sábado, 15 de marzo de 2008

SANTIARIO

Lectura: Salmos 71:1-16
Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme. -Salmos 71:3
Un atleta profesional mandó construir su hogar, un palacio de ocho dormitorios donde vive solo. Su aislada casa incluye una sala de cine, un gimnasio, una piscina y un garaje para cinco automóviles.
El atleta le contó al New York Times que no considera su propiedad de 8 millones de dólares como un monumento al éxito. En vez de ello, la considera un santuario de sus dolorosos recuerdos de una niñez llena de pobreza y maltrato. El joven está buscando algo mucho más profundo que el lujo y el entretenimiento. «Tengo que encontrar mi paz», dijo.
Todos nosotros sabemos qué se siente al estar angustiados. Cuando el presente es desalentador y el pasado nos trae inquietantes recuerdos, ¿a dónde podemos ir en busca de liberación? ¿A quién podemos recurrir para encontrar consuelo y paz?
El salmista escribió: «Socórreme y líbrame en Tu justicia; inclina Tu oído y sálvame. Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente» (Sal. 71:2-3). Dios era su esperanza, su confianza y su refugio en las tormentas de la vida (vv. 5-8).
El poema de E. May Grimes capta ese concepto bíblico.
Un pequeño santuario eres Tú para mí,
Oh, Jesucristo amado, Contigo vivo yo,
Mi corazón ha encontrado su eterno hogar,
Su segura morada por dondequiera que yo haya de vagar.
Muy pocas personas pueden darse el lujo de una mansión, pero todo aquel que conoce al Señor puede encontrar refugio y paz en Su eterna presencia.
CUANDO PONEMOS NUESTROS PROBLEMAS EN LAS MANOS DE DIOS,EL SU PAZ EN NUESTRS CORAZONES.

LUZ INTERIOR

En Barrow, Alaska, las montañas adquieren un nuevo significado. A 550 kilómetros del Círculo Polar Ártico y casi muy cerca del Polo Norte, Barrow es la auténtica “Tierra del sol a medianoche”. Durante ochenta y tres días, desde el 11 de mayo hasta el primero de agosto, el sol nunca se sumerge en el horinzonte.Pero también existe el lado oscuro para la vida en las latitudes altas. Cada año, el 18 de noviembre, los residentes observan cómo el astro rey se pierde en el horizonte y es esa la última puesta del sol del año, por más de dos meses.Aunque no hay extrema oscurida todo el tiempo, el invierno en Barrow es realmente una estación de penumbra. Las temperaturas descienden tanto, que el combustible de petróleo se congela. Las llaves se rompen como palillos de dientes en cerraduras heladas. Temperaturas por debajo de 100 grados bajo cero, pueden causar congelación en treinta segundos.La perenne oscuridad, el frío y el viento pueden parecer agobiantes a aquellos que tienen garantizado un diario bronceado solar. Los residentes admiten que ambicionar Hawaii, es muy común entre ellos.Sin embargo, no todos quieren irse. “A muchos aquí realmente les gusta el invierno, disfrutando de la paz y quietud,” dice el alcalde de Barrow, Jim Vorderstrasse. “Mucho de ello se relaciona con el punto de vista de una persona acerca de la vida. Te puedes dejar caer envuelto en depresión, o te levantas y encuentras algo valioso que hacer.”Estaciones sombrías suelen producirse en la vida de cualquiera. La forma de atraversarlos depende de nuestra perspectiva. Podemos encerrarnos en nosotros mismos, y estar siempre anhelando otra vida, o confiar en la Luz de Dios para ayudarnos a encontrar una existencia plena de esperanza y serenidad. Nos corresponde a nosotros elegir.No que hable porque tenga escasez, pues ha aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Filipenses 4:11,12

LO QUE DE VERDAD IMPORTA

En medio de un tornado que devastó el condado de Will, en Illinois, un joven padre se encontraba sentado meciendo a su bebé de tres meses de nacido. Cuando los feroces y aulladores vientos finalmente se apaciguaron y volvió la calma, la casa del hombre había desaparecido. . . y también el bebé. Pero según un informe de noticias, el padre encontró a su bebé en un campo cerca de su casa. . . ¡sano y salvo! Y también lo estaba el resto de la familia.
Cuando un reportero le preguntó si estaba enojado por haber perdido todo lo que poseía contestó: «No, quiero dar gracias a Dios porque tengo a mi bebé y a mi familia. Algunas personas no tienen esas cosas. No me importa nada más.»
Muchas veces se necesitan tiempos de tragedia para acordarnos de qué es lo que realmente importa en la vida. Cuando las cosas van bien podemos inquietarnos fácilmente por lo que poseemos. Nos aferramos a muchas cosas que no son esenciales ni importantes. Tendemos a preocuparnos demasiado por los autos, las casas, los muebles, los electrodomésticos, la ropa y otras incontables cosas de la vida moderna.
Pero cuando la vida se reduce a lo esencial, como sucedió en el tornado de Illinois, recordamos de nuevo que la vida es razón suficiente para alabar a Dios.
¿Has pasado tiempo hoy alabando a Dios por tu vida y por la gente que Él te ha dado para compartirla? Eso es lo que de verdad importa.
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EL AMIGO DE SU HIJO

Era una reunión del domingo por la noche en una iglesia cristiana evangélica. Después de cantar los himnos, el pastor se dirigió a la congregación y presentó al orador invitado. Se trataba de uno de sus amigos de la infancia, ya entrado en años.Mientras todos lo seguían con la mirada, el anciano ocupó el púlpito y comenzó a contar esta historia:

"Un hombre junto con su hijo y un amigo de su hijo estaban navegando en un velero a lo largo de la costa del Pacifico, cuando una tormenta les impidió volver a tierra firme. Las olas se encresparon a tal grado que el padre, a pesar de ser un marinero de experiencia, no pudo mantener a flote la embarcación, y las aguas del océano arrastraron a los tres."

Al decir esto, el anciano se detuvo un momento y miró a dos adolescentes que, por primera vez desde el comienzo de la reunión, estaban mostrando interés. Y siguió narrando:

"El padre logró agarrar una soga, pero luego tuvo que tomar la decisión más terrible de su vida: escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro extremo de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. El padre sabía que su hijo era cristiano, y también sabía que el amigo de su hijo no lo era. La agonía de la decisión era mucho mayor que los embates de las olas. Miró a su hijo y le gritó: ¡¡Te quiero, hijo mío!! y le tiró la soga al amigo de su hijo. En el tiempo que le llevó acercar al amigo hasta el velero volcado en campana, su hijo desapareció bajo los fuertes oleajes en la oscuridad de la noche. Jamás lograron encontrar su cuerpo."

Los dos adolescentes estaban escuchando con suma atención, atentos a las próximas palabras que pronunciara el orador invitado.

"El padre" -continuó el anciano- "sabía que su hijo pasaría la eternidad con Cristo y no podía soportar el hecho de que el amigo de su hijo no estuviera preparado para encontrarse con Dios. Por eso sacrifico a su hijo. Cuán grande es el amor de Dios que lo impulsó a hacer lo mismo por nosotros."

Dicho esto, el anciano volvió a sentarse, y hubo un tenso silencio.Pocos minutos después de concluida la reunión, los dos adolescentes se encontraron con el anciano. Uno de ellos le dijo cortésmente: "Esa fue una historia muy bonita, pero a mí me cuesta mucho creer que ese padre haya sacrificado la vida de su hijo con la ilusión de que el otro muchacho algún día decidiera seguir a Cristo."Tienes toda la razón," -le contestó el anciano mientras miraba su Biblia gastada por el uso. Y mientras sonreía, miró fijamente a los dos jóvenes y les dijo:- "Pero esa historia me ayuda a comprender lo difícil que debió haber sido para Dios entregar a Su Hijo por mí. A mí también me costaría trabajo creerlo si no fuera porque el amigo de ese hijo era YO.

"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento"
Eclesiastés 12:1

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FONDO PANTALLA - APOCALIPSIS 21:1


FONDO PANTALLA - JUAN 14:27