano feliz porque con tu comportamiento estás aportando para una mejor convivencia y podrás ser de inspiración para otros.

HOY..NO ESTARE AFANADO

Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con ACCIÓN de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6,7
Una importante ayuda en la vida de oración es el hábito de traer todo a Dios momento a momento. No dejar nada sin entregarle a él, porque cuando dejo cosas sin entregarle a él en oración , entonces el afán y la angustia tocan la puerta de mi corazón y cuando eso sucede pierdo la tranquilidad y la paz.
Hoy, quiero formar el hábito de entregarle todo al Señor en oración, si lo hago repetida y constantemente, ese hábito vendrá a ser mi vida como los demás hábitos que he adquirido en mi vida. Las peticiones si las llevó a delante de Dios estarán en las mejores manos.
Se que muchas veces, cuando la angustia llega y el afán me invade, estoy propenso a buscar personas con quien compartir. Y esto no es malo en sí, pero hoy necesito reconocer que antes de buscar una persona a quién contarle mis luchas y mis conflictos, necesito llevarlo delante del Señor con toda oración y ruego y esto necesito acompañarlo con acción de gracias, porque cuando uno mis peticiones con acción de gracias estoy reconociendo que el Señor es el único que tiene las respuestas apropiadas y entonces, el Apóstol Pablo me dice que la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará mi corazón y mi entendimiento en Cristo Jesús. Si, la paz volverá a mi corazón.
Cuanto necesito que mi corazón y mi entendimiento sean verdaderamente guardados en Cristo Jesús. Mi corazón corre a turbarse ante el primer estampido del trueno de conflicto que como un látigo silba en la noche. Mi entendimiento se torna oscuro ante el primer viento fuerte de conflicto que rompe las ramas de mi pensamiento. Por ello mi corazón y mi entendimiento hoy necesitan estar guardados en Cristo, pero no estarán guardados a menos que lleve todo en oración al Señor y entonces la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará mi corazón y mi pensamiento en Cristo Jesús.
Gracias Señor por darme en este día la oportunidad de traer todas mis angustias ante ti y enseñarme a dejar todas mis angustias ante tu trono. Se que hoy la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará mi corazón y mi entendimiento en Cristo Jesús. Oh , Dios quiero en este día llevar todas mis cargas y dejarlas en tu altar, porque de esta manera podré descansar de todo peso que me asedia y podré respirar profundamente la tranquilidad que viene de tu mano. Amén.

¿QUE TE PUEDO DESEAR PARA EL PROXIMO AÑO?

Que nuestra amistad continúe eterna y tenga siempre un lugar especial en nuestro corazón.
Que las lágrimas sean pocas, y compartidas. Que las alegrías estén siempre presentes y sean festejadas y recordadas tanto por ti como por mí.
Que Dios esté siempre con su mano extendida y te sostenga y me sostenga señalándonos el camino correcto.
Que los sentimientos como la envidia o el desamor, sean eliminados de nuestra vida.
Que la verdad siempre esté por encima de todo. Que el perdón y la comprensión, superen las amarguras y las dificultades.
Que todo lo que soñemos se transforme en realidad, pero sobre todo que el amor al prójimo sea nuestra meta absoluta.
Que mi cariño deje una huella imborrable tanto en tu vida como en tu corazón.
¡Te deseo un hermoso año nuevo a partir de hoy!
Que nuestra próxima jornada de los siguientes 365 días esté llena de caminos por recorrer y de metas por alcanzar, pero lo más importante es que atesoremos los recuerdos gratos que la vida nos regaló este año que está por terminar.

Lucas 6:38 Dad y se os dará…

HORAS Y TIEMPOS

Lectura: Eclesiastés 3:1-8
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. —Eclesiastés 3:1
Al Reverendo Gardner Taylor se le ha llamado «el deán de la predicación norteamericana». Nacido en Louisiana, en 1918, nieto de esclavos, venció a la segregación existente en su juventud para llegar a ser el pastor de una numerosa congregación en Nueva York y un líder en la lucha por la igualdad racial. Durante seis décadas, viajó por el mundo como un predicador muy solicitado.
Sin embargo, a la edad de 89 años, la salud del Reverendo Taylor cedió y ya no pudo aceptar compromisos como orador. Le dijo a Rachel Zoll, de la agencia de noticias Associated Press: «Al principio me sentí bastante alicaído». Pero luego habló de su fe en la que «todo tiene su tiempo y todo tiene su hora y tenemos que ver cuándo se da cada momento de la mejor manera que podamos y encontrar lo positivo en cada situación».
En un esfuerzo por enfrentar los desafíos de la vida, a menudo nos volvemos a las palabras de Salomón: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1). No obstante, no tenemos reparos en admitir que preferiríamos reír que llorar, bailar que endechar, y buscar que perder (vv. 4,6).
Pero sabemos que al aceptar las lecciones y las oportunidades de todo tiempo que se nos presenta, encontramos que «Dios es nuestro amparo y fortaleza» (Salmo 46:1).
Sea cual fuere el tiempo en que nos encontremos, siempre es momento de confiar en Él. Cualquiera que sea la época en la vida, la actitud es lo que marca toda la diferencia.