sábado, 31 de julio de 2010

EL CORAZON DE DIOS REVELADO

Lectura: Apocalipsis 3:14-22.
"Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete" Apocalipsis 3:19
Es fácil pensar en Dios como un matamoscas divino, que simplemente está esperando a que nos posemos en algún lado para que —plaf— nos pueda aplastar por nuestros pecados. Pero eso no es lo que vemos en Apocalipsis 2–3, en Sus cartas a las siete iglesias. La línea de las cartas demuestra el corazón amoroso de Dios incluso hacia las personas veleidosas.
Jesús comenzó muchas de estas cartas afirmando las cosas buenas que Su pueblo había hecho. Esto nos muestra que al Señor Le agrada cuando hacemos lo bueno y lo correcto.
Pero a Jesús también Le preocupan las faltas en nuestras vidas. Su encomio en estas cartas a menudo iba seguido de claras palabras de reprobación. Y si bien no nos sentimos cómodos cuando Le escuchamos decir, «pero tengo contra ti» (2:4; ver vv.14,20), Él nos revela lo que tiene que cambiarse en nuestras vidas para mantenernos lejos del autoengaño.
Esto nos traslada al verdadero meollo del asunto: el arrepentimiento. Cuando el Señor les dijo a estas iglesias que se arrepintieran, estaba revelando Su amor por los santos veleidosos. Su meta no era condenarlos sino restaurarlos a una íntima comunión con Él.
Y no pases por alto el hecho de que cada carta termina con una promesa específica para los «vencedores». Claramente, Dios desea recompensar a aquellos que viven vidas que Le agradan.
¿Qué te está diciendo Él hoy?
El arrepentimiento restaura y renueva nuestra intimidad con el Señor.

viernes, 30 de julio de 2010

GOTAS PARA EL ALMA

Entre más intensamente nos sentimos acerca de una idea o una meta, más seguramente la idea, enterrada profundamente en nuestro subconsciente, nos dirigirá a lo largo del camino a su cumplimiento. –Earl Nightingale

Hay una pequeña diferencia entre personas, pero esa pequeña diferencia hace una gran diferencia. Esa pequeña diferencia es la actitud; la gran diferencia es si es positiva o negativa. –W. Clement Stone

Los años arrugan el cuerpo, pero el rendirnos arruga el alma. –Douglas McArthur

Lancemos el corazón más allá del límite y nuestro cuerpo le seguirá. –Norman Vincent Peale

Más vale que hagamos lo mejor al vivir, actuar y pensar hoy, porque hoy es la segura preparación para mañana y todos las demás mañanas que le seguirán. –Harrie Martineau

Hagamos algo cada día que no queramos hacer; esta es la regla de oro para adquirir el hábito de cumplir con nuestro deber aun que nos duela. –Mark Twain

El pensar es fácil, actuar es difícil, y el poner nuestros pensamientos en acción es la cosa más difícil en el mundo. –Johann Wolfgang von Goethe

La mejor medida del carácter de una persona es (1) cómo trata a la gente que no le pueden beneficiar en nada, y (2) cómo trata a la gente que no puede pelear de vuelta. –Abigail van Buren

Aquel que cada mañana planea sus negocios del día y sigue ese plan, lleva un hilo que le guía a través del laberinto de la vida más ajetreada. Pero donde no se planea, donde el uso del tiempo se rinde a lo que venga, el caos pronto reinará. –Victor Hugo

Es en nuestros momentos de decisión que se forja nuestro destino. –Anthony Robbins

Si un hombre vacía su cartera en su cabeza, nadie se la puede robar. Una inversión en conocimiento siempre paga el mejor dividendo. –Benjamin Franklin

Arriesgue más de lo que los demás consideren seguro. Interésese más de lo que los demás piensen sabio. Sueñe más de lo que los demás piensen práctico. Espere más de lo que los demás piensen posible. –Claude T. Bissell

Si nuestra imaginación nos lleva a comprender cuán rápidamente la gente nos concede nuestras peticiones cuando las mismas apelan a sus propios intereses, podremos alcanzar casi cualquier cosa que nos propongamos. –Napoleon Hill

Hasta que nos valoremos a nosotros mismos, no valoraremos nuestro tiempo. Hasta que valoremos nuestro tiempo no haremos nada con él. –M. Scott Peck

Yo dije: Señor, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado. Salmo 41:4.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.Salmo 42:5.

INVOLUCRANDOME

Lectura: Lucas 10:30-37.
"Clemente y misericordioso es Jehová" Salmo 111:4
Fred exclamó: «¿Acaso nadie va a ayudar a ese pobre hombre?», cuando él y mi esposo, Tom, se dieron cuenta de cuál había sido la causa para que el tráfico avanzara lentamente por la transitada carretera de cinco carriles. Un hombre yacía tumbado entre los carriles con su bicicleta sobre él, mientras los vehículos simplemente le esquivaban y pasaban de largo. Fred encendió las luces intermitentes de advertencia y bloqueó el tráfico con su automóvil. Luego él y mi esposo salieron para ayudar al hombre maltrecho.
Fred y Tom se involucraron, al igual que el samaritano en la historia de Jesús en Lucas 10. Ellos también vencieron toda renuencia que pudieran haber tenido para tenderle la mano a un hombre en peligro. El samaritano también tuvo que vencer los prejuicios raciales y culturales. Las personas de las que habríamos esperado ayuda mostraron indiferencia ante la difícil situación del hombre herido.
Es fácil encontrar razones para no involucrarse. Nuestras ocupaciones, la indiferencia y el temor a menudo están al comienzo de la lista. Pero, al buscar seguir fielmente a nuestro Señor, seremos más y más conscientes de las oportunidades para mostrar el tipo de compasión que Él mostró (Mateo 14:14; 15:32; Marcos 6:34).
En la parábola del Buen Samaritano, Jesús elogió al hombre que había actuado por compasión aun cuando hacerlo le era inconveniente, difícil y costoso. Luego, Él nos dijo a nosotros: «Ve, y haz tú lo mismo» (Lucas 10:37).
La verdadera compasión hace trabajar el amor.

miércoles, 28 de julio de 2010

DOBLE ABANDONO


«Quédate aquí —dijo la mujer aparentando afecto—. Aquí vas a estar bien. Verás correr a los perritos y te vas a entretener.» Luego puso una bolsa con pañales a su lado y una nota escrita que decía: «Me llamo John King; padezco la enfermedad de Alzheimer», y desapareció, abandonando al anciano en una pista de carreras de perros.

La que abandonó al anciano era Sue Gifford, mujer de cuarenta y un años de edad. El anciano abandonado era su propio padre, de ochenta y dos años, víctima de Alzheimer. Para librarse de la carga que significa esa enfermedad, la hija lo llevó a una pista de carreras de perros y lo abandonó en su silla de ruedas. El juez la condenó a seis años de prisión.

Este caso, que apareció en uno de los periódicos de Estados Unidos, conmovió a toda la comunidad. Se sabe que la enfermedad de Alzheimer es dolorosa. Deja a la persona totalmente inhabilitada. Ya no puede valerse por sí misma. Es un caso patético del ser humano que ha perdido lo mejor que tiene: la chispa de la inteligencia. Esa es la condición de la víctima de Alzheimer. Es una muerte en vida.

No obstante, hay una ley universal que descansa sobre el ser humano: «Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios» (Éxodo 20:12). Es el quinto mandamiento del decálogo de Moisés. Abandonar a los padres ancianos por cualquier causa que sea, y especialmente si es sólo por quitarnos de encima el estorbo que ellos nos resultan, es el colmo de la ingratitud y el desprecio.

En muchos lugares hay establecimientos excelentes que se especializan en prestar la atención debida a los ancianos. Y muchos hijos, con sabiduría y cariño, internan allí a sus progenitores inhabilitados. Pero no los abandonan. Los visitan. Y los hijos se toman el tiempo de estar con ellos, mostrando preocupación y ternura.

Sin embargo, cuando los hijos no tienen la facilidad de internar a sus padres en lugares como esos, tienen que ponerse en juego otros recursos. En tales casos hace falta un amor muy especial y un cariño único.

El mandamiento de honrar a nuestros padres viene de Dios. También vienen de Dios, para quien los desee, la inspiración, la paciencia y la determinación de proceder conforme a los eternos y justos mandamientos divinos. Honremos a nuestro padre y a nuestra madre. Algún día seremos nosotros los que recibamos esa honra.

Hermano Pablo

lunes, 26 de julio de 2010

VENENO EN LAS CALLES

La noticia cayó como una bomba en esa pequeña ciudad. Y no era para menos. La ciudad estaba envenenada. Sus calles estaban llenas de tóxico. Vivir ahí era exponerse al cáncer, a enfermedades nerviosas y aun a la muerte por intoxicación.

Era la ciudad de Times Beach en el estado de Missouri, Estados Unidos. Años atrás, la municipalidad había cubierto las calles no pavimentadas con una mezcla de aceite quemado y una sustancia llamada dioxina. Esa sustancia es eminentemente tóxica, y cuando las lluvias comenzaron a lavar las calles, la dioxina produjo emanaciones y contaminó las aguas.

«Hay muerte en esas calles —advirtió el gobierno—. Todos ustedes deben abandonar la ciudad.»

Fue notable el caso de la pequeña Times Beach. La dioxina usada para pavimento envenenó la ciudad. Lo mismo pasó en años anteriores en la ciudad de Sevesa, Italia, que usó la misma sustancia para pavimentar sus calles.

La gente respiraba veneno sin darse cuenta. Pisaba el veneno. Bebía el veneno que se infiltraba en las aguas, y el veneno comenzaba su obra funesta en las personas. Vivir en Times Beach era vivir muriendo.

Lo mismo podría decirse de casi cada ciudad grande o pequeña del mundo occidental. Porque las calles están llenas de veneno, y vivir en ellas es exponer el cuerpo, el alma y el espíritu. Vivir en una ciudad moderna es vivir en un arsenal, un cementerio, un lupanar expuesto y una cloaca abierta.

Se debe, en parte, al crimen violento al que nos vemos abocados cada vez que salimos a caminar; en parte, a la cantidad de cantinas y licorerías que ofrecen atractivamente su mercadería mortal; en parte, a la desvergonzada provocación de prostitutas y homosexuales.

Lo que se dijo de Sevesa y de Times Beach puede decirse de casi toda ciudad del mundo: «Hay muerte en esas calles.» Pero no es muerte por la dioxina sino muerte por el pecado. Sí, por el pecado del corazón humano que ya desborda para inundar todo: calles, casas, escuelas y oficinas.

Por eso es necesario reaccionar y tomar una decisión: la de no permitir que la corrupción de las calles invada nuestro hogar, nuestra familia y nuestro propio corazón. Invitemos a Cristo a que venga a vivir en nuestro corazón. Sólo así podremos librarnos de toda corrupción.

Hermano Pablo

A PESAR DE TODO... VUELA

Cuando el camino se hace cuesta arriba…
NO LO DEJES
Cuando las cosas andan mal…
NO ABANDONES
Cuando no consigas resultados y se sumen los problemas…
NO TE RINDAS
Cuando quieras sonreír y sólo puedas suspirar…
NO TE CAIGAS
Cuando la suerte, te sea adversa y no encuentres fuerzas para seguir…
NO RENUNCIES
Cuando no encuentres compañeros de lucha…
NO TE APURES
¡Hay manos que sostienen las tuyas!
Cree y siente cada minuto de tu vida, deja que tu alma “vuele libre” por los jardines hermosos de la confianza en Dios, que llega donde nuestra visión no puede alcanzar, pero sí nuestro corazón puede sentir.
¡Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo!
INTÉNTALO
Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener ya, resueltos todos nuestros problemas, pero podemos mirar con amor, cada minuto de nuestra vida..
Si pensamos que todo es pasajero, miremos con Amor lo negativo, que te encamina a la perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy, también son las alegrías de mañana.
Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente… no te quedes en el medio del camino porque allá, adelante… ¡te espera la recompensa de Jesús!
Autor Desconocido.
Dios te hizo para volar.
Para ir por encima de las circunstancias de la vida y mirar hacia el cielo.
Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Éxodo 19:4.
Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Salmo 55:6
Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Salmo 57:1

MODELOS DE CONDUCTA

Lectura: Filipenses 2:12-18.
"Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha" Filipenses 2:14-15
Durante un verano de escándalos deportivos internacionales que involucraban apuestas y abuso de sustancias prohibidas, dos atletas recibieron aplausos tanto por su carácter como por sus logros profesionales. Una multitud que alcanzó la cifra récord de 75.000 espectadores vitoreó a Cal Ripken Jr. y a Tonny Gwynn durante su inclusión en el Salón de la Fama del Béisbol del 2007. «Nos guste o no —dijo Ripken—, en nuestra calidad de jugadores de las grandes ligas somos también modelos de conducta. La única pregunta es, ¿será esto algo positivo o negativo?»
Gwynn hizo eco del sentimiento: «Hay mucho más en juego que simplemente jugar béisbol… Somos responsables, tenemos que tomar buenas decisiones y mostrar a las personas cómo se supone que se deben hacer las cosas».
Cada día, las personas nos observan. Como seguidores de Cristo, el desafío de Pablo nos guía a ser «irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2:15).
Comprometernos hace que los demás se desilusionen, mientras que mostrar entereza de carácter alberga la esperanza. Cuando la vida de nuestro Salvador fluye desde nuestro interior, podemos alentar a los demás e indicarles el camino hacia Él.
¿Qué tipo de modelo de conducta seremos hoy para quienes nos están observando?
Los mejores modelos de conducta se parecen a Cristo.

domingo, 25 de julio de 2010

HAREMOS O INTENTEMOS

Comencemos los “haremos” y hagamos a un lado los “intentemos”. Despertemos a la realidad o durmamos con mentiras memorizadas de cómo vivimos verdaderamente vivos.
¡Por favor, despertémonos!
Sólo despertemos y veamos… con un hábil ojo entrenado para ver más allá del horizonte lo que realmente fuimos creados para ser.
No más sueños de batallas sin cuartel por dentro. Cuando nos levantamos, la verdad y el conocimiento comenzarán. Sutilmente y sin embargo, de manera absoluta, estos cambios nos infundirán vigor frente a la oscuridad que se nos había pegado. Nuestra realidad se disipará dejando un conocimiento y lecciones de un maestro desconocido.
¡La respuesta está aquí! Es una verdad tan evidente. Hagamos a un lado los “intentemos” y comencemos con los “haremos”.
Sheree Cedres y Parker Lee Blake, copyright 2005
El Pensamiento del Capellan.
Este es el día para hacer, ayer ya lo intentamos y no lo logramos. Dios está esperando tu paso de acción hoy.
Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha.
Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca.
Èxodo 14:14,15

CAMBIA DE PARECER

Lectura: Hechos 26:12-23.
"Conviértete a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento" Hechos 26:20
Una de mis tiras cómicas favoritas, Snoopy y Carlitos, muestra a Carlitos Brown diciéndole a Snoopy: «Oí que estás escribiendo un libro de teología. Espero que tengas un buen título». Snoopy responde: «Tengo el título perfecto: ¿Alguna vez se te ocurrió que tal vez estés equivocado?»
Este título nos recuerda que, a veces, tenemos una idea equivocada de Dios y de lo que demanda de nosotros. Como nuestras creencias erróneas generan comportamientos equivocados, necesitamos «conv[ertirnos] a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento» (Hechos 26:20).
La palabra griega para «arrepentimiento» es metanoeo, «cambiar de parecer». Como Pablo indicó, arrepentirse no significa asentir amablemente en señal de coincidencia con Dios y luego seguir por donde íbamos. Cuando enfocamos la mente en Dios —cuando realmente estamos de acuerdo con Él sobre lo correcto— nuestro comportamiento seguirá esa nueva línea de pensamiento. Como un automóvil, vamos en la dirección que se nos señala. Así que, cuando verdaderamente volvemos la mente y el corazón hacia Dios, nuestras acciones cambian.
En vez de ir felices por la vida, asumiendo que nuestras elecciones son las correctas, debemos detenernos con regularidad y hacernos la pregunta de Snoopy. Como Pablo enseñó, sólo cuando admitimos nuestro error, podemos tener seguridad de estar bien con Dios.
O conformamos nuestros deseos a la verdad o conformamos la verdad a nuestros deseos. - Os Guinness

sábado, 24 de julio de 2010

¿UN PIE O LA VIDA?

Con un seco y sonoro ¡clic! se cerró la trampa. Era una trampa de acero, silenciosa y traicionera, oculta en la nieve por hojas de pino. Serge Cherblinko, cazador de osos en los bosques de Siberia, andaba de cacería. Sin darse cuenta, pisó donde no debió haberlo hecho, y la trampa clavó en él sus dientes de acero.

Serge sabía que por sí solo le sería imposible librarse de la trampa. El dolor era intenso, y la noche se aproximaba, con sus fríos, sus lobos y sus osos. Ahí mismo, solo y en medio del bosque, tomó una decisión drástica. Con su cuchillo de monte, se amputó el pie y, renqueando y arrastrándose como pudo, regando sangre por el camino, cubrió los dos kilómetros hasta llegar al refugio. Perdió un pie, pero se salvó la vida.

Esa noticia en la prensa internacional, aunque muy triste, nos deja una tremenda y clara lección. Es mucho mejor perder un miembro del cuerpo que perder toda la vida. Si la opción es perder un pie, o un ojo, o un miembro cualquiera del cuerpo, o perder la vida, cualquiera cedería uno de sus miembros antes que entregarse a la muerte.

¡Cuántas no han sido las veces que el cirujano se acerca a la cama del paciente y le dice: «Para salvarle la vida tenemos que amputarle la pierna»! Y como más vale la vida que una pierna, el paciente se somete. La vida misma siempre vale más que cualquier miembro del cuerpo.

Así mismo sucede con la vida espiritual, la vida eterna. Jesucristo conocía el incalculable valor de la vida eterna, así que un día, al predicarles a las multitudes, dijo: «...si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno» (Mateo 5:29‑30).

Si la vida física vale más que cualquier miembro de nuestro cuerpo, con mayor razón la vida espiritual, que es eterna, vale más que cualquier cosa en esta vida. Y sin embargo, ¡qué fácil nos es apegarnos a nuestros antojos injustos e inmorales aunque así perdamos la vida eterna! Jesús lo expresó con una claridad diáfana al decir que si ganamos el mundo entero, pero perdemos nuestra alma, lo hemos perdido todo. No cedamos lo eterno por lo efímero. Ni cedamos la gloria celestial por la vanagloria de este mundo. Al contrario, pidámosle a Cristo que sea el Señor y Dueño de nuestra vida.

Hermano Pablo

LA VOZ EN LA CAVERNA

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá dentro le decía: “ Entra y toma todo lo que desees , pero no te olvides de lo principal. Recuerda algo: Después que salgas, la puerta se cerrará para siempre.
Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…”
La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso el niño en el piso y empezó a juntar, todo lo que podía en su delantal.
La voz misteriosa habló nuevamente. “tienes solo ocho minutos”. Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró, recordó, entonces que el niño quedó allá y la puerta estaba cerrada para siempre.
!La riqueza duró poco y la desesperación…para el resto de la vida!.
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir, en este mundo y una voz siempre nos advierte: “ No te olvides de lo principal”. Y lo principal son los valores espirituales, la conducta, la honradez, la sinceridad, la familia, los amigos, la vida.
Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos fascinan tanto, que lo principal siempre se queda a un lado.
Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial.
¡Los tesoros del alma!. Qué jamás nos olvidemos que la vida en este mundo, pasa rápidamente y que la muerte llega inesperadamente. Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones. Ahora…piensa por un momento què es lo principal en tu vida..y por favor..”Nunca lo olvides” . Qué cosa extraña es el hombre: Nacer, no pide. Vivir, no sabe. Morir, no quiere.
Este es el día para lo más principal en ti..y este es: Dios.
También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 16:21

CAMINA LO QUE HAY QUE CAMINAR

Lectura: 1 Timoteo 4:6-16.
"Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" 1 Timoteo 4:12
El predicador estaba hablando medio en broma cuando se quejó, «Mi esposa es absolutamente irrazonable. ¡Realmente espera que yo practique todo lo que predico!» Es muchísimo más fácil decirle a alguien lo que es correcto en vez de practicarlo personalmente.
Cuando mi hijo y yo jugamos al golf juntos, puedo decirle exactamente cómo meter la pelota en el hoyo y hacer los tiros. Pero mi propia capacidad para realizar este deporte es lastimosamente limitada. Supongo que esto es lo que se quiere decir cuando nos referimos a atletas que «dicen lo que hay que decir pero no caminan lo que hay que caminar». Cualquiera puede hablar de cómo hacer un buen juego, pero jugarlo realmente bien es muchísimo más difícil.
Esto es particularmente cierto cuando se trata del desafío de seguir a Jesucristo. No es suficiente que hablemos acerca de la fe, debemos vivir nuestra propia fe. Tal vez esa sea la razón por la que Pablo, después de darle instrucciones a su joven protegido, Timoteo, acerca de cómo predicar, incluyó este recordatorio: «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza… Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas» (1 Timoteo 4:12,15).
Como seguidores de Cristo, no podemos darnos el lujo de simplemente hablar acerca de cómo hacer las cosas bien —debemos vivir vidas de fe ejemplar en Jesucristo. Debemos caminar lo que hay que caminar.
Agradamos a Dios cuando nuestro caminar coincide con nuestro hablar.

viernes, 23 de julio de 2010

CANCIÓN DE JUBILO

CANCIÓN DE JUBILO

PRESENTACIÓN DEL CANCIÓN DEL CORO DE LA PAZ

CANCIÓN DE JUBILO

CANCIÓN DE JUBILO

JUSTOS POR PECADORES

Alto, buen mozo, de treinta y un años de edad, cayó sin embargo en una profunda depresión. A pesar de ejercer una buena profesión —la de taxidermista— en Génova, Italia, había sido incapaz de conquistar a una señorita.

Esto llevó a Francesco Grandi a caer en la vorágine de la depresión suicida. Al llegar una noche a su apartamento, abrió la llave del gas. Cuando juzgó que ya había suficiente gas en la habitación, encendió un fósforo. Instantáneamente se produjo una tremenda explosión.

Milagrosamente, Francesco quedó vivo, con sólo un brazo fracturado, pero cuatro jóvenes, que dormían en el apartamento de al lado, murieron. «Otra vez —comentó Mario Valucci, investigador de la policía— justos pagaron por pecadores.»

Esta se ha convertido en una frase proverbial: «Pagar justos por pecadores.» Es una frase que al parecer está respaldada por muchos hechos de la vida. Y no es sólo en los tribunales de justicia que se absuelva a pecadores y se castigue a inocentes, sino que en la vida diaria parece ocurrir lo mismo.

Un hombre borracho sale a escape con su auto por la carretera. Por el alcohol que tiene en el cerebro, pierde el control del vehículo y se estrella contra un autobús escolar. El conductor del auto sale ileso, pero en el autobús hay muchos heridos, y doce niños pierden la vida. Inocentes pagan por un culpable.

Un padre de familia abandona a su esposa y a sus seis hijos, y se da a una vida de juergas, francachelas y correrías con otras mujeres. Su pobre esposa se enferma y muere de la desilusión, y los seis niños engrosan las filas de los huérfanos. Uno solo ha pecado, pero siete inocentes sufren las consecuencias.

Un joven de sólo veintidós años de edad se entrega a las drogas. Su vicio demanda una enorme cantidad de dinero. Trastornado, se arma de un rifle automático, entra en un restaurante popular, y mata a veintidós personas. Ninguna de ellas era culpable de aquel vicio; todas eran inocentes. Y sin embargo trescientas personas —parientes y amigos de las víctimas— se sumen en el dolor por la culpa de uno solo.

Estos casos, recogidos de recientes crónicas policiales, nos llevan a preguntarnos: ¿Acaso siempre tienen que pagar los justos por los pecadores? La respuesta es: «No.» Lo que ocurre es que nuestra vida es muy corta para ver el punto final. El Juez eterno y justo no permitirá que la justicia divina quede burlada.

Mientras tanto, sometámonos al señorío de Cristo. Él nos será fiel. Él sabe castigar al culpable y recompensar al inocente.

Hermano Pablo

EL ROPERO

¡Cuántas cosas desparramadas por aquí y por allá!
¡Qué desorden por todas partes!
Por fin hoy me decidí… y abrí mi ropero. En medio de ropas arrugadas, encontré mi conciencia, cubierta de polvo, arrugada, con huellas visibles del paso del tiempo.
Le tuve lástima… y me tuve lástima. ¿Todavía servirá? Sí…. ¿por qué n
La limpié. La sacudí. La dejé como nueva, apta para todo servicio. Pero no fue todo.
También localicé desidias…. muchas desidias…desidias repletas de mañanas. Mañana haré esto. Mañana haré lo otro. Mañana haré aquello.
Mañana…. y mañana…
Junté toda esa chatarra y la tiré. Entre los pañuelos vi disimuladas las angustias y los temores. ¿Perderé mi trabajo? ¿Mantendré mi salud? ¿Le pasará algo a mis seres queridos? Amarguras, calamidades, inquietudes.
Pensé: si me embalo, me voy a infartar, Así que… ¡afuera!
Suspiré: ¡por aquí tendría que haber comenzado! ¡Por aquí tengo que continuar día tras día! Y empecé a acomodar…
La esperanza… que tuve tan olvidada. Los afectos… que no siempre manifesté. Las amistades… que tanto descuidé.
La fe. La renovada alegría de vivir.
Siempre me dijeron una y otra vez: todo pasado fue mejor. No sé… tal vez sí… tal vez no…
Me importa más que el futuro sea mejor. Para mí. Para ti. Para todos nosotros. No es inocencia… no es credulidad.
Es haber puesto el ropero en orden. Es tomar lo que ofrece el destino y gozarlo en plenitud.
Satisfecho, cerré el ropero.
Ya tranquilo, reinicié la marcha por mi camino.
Tengo una meta… hacia ella debo ir. Pero… ¿habrá otros roperos por allí en las condiciones que estuvo el mío?
Por las dudas, si fuera el tuyo… recuerda que debes arreglarlo.
Hazlo, ya hoy mismo.
Deja que Dios te limpie entrégale todo a El.
Es necesario poner en orden nuestro mundo interior. Como el Ropero, tu mundo interior necesita ser arreglado. ¿Por qué no comienzas hoy?
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 2 Pedro 3:14
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Colosenses 3:15

¿QUIEN ESTA SORDO?

Lectura: Isaías 42:1-4,23-25.
"He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar,… Pero… vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír" Isaías 59:1-2
Un hombre le dijo a su doctor que creía que su esposa se estaba volviendo sorda. El doctor le dijo que llevara a cabo una simple prueba. Cuando el hombre llegó a la entrada de su hogar, exclamó: «Querida, ¿la cena está lista?» Al no escuchar respuesta alguna, entró y repitió la pregunta. Todavía no había respuesta. Al tercer intento, cuando ya estaba justo detrás de ella, finalmente la oyó decir: «¡Por tercera vez, sí!»
De manera similar, los antiguos israelitas creían que Dios estaba sordo cuando, en realidad, eran ellos los que tenían el problema. Isaías era un profeta enviado a advertir al pueblo de Dios acerca del juicio inminente, pero su mensaje se encontró con oídos sordos. En vez de ser el pueblo del pacto de Dios, que había de traer luz a los que vivían en tinieblas y liberarlos de las casas de prisión del pecado (42:7), los israelitas se negaron a escucharle. «No quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su ley» (v.24).
El profeta explicó por qué las oraciones de ellos parecían encontrarse con los oídos sordos de Dios: «He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar; ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios» (Isaías 59:1-2). Una razón para no recibir respuestas de parte de Dios es que puede que el pecado esté bloqueando nuestros oídos. Examinémonos cuidadosamente.
No es difícil escuchar a nuestro Dios.
Dios habla por medio de Su Palabra a aquellos que escuchan con el corazón.

miércoles, 21 de julio de 2010

MEJOR SI LO VEN EN TI

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CANCIÓN DEL CORO DE LA PAZ

DANZA MIMOS

CANCIÓN DEL CORO DE LA PAZ

BAILE PARA DIOS EL DÍA DE LAS PRIMICIAS

PASTORA ELENA FLORES

ABRAZANDO LAS DIFICULTADES

En la vida podemos ser golpeados con piedras tan grandes que nos dejen magulladuras y cicatrices tan grandes que con dificultad nos podremos levantar. Con cada golpe uno se cae, pero Dios siempre nos recoge.

Él nos quita esas piedras de encima y nos ayuda caminando junto a nosotros tomándonos de la mano.

La vida estará llena de pruebas y dificultades. Las llamo tormentas –tormentas que pueden consumir tanto de nuestra vida, tormentas que nos dejan aferrándonos con toda nuestra fuerza, esforzándonos por no soltar, luchando por sobrevivir.

Algunos de nosotros somos probados más duramente que los demás pero los fuertes que sobreviven estas tormentas son los que resultan victoriosos. Hay un sentimiento maravilloso que viene con la victoria de la fortaleza, perseverancia, determinación y en especial de toda fidelidad a Dios.

Con cada caida… con cada golpe… se aprende una lección.

Con cada lección viene el crecimiento. Con el crecimiento viene la madurez. Aprendemos a no lamentar la dificultad, sino a estar agradecido por ella. Debido a ella nos volvemos mejores.

No debemos voltearnos a mirar a nuestros errores pasados. Tenemos que tomar esos errores como parte de nuestra travesía hacia un mejor futuro. Necesitamos abrazar esas experiencias y permitirles moldearnos en lo mejor que podemos ser. Nadie sabe lo que la vida traerá.

Cada día vendrá con sus propios desafíos, pero necesitamos ser fuertes creyendo que Dios nos sacará adelante. Recordando su promesa de nuestra eternal paz y felicidad.

Yanira Crespo, copyright 2006
Los deportistas aman las dificultades porque ellas los hacen crecer. Los soldados saben sortear las hondonas. Los creyentes salimos en victoria de cada dificultad poque en él somos más que vencedores.

El Señor te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 1 Samuel 17:46.

Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice El Señor, para librarte. Jeremías 1:19.

UN PEQUEÑO PASO;UN GRAN SALTO

Lectura: Efesios 4:17-24.
"Y renovaos en el espíritu de vuestra mente" Efesios 4:23
En julio de 1969 estaba en Fort Benning, Georgia, entrenando para oficial del ejército de los Estados Unidos. La escuela de oficiales de infantería era intensa y exigente, con sólo escaso tiempo libre. Sorprendentemente, el 20 de julio por la tarde, se nos ordenó ir a la sala de estar de nuestro batallón para sentarnos frente a un aparato de televisión parpadeante donde simplemente nos dijeron: «Esto es historia».
Asombrados, observamos al astronauta del Apolo XI, Neil Armstrong, convertirse en el primer ser humano en pisar la luna, y decir: «Este es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad». Se suspendió el acostumbrado toque de queda y permanecimos sentados hablando hasta tarde, no sólo de lo que habíamos presenciado, sino de la vida, de Dios y de la eternidad. La exigente rutina había sido interrumpida y nuestra atención se había trasladado hacia lo realmente importante.
Todos necesitamos trasladar nuestro enfoque a diario. Mantener un tiempo a solas con Dios suele permitirnos dejar las exigentes labores, romper la rutina y concentrarnos en Él por medio de la Biblia y la oración. Nuestros pensamientos y acciones cambiarán al seguir las instrucciones de Pablo, que dice: «Renovaos en el espíritu de vuestra mente» (Efesios 4:23).
Lo que parece un pequeño paso puede ser un gran salto en nuestro andar diario con Cristo.
Cada pequeño paso de fe es un gran paso de crecimiento.

martes, 20 de julio de 2010

NO PUEDO VER NADA

Las palabras se oían con claridad, serenas y dramáticas: «No puedo ver nada.» Los hombres las escucharon vez tras vez, callados, serios, cargados de pesadumbre. La cinta seguía corriendo y corriendo. Pero ninguna palabra más podía oírse. Sólo aquellas que encerraban toda una tragedia: «No puedo ver nada.»

Eran las últimas palabras que había grabado el piloto del Boeing 747 de Iberia, que había chocado con el avión de Avianca en el aeropuerto Barajas de Madrid. La densa niebla, y el deficiente sistema de luces de la pista, habían provocado la tremenda desgracia en la que murieron 196 personas.

«No puedo ver nada.» En su sencillez y brevedad, estas palabras siempre denotan un problema en ciernes o una desgracia que se precipita. No poder ver nada, cuando uno más necesita de una clara y buena visión, es preludio de muerte.

Supongamos que uno corre por un camino de montaña, con precipicios a los lados. De pronto lo envuelve una densa niebla. Si no puede ver nada, el peligro de muerte está en cada vuelta del camino.

Supongamos que uno está dentro de su casa y ocurre un temblor. Las luces se apagan, las paredes se quiebran, las vigas del techo comienzan a caer. Uno busca desesperado el cuarto de los niños. Los oye llorar, pero no puede ver nada, y tropieza con sillas, muebles y escombros. No poder ver nada en esos momentos es horrible.

Supongamos que uno está metido dentro de un grave problema moral. Alguien le ha traído un chisme infame sobre su esposa o sobre su esposo. La duda ha cundido en el corazón. Su alma se debate en la incertidumbre. ¿Será cierto? ¿No será cierto? Uno se toma la cabeza y dice: «No puedo ver nada.»

O supongamos que uno ya está en su lecho de muerte. Ve acercarse el fin, y se da cuenta de que nunca arregló su vida con Dios y no sabe a dónde va. «No puedo ver nada», dice amargamente. Se da cuenta de que en la vida adquirió conocimientos y educación, hizo una carrera, tuvo una familia, y acumuló dinero y prestigio. Pero frente al más allá, «no puede ver nada».

Jesucristo es la luz del mundo. Él dijo: «El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).

Hermano Pablo

lunes, 19 de julio de 2010

FIESTA DE PRIMICIAS

Este pasado domingo hemos celebrado la fiesta de las primicias, donde damos a Dios un poco de lo mucho que el nos da, aunque abecés ni nos damos cuenta y no hablo solo del dinero sino simplemente de despertarnos cada mañana,andar con tus piernas, ir a trabajar, poder hablar etc, etc, etc..
Aquí os enseñamos algunas fotos espero que os gusten.























ARTURO TOSCANINI Y LA E PLANA

Si llevásemos un registro de todas las cosas por las que nos hemos preocupado durante un período, descubriríamos, al revisarlas, que la mayoría de nuestros problemas o dificultades anticipados nunca se materializaron.
Esto significa que la mayoría del tiempo que dedicamos a preocuparnos, aun el tipo constructivo que nos empuja a generar soluciones a lo que nos preocupa, se desperdic
Por lo tanto, no solo nos hemos infligido una innecesaria angustia mental, sino que hemos tomado valiosos minutos y horas que pudieron haber sido invertidos de otra manera.
Para evitarlo, frecuentemente es necesario someter las Fuentes potenciales de preocupación a la fría y objetiva luz analítica de la razón.
Una vez, justo antes de un concierto importante ante un lleno total, un miembro de la orquesta de Arturo Toscanini se acercó al gran director italiano con una expresión de puro terror en su rostr
“Maestro”, se preocupó el músico, “mi instrumento no funciona bien. No puedo alcanzar la nota E-plana. ¿Qué puedo hacer? Comenzamos en breves instantes”.
Toscanini miró al hombre con completo asombro. Entonces sonrió bondadosamente y colocó un brazo alrededor de sus hombros. “Amigo mío”, contestó el maestro, “No se preocupe. La nota E-plana no aparece en ningún lugar en la música que estará tocando esta noche”.
La próxima vez que nos hallemos en medio de la preocupación sobre algún asunto, sería sabio detenernos y preguntarnos a nosotros mismos sobre la probabilidad de que el problema llegue a materializarse.
Bien pudiésemos dirigirnos a hacer algo más constructivo.
Brad Stevens
Preocupación solo nos desgasta. Vivamos el día de hoy con la seguridad de que Dios está en control de todo. Nuestra vida es preciosa ante sus ojos.
Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Éxodo 33:14.
Por tanto, cuando tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides. Deuteronomio 25:19.
Porque así dijo el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis. Isaiás 30:15.

domingo, 18 de julio de 2010

EL ME VE

Lectura: Mateo 10:16-31.
"Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos" Mateo 10:31
Un domingo en la mañana en la iglesia cantamos, His Eye is on the Sparrow (Sus ojos están sobre el pajarillo) a manera de himno para la congregación. Era una rara oportunidad de expresar colectivamente una canción que, por lo general, era interpretada por un solista.
Durante el primer coro, noté a un amigo que sollozaba tan fuerte que no podía cantar. Como yo sabía algo de lo que él había estado soportando recientemente, reconocí que sus lágrimas eran de gozo pues me di cuenta que, sin importar cuál sea nuestra situación, Dios ve, sabe y se ocupa de nosotros.
Jesús dijo: «¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos» (Mateo 10:29-31). El Señor les dijo estas palabras a Sus doce discípulos al enviarlos a enseñar, sanar y dar testimonio de Él a «las ovejas perdidas de la casa de Israel» (v.6). Les dijo que, aun cuando enfrentaran persecución por causa de Él, ellos no temerían, ni siquiera la muerte (vv.22-26).
Cuando circunstancias amenazadoras nos presionan para hacer que perdamos la esperanza, podemos encontrar aliento en las palabras de esta canción: «Canto porque soy feliz, canto porque soy libre. Por cuanto Sus ojos están sobre el pajarillo y sé que Él me ve a mí». Estamos bajo su atento cuidado.
Cuando pones tus preocupaciones en las manos de Dios, Él pone Su paz en tu corazón.

sábado, 17 de julio de 2010

PIONERO DE LOS PIONEROS

Lectura: 2 Corintios 5:12-21.
"Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno" Romanos 15:20
A principios del siglo XIX, el presidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson culminó la compra de Louisiana y extendió los límites de la joven república, «de mar a mar».
Sin embargo, el problema era que nadie sabía realmente lo que había en esa vasta extensión de tierra. Se necesitaban mapas, con claras instrucciones, para los pioneros que iban a viajar hacia el Pacífico. En efecto, los exploradores Lewis y Clark se convirtieron en pioneros de pioneros, al preparar el camino para la mayor de las migraciones por tierra en la historia de los Estados Unidos. Abrieron una nueva senda que otros seguirían.
El compromiso de Pablo con el ministerio estaba enmarcado en una prioridad similar. En Romanos 15:20, escribió: «Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno». Quería que sus esfuerzos en el ministerio abrieran una nueva senda, y que otros la siguieran. Timoteo, Tito, Marcos y Silas son sólo algunos de los que siguieron el sendero que Pablo abrió.
Hoy, ese compromiso se ve en los seguidores de Jesús que llevan el mensaje del Salvador a lo más recóndito de la tierra. Al orar hoy, pidamos la bendición de Dios sobre Su Palabra a medida que nosotros, Sus «embajadores», abramos una nueva senda para nuestra generación (2 Corintios 5:20).
Las obras que se hacen por amor a Jesús brillan con mayor fulgor en un mundo en tinieblas.