lunes, 1 de marzo de 2010
DEJA QUE LA LUZ BRILLE EN TI
Una pequeña niña se encontraba entre un grupo de personas, que eran guiadas en una excursión por una gran catedral. Mientras el guía daba explicaciones sobre las diversas partes de la estructura, el altar, el coro, la mampara y la nave principal, la atención de la pequeña estaba enfocada en una vidriera de colores.
Estuvo por largo tiempo, considerando en silencio la ventana. Al elevar la vista hacia las figuras que formaban parte del vitral, su rostro fue bañado en un arco iris de colores cuando el sol de la tarde inundó el ala cruciforme de la inmensa catedral.
Cuando el grupo se preparaba para continuar la gira, la niña se llenó de valentía y preguntó al guía: “¿Quiénes son las personas que están en ese vitral tan hermoso?
-Esos son los santos” -respondió aquel.
Esa misma noche, mientras la niña se alistaba para acostarse, le dijo a su madre con orgullo:
-Sé quiénes son los santos.
-¿Lo sabes? -respondió la madre. ¿Y me podrías decir quiénes son?Sin vacilar la niña respondió:
- ¡Son las personas que dejan que la luz brille a través de ellas!
¿Estas permitiendo que la luz del Señor brille a través de tí?
Hemos sido llamados a compartir la luz de Jesús en un mundo de tinieblas. Como rayos de luz que atraviesan el pesimismo y la oscuridad, podemos llevar esperanza y ánimo.
Mateo 5:16Estuvo por largo tiempo, considerando en silencio la ventana. Al elevar la vista hacia las figuras que formaban parte del vitral, su rostro fue bañado en un arco iris de colores cuando el sol de la tarde inundó el ala cruciforme de la inmensa catedral.
Cuando el grupo se preparaba para continuar la gira, la niña se llenó de valentía y preguntó al guía: “¿Quiénes son las personas que están en ese vitral tan hermoso?
-Esos son los santos” -respondió aquel.
Esa misma noche, mientras la niña se alistaba para acostarse, le dijo a su madre con orgullo:
-Sé quiénes son los santos.
-¿Lo sabes? -respondió la madre. ¿Y me podrías decir quiénes son?Sin vacilar la niña respondió:
- ¡Son las personas que dejan que la luz brille a través de ellas!
¿Estas permitiendo que la luz del Señor brille a través de tí?
Hemos sido llamados a compartir la luz de Jesús en un mundo de tinieblas. Como rayos de luz que atraviesan el pesimismo y la oscuridad, podemos llevar esperanza y ánimo.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres,
para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro
Padre que está en los cielos.
LA NECESIDAD DE ALIMENTO
Lectura: Salmo 37:1-11.
"Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad" Salmo 37:3
Nuestro nieto Cameron nació seis semanas prematuro. Como tenía un tamaño y peso menores que lo normal y estaba en peligro, quedó internado en la unidad de recién nacidos del hospital por unas dos semanas hasta que ganara suficiente peso como para ir a casa. Su mayor desafío era que, en el esfuerzo físico que realizaba para alimentarse, quemaba más calorías de las que estaba adquiriendo. Esto obviamente era un obstáculo para su crecimiento. Parecía que el pequeñito retrocedía dos pasos por cada uno que avanzaba.
No había medicina o tratamiento que pudiera resolver el problema: simplemente necesitaba la reconstitución provista por el alimento.
Como seguidores de Cristo, constantemente encontramos que nuestras reservas emocionales y espirituales se agotan por causa de los desafíos de la vida en un mundo caído. En tales momentos, necesitamos el alimento para fortalecernos. En el Salmo 37, David nos alentó a fortalecer nuestros corazones alimentando nuestras almas. Él escribió: «Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad» (v. 3).
Cuando la debilidad nos aflige, la seguridad y la tranquilidad de la fidelidad interminable de Dios puede darnos la capacidad para seguir adelante en Su nombre. Su fiel cuidado es el alimento que necesitamos, dándonos, tal y como dice el himno «Oh, Tu fidelidad»: «Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo»._
Aliméntate de la fidelidad de Dios para encontrar la fortaleza que necesitas.
"Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad" Salmo 37:3
Nuestro nieto Cameron nació seis semanas prematuro. Como tenía un tamaño y peso menores que lo normal y estaba en peligro, quedó internado en la unidad de recién nacidos del hospital por unas dos semanas hasta que ganara suficiente peso como para ir a casa. Su mayor desafío era que, en el esfuerzo físico que realizaba para alimentarse, quemaba más calorías de las que estaba adquiriendo. Esto obviamente era un obstáculo para su crecimiento. Parecía que el pequeñito retrocedía dos pasos por cada uno que avanzaba.
No había medicina o tratamiento que pudiera resolver el problema: simplemente necesitaba la reconstitución provista por el alimento.
Como seguidores de Cristo, constantemente encontramos que nuestras reservas emocionales y espirituales se agotan por causa de los desafíos de la vida en un mundo caído. En tales momentos, necesitamos el alimento para fortalecernos. En el Salmo 37, David nos alentó a fortalecer nuestros corazones alimentando nuestras almas. Él escribió: «Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad» (v. 3).
Cuando la debilidad nos aflige, la seguridad y la tranquilidad de la fidelidad interminable de Dios puede darnos la capacidad para seguir adelante en Su nombre. Su fiel cuidado es el alimento que necesitamos, dándonos, tal y como dice el himno «Oh, Tu fidelidad»: «Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo»._
Aliméntate de la fidelidad de Dios para encontrar la fortaleza que necesitas.
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