lunes, 17 de noviembre de 2008

RAZON DE VIVIR

DIOS TE RECOMPENSA

ANA KENIA

Ayer domingo en la iglesia La Paz estuvo predicando nuestra joven hermana Ana Kenia. La verdad que para mi la predicación me fue muy bien.
Esto me recuerda cuando el Apostol San Pablo dice en
1 de
Timoteo 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espiritu, fe y pureza.

EL DINERO

¿Qué es el dinero?, ¿te has puesto a pensar en ello alguna vez?, olvidémonos de la definición que da el diccionario, piensa ahora ¿qué es el dinero?. No son más que piezas de metal y de papel que nos sirven para comprar.

Estéticamente hablando, no son necesariamente piezas hermosas, sin embargo, difícilmente hay persona en esta tierra que no desee poseerlo, y no importa cuanto llegue a tener, siempre se quiere más y más y más.

Y algo muy curioso, es el hecho que no importa cuanto dinero llegues a tener, éste nunca te será suficiente, somos insaciables, pues el dinero que recibe el más pobre no le alcanza, como tampoco le alcanza al más rico. Mientras el pobre se lamenta por no tener dinero para pagar su pasaje en el autobús, el rico se lamenta porque el mantenimiento de su jett privado cada día le resulta más caro.

Imagina cuan fuerte es la influencia del dinero, que hay gente que mata por obtenerlo, se corrompe y prostituye. Naciones enteras a lo largo de la historia han peleado por el dinero. El dinero da poder a quien lo tiene, es por ello que la gente común día a día lo desea más.

Jesucristo recomendó: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan (Mateo 6:19), ¿significa esto que no debemos desear tener más dinero para satisfacer nuestras necesidades?; definitivamente, no es ese el significado de esta recomendación, lo que sucede es que hay, quienes tienen como único fin hacer dinero, pasando por alto lo realmente importante de la vida, sacrificando a su familia y a ellos mismos, a quienes el Señor Jesús les dice: “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”. (Lucas 12:15-21).

Recuerdo un hombre muy rico, que siempre vivió de forma miserable, tratando siempre que las personas a su alrededor no supieran de su riqueza y para lo cual vivía como pobre, en pocas palabras, jamás disfrutó su dinero y finalmente murió. ¿De que le sirvió su fortuna?. “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).

El dinero, es un medio creado por el hombre, y debe ser usado con sabiduría. Finalmente no somos más que simples administradores de los bienes de Dios, pues cuando muramos no nos llevaremos absolutamente nada, así que la mejor forma de ganar el dinero es hacerlo de forma honrada: “Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.” (1 Tesalonisences4:10b-12).

El dinero debe disfrutarse bajo una buena administración, cubriendo en principio las necesidades básicas, alimento, vestuario, salud y vivienda. En lo posible considerar la diversión y el ahorro. Una buena mayordomía del dinero exige destinar la parte correspondiente al diezmo y a la ofrenda.

El dinero nunca podrá darte la felicidad que Dios ofrece, y por su lado Dios si puede darte los medios para obtener el dinero suficiente para vivir. Piensa en esto y no le des más valor al dinero que a las cosas espirituales que alimentan tu alma y fortalecen tu espíritu delante de Dios.

HOY..DESECHARE LAS FABULAS Y ME EJERCITARE EN LA PIEDAD

“Desecha las fábulas profanas y viejas. Ejercítate para la piedad”. I Tim 4:7..
En todas partes y cada persona habla. Hablan a tiempo y fuera de tiempo. Unos ríen, otros lloran, otros hablan en voz baja y en tono sarcástico. Hoy, me encontraré rodeado de gente que habla y yo mismo hablaré. Pero, que voy a hablar? . De la abundancia del corazón habla la boca. Hoy sabré de que está lleno mi corazón si presto un poco de atención a las palabras que salen de mi boca. Hoy, podré darme cuenta de que está lleno el corazón de familiares, vecinos, compañeros y amigos, si solo presto atención a lo que ellos hablan, porque realmente de la abundancia del corazón habla la boca.
Hoy, quiero seguir el consejo del apóstol Pablo a Timoteo. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Si las conversaciones del mundo son profanas y de viejas. Pláticas profanas, sin sentido y sin orientación. La plática profana desvía, roba la tranquilidad y hace perder la fe. Tengo el derecho y la oportunidad de escoger tanto lo que hablo como lo que escucho. Y hoy decido renunciar a las fábulas profanas y que no tienen sentido. A las conversaciones materialistas y desabridas.
Ejercítate para la piedad. Si en lugar de las pláticas profanas y de fábulas decido ejercitarme en la piedad.
No puedo desechar algo inútil sino lo suplanto por algo de valor. Si dejo de hablar fábulas y platicas profanas y no suplanto eso por algo bueno y edificante, pronto muy pronto me encontraré haciendo nuevamente lo mismo y la mejor manera es ejercitarme en la piedad. La piedad se logra por el ejercicio. El ejercicio espiritual de la oración, la lectura de la palabra , el cultivar un pensamiento honesto y sobre todo la disciplina de una comunión diaria con el Padre celestial y la compañía de los hijos y las hijas de Dios, quienes al igual que yo, han tenido un encuentro verdadero con el Padre. Esa es mi decisión hoy.
Ejercitarme en la
piedad.
“Señor, cada día escucho voces conflictivas y muchas promesas contradictorias. A veces la confusión de las voces que escucho se incrementa tanto que se me hace difícil distinguir entre la verdad y la falsedad. Viejas mentiras se visten con ropajes nuevos y con términos muy sofisticados, al punto que se me hace difícil reconocerlas. Por eso decido hoy ejercitarme en la piedad pidiendo de esta manera que me des discernimiento para detectar las fábulas profanas y las viejas mentiras y no participar más de las obras infructuosas de las tinieblas. Gracias por tu ayuda. Amen.

UTILIZANDO LAS PIEZAS ROTAS

En el palacio real de Teherán, en Irán, puede verse uno de los más hermoso trabajos en mosaico del mundo. Los techos y paredes resplandecen como diamantes en reflejos multifacéticos.
Originalmente, cuando fue diseñado, el arquitecto hizo colocar grandes paneles de espejos en las paredes. Cuando llegó el primer embarque desde París, encontraron horrorizados que los espejos estaban rotos. El contratista los tiró a la basura y le llevó las tristes nuevas al arquitecto. De forma sorprendente, el arquitecto ordenó que se recogiesen todos los trozos rotos, los rompió en pequeños pedazos y los pegó en las paredes para convertirlas en un mosaico de plateados, brillantes, espejados trozos de vidrio.
¡Quebrarse para embellecerse! Es posible convertir sus cicatrices en estrellas. Es posible mejorar a causa del quebranto. Es extremadamente raro encontrar en los grandes museos del mundo objetos antiguos que no estén rotos. En realidad, algunas de las piezas más preciadas del mundo son sólo fragmentos que permanecen como un sagrado recuerdo de un glorioso pasado.
Nunca debemos subestimar el poder de Dios para reparar y restaurar.
Salmos 147: 3Él sana a los de roto corazón, y venda sus heridas.
Fuente: Aguas Refrescantes, Editorial UNILIT

¿EL MEJOR DEL ESPECTACULO?

Lectura: Mateo 23:1-12
El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. —1 Samuel 16:7
Disfruto viendo espectáculos de perros en la TV. Los dueños de los animales están impecablemente vestidos y trotan junto con sus perros con pedigrí que exhiben su belleza canina de carácter único. Los perros han sido entrenados para mantenerse confiadamente sobre sus patas traseras con sus rostros en alto, y su brillante pelaje cuidadosamente cepillado y peinado. Para mí, todos se parecen ganadores.
Pero algunas veces me pregunto, cuando sus espectadores se han ido, ¿cómo son estos perros en realidad? ¿Alguna vez se relajan y dejan que su pelo lacio y brillante se enmarañe tanto que los confundan con perros callejeros? ¿Acaso su aliento canino comienza a oler mal?
Más importante aún, ¿cómo somos nosotros en realidad cuando nadie nos mira? En Mateo 23:2-7, Jesús reprendió a aquellos que estaban más interesados en cómo se les veía en público que en cómo les veía Dios. Él quiere que seamos obedientes, fieles y comprometidos con Él —aun cuando nadie más ve. Los fariseos se centraban en la manera en que los percibían los demás. El enfoque de Dios se centra en cómo somos por dentro. Su deseo es que nos parezcamos a Su Hijo.
No estamos en competencia con otros cristianos. Dios nunca nos pedirá que compitamos por ser «el mejor del espectáculo». Él nos mide con la norma perfecta de Su Hijo (Ef. 4:13). Y en amor, Él ofrece la justicia que necesitamos para que podamos ser irreprensibles delante de Él (Col. 1:21-23).
Vivir para la aprobación de Dios es mejor que vivir para el aplauso de los hombres.