miércoles, 29 de abril de 2009

EL REGALO MAS GRADE

Lectura: Job 2.
"Se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra" Job 2:13
Con justa razón menospreciamos a los tres amigos de Job por su respuesta al sufrimiento de éste. Pero, cuando vinieron, se sentaron en silencio junto a Job por siete días antes de hablar. Al final resultó ser que esos fueron los momentos más elocuentes que pasaron con él. Instintivamente retrocedo y me alejo de las personas que están sufriendo. ¿Quién puede saber si quieren hablar acerca de su problema o no? ¿Acaso quieren ser consolados o animados? ¿Qué puede aportar de bueno mi presencia?. Tony Campolo cuenta de su experiencia en un funeral. Por error terminó en el salón de pompas fúnebres equivocado. Allí estaba el cuerpo de un anciano, y su viuda era la única persona presente. Parecía tan sola que Campolo decidió quedarse para el funeral. Incluso llevó a la mujer al cementerio. Una vez concluido el servicio junto a la tumba, Campolo finalmente le confesó que nunca había conocido a su esposo. "Eso pensé -dijo la viuda-; pero en realidad no importa. Usted jamás podrá imaginar lo que esto significa para mí". Con mucha frecuencia aquellos que sufren recuerdan a la persona callada y sencilla. Alguien que estuvo allí cuando se le necesitó, que escuchó, que no se pasó el tiempo mirando el reloj, que abrazó, tocó y lloró. En pocas palabras, alguien que se puso a disposición y se sometió a los térmonis de la persona que estaba sufriendo, y no se mantuvo en los suyos
A menudo, el mejor consuelo es simplemente estar allí.