viernes, 22 de abril de 2011

LA ABUELITA

Un pequeño muchachito estaba contándole a su abuelita cuan mal iba “todo”: la escuela, problemas familiares, severos problemas de salud, etc.

Mientras tanto la abuela estaba horneando un pastel. Entonces ella le preguntó a su nietecito si deseaba un bocado de algo, a lo que por supuesto él aceptó de inmediato.

Sírvete un poco de harina – le dijo la abuela.
¡Uacala abuelita! -contestó el niño.

¿Entonces que te parece servirte un par de huevos crudos?

“¡Ni loco! ¡Que feo!”

“¿Entonces tal vez te gustaría probar un poco de aceite de cocina o de polvo de hornear?”

“Abuelita, que te pasa. Todo eso es ¡Uacala!”

A lo que la abuelita respondió: “En verdad, todas estas cosas se ven muy mal por sí solas. Pero cuando todas ellas son mezcladas de manera correcta, de ellas nace un pastel delicioso.

Dios trabaja de la misma manera. Muchas veces nos preguntamos por qué Él permite que pasemos por momentos y circunstancias tan malos. Pero Dios sabe que ordenando todas estas cosas a Su manera perfecta, ¡éstas siempre obran para nuestro bien!

Solamente tenemos que confiar en Él y, en su momento, las cosas malas que nos pasan se convertirán en algo maravilloso!

TAREA DE RESCATE

Lectura: Romanos 3:10-22.
"Hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" Lucas 15:10
Como vivo en Colorado, en Estados Unidos, escalo montañas. Los fines de semana, en verano, veo excursionistas ocasionales que no tienen idea de lo que están haciendo. Con sandalias, pantalones cortos, camisetas y un solo recipiente de agua, comienzan a subir un sendero a media mañana. No llevan mapa, ni brújula ni ropa para lluvia.
Un vecino mío, voluntario de Rescate Alpino, me ha contado historias de turistas que fueron rescatados de una muerte segura después de desviarse de una senda. Sin importar las circunstancias, Rescate Alpino siempre responde a un pedido de ayuda. Jamás han sermoneado a un turista desventurado, diciendo: «Bueno, ya que ignoraste las reglas del parque natural, tendrás que soportar las consecuencias». Su misión es rescatar. Buscan a todo excursionista necesitado, lo merezca o no.
El mensaje central de la Biblia habla de rescatar. Pablo señala que ninguno de nosotros «merece» la misericordia de Dios y que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Tal como un excursionista extraviado, lo único que podemos hacer es pedir ayuda. Citando al salmista, el apóstol dice: «No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios» (Romanos 3:10-11; Salmo 14:1-3).
La buena noticia del evangelio es que, a pesar de nuestra condición, Dios nos está buscando y responde a todo pedido de ayuda. Se podría decir que el Señor se ocupa de la tarea de rescate.
La esencia del arrepentimiento es dar las espaldas al pecado y volverse a Dios.