jueves, 15 de enero de 2009

LUTERO

YO SOY JESÚS

“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” Mateo 16:16 Todos me conocen, menos tú. Nací en un humilde pesebre de Belén en un día que se partió la historia del mundo, ya que la era en la que vives, inició su cuenta, desde el día de mi nacimiento.
Desde niño aprendí a manejar la madera. Me volví experto en el manejo de todos los complementos, que me permitían volver un rudo tronco de árbol en un mueble funcional.

Cuando cortaba un árbol robusto le separaba la corteza y sacaba de él el mayor provecho; mientras más diestro, mejor aprovechaba el material y la calidad de la pieza, que una vez acabada, hablaba de mi profesión artesanal. Pero muy pronto supe que esa no sería mi verdadera profesión, porque mi nombre, Jesús, quiere decir “El salvará a su pueblo de los pecados…” profesión de la cual quiero hablarte. Desde la niñez me interesé por el estudio de las Sagradas Escrituras, legado de mi pueblo.

Y aprendí que así como con un manejo hábil de mis manos la madera podía convertirse en algo hermoso, el alma de un hombre como tú, en mis manos, igualmente podía alcanzar niveles insospechados de felicidad.

Me explicaré: Vine a este mundo en forma de hombre, pero mi verdadera función es ser Dios. Sólo que si me presento como Dios, alguien como tú no me creería, por lo que tuve que venir en forma humana, no sólo para identificarme contigo, sino para que puedas asimilar lo que soy. Para que me entiendas, tú estás hecho a mi misma imagen y semejanza, pero no yo tengo tus imperfecciones.

Mi labor es semejante a la de carpintería, porque tengo que tomar un alma como la tuya, que creció como árbol silvestre, descortezarla, es decir, quitarle todas las imperfecciones con que el mundo te ha ensuciado, para después, irte moldeando y puedas comprender tu existencia y la puedas proyectar a algo menos efímero que esta vida terrena. Si me dejas trabajar con tu alma, podrás encontrar felicidad terrena y un día, vivir conmigo por la eternidad.

Claro que esto implica el que nos encontremos y me permitas trabajar contigo; no usaré cepillo, ni cerrote, ni garlopa, sino que usaré mi Santo Espíritu, para hacer de tu vida algo más que una existencia rutinaria y encuentres el verdadero sentido que tiene.

Tu alma tiene aristas que es preciso ir limando para que puedas ajustarte al diseño que de ti hice cuando formé tus entrañas en el vientre de tu madre. Porque aun cuando tú no me conoces, yo te conozco muy bien, más de lo que tú mismo te conoces.

Si te sientes trabajado y cargado por los afanes de la vida, ven a mi y yo te haré descansar. Podrás llevar mi yugo, que es fácil y mi carga, que es ligera. Aprenderás de mí; yo soy manso y humilde de corazón y hallarás descanso para tu alma. Cuando estás triste, yo te puedo alegrar; si en tu vida hay tinieblas, yo te puedo alumbrar; si te enfermas, yo te puedo sanar; si algo te falta, te lo puedo suplir; si tienes dudas, yo soy El Camino, La Verdad y La Vida ¿Qué necesitas? Aun cuando algunos me presentan colgado de una cruz y muerto, quiero que sepas que estoy vivo. Mi amor por ti no lo podrás entender; sólo lo podrás recibir.

Un día ofrecí mi vida por ti, pero sólo me quedé en el seno de la tierra tres días y tres noches, porque al tercer día, me levanté; estoy vivo, y desde entonces intercedo por ti y pronto vendré para llevarte conmigo.

Si me preguntas ¿qué tengo que hacer para que nos encontremos y creer que esto que leo es verdad? Bueno, tendrás que hacer dos cosas: Primera: leer el Libro que dicté desde el principio de los tiempos. En ese Libro nos encontraremos y te iré explicando paso a paso mi plan. Alguien te dirá que es un libro religioso; no hagas caso; cuando lo hayas leído me dirás si lo es.

Otros te harán desistir de leerlo, o te dará pereza abrirlo, pero si antes de hacerlo cierras tus ojos y me pides que yo te ayude a comprenderlo, puedo asegurarte que no será difícil y podrás hacerlo tuyo. Sólo que tengo un sistema de trabajo y un lenguaje diferente a los que tú usas; necesitarás también descubrirlos. Segunda: No vivir la vida como la heredaste, o como tú quieras vivirla, sino como Yo la diseñé, junto con todo el Universo, del cual tú formas parte.

Para ello, habrás de separarte de tus malas costumbres, de tus malos hábitos, de tus tradiciones y pecados. En una palabra, cambiar lo tuyo por lo mío. ¿Qué te parece? Y no digas: Ah, ¿y eso si funciona? porque no podrás decirlo antes que lo hayas probado. Y no esperes verme físicamente porque no dejé ningún retrato, ni ha habido nadie que pueda hacer una pintura o ilustración de mi persona. Cuando quieras encontrarte conmigo, abrirás el Evangelio, en la Biblia y me encontrarás. Y más fácil aún, cierra tus ojos, invoca mi Nombre, Jesús, y me hallarás, si me buscas de todo tu corazón y de toda tu alma.

Tu amigo que te espera: Jesús

¡Dios les bendiga!
Amén

¡MI PAPA!


Cuando mi mundo era

el vientre de mamá,

aunque yo no viera

tú mirabas desde allá.


Ponías tu mano

para descansar,

y arrullabas mi sueño

para no llorar.


En tu almohada dormía

cubierta de paz

y siempre despierto

te encontrabas papá.


Desde la infancia

me empezó a consolar

tu tierna mirada

y tu forma de amar

que acariciaba mi alma

cuando solía llorar.


Cuando hambre tenía

no supiste negar

tu amor ni comida,

Oh! Mi tierno papá.


Me llevabas en brazos

y aprendí a caminar,

con amor de tu mano

sostenías mi andar.


Sobre tus rodillas

me sentaba a escuchar

los consejos que un día

yo tuviera que usar.


Corregías mis pasos

aunque dolían, ¡Papá!


Sabía que era

por el buen bienestar

de esta carrera

que lograré terminar.


Hoy te agradezco

mi dulce papá

por tu amor y cuidados

que derramaste al dar

lo que nadie me ha dado

¡Mi Señor celestial!

Patricia J. Olivera Costilla

HOY..ME REGOCIJARE EN EL SEÑOR

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: Regocijaos” Filipenses 4:4
Wendell Holmes una vez dijo,” Yo no podría haber entrado en el ministerio si ciertos clérigos que yo conocí se hubieran mostrado y actuado como empleados funerarios.Robert Louis Stevenson una vez escribió en su diario, como si él grabará un fenómeno extraordinario, escribió esto: ” Yo he estado a la Iglesia hoy, y no es deprimido. ”¿ Tiene Ud. algún celo y entusiasmo para la vida? … por su trabajo diario? … ¿ por la devoción? … ¿ por el servicio Cristiano? Yo he conocido algunos amigos que eran siempre negativos sobre todo. A pesar de las buenas cosas que habían sucedido en sus vidas, ellos no se sentían entusiasmados , siempre encontraban una razón para estar o sentirse melancólicos o indiferentes a algo. Creo que uno de los más grandes pecados de muchos Cristianos hoy es su carencia de entusiasmo acerca de su relación con el Señor y con la Iglesia. De hecho, muchos Cristianos son simplemente apáticos. Hoy yo no quiere ser ni indiferente, ni melancólico ni apático.
Yo vi un aviso hoy que decía: ¿” Cuál es la definición de apatía? “ Es la manera en que mucha gente se proyectan a sí mismos sobre una base diaria. En el verso de hoy, acerca de Regocijarse en el Señor siempre y otra vez…en Regocijarse, el Apóstol Pablo tan lleno de entusiasmo, aun cuando se encontraba en una cárcel, recomienda y ordena a los Filipenses, que no se olviden de regocijarse..o proyectarse así mismo en la base diaria del regocijo.
El regocijo del cual habla Pablo viene directamente del Dios de todo regocijo. La vida cristianos no es ni aburrida ni triste, es al contrario un manantial de gozo, porque Dios es nuestra fuente de gozo. Cuando usted da regocijo ese regocijo engendra más regocijo, cuando da entusiasmo eso engendra más entusiasmo.
Hoy quiero comenzar este día con gran entusiasmo y regocijándome en el Señor. Pido al Señor que me de hoy de su energía entusiasmante para poder derramar ese regocijo sobre todos los seres humanos con quienes entraré hoy en contacto e influir sobre ellos con el regocijo del Señor y que así ellos puedan ver al Señor en cada experiencia de hoy. Que tanto ellos como yo podamos llevar ese regocijo al trabajo, a la escuela, al mercado y por la calle y sobre todo poder compartirlo hoy en medio de la familia. Hoy estoy dispuesto a ser contagiado con el regocijo del Señor y a la vez contagiarlo.
Señor, gracias por darme tu entusiasmo y tu regocijo. Hoy quiero ser un instrumento de regocijo donde quiera que tú me lleves. Se que hay suficientes motivos para regocijarme en ti. Tú eres la razón de mi gozo y la fuente de mi regocijo. Quiero tocar la vida de otros con el regocijo que me has dado.

UNA NUEVA LUZ

Los Markovitz era una de las pocas familias judías que vivían en un apacible suburbio de Pensilvania cuyas calles se llenaban de luces navideñas en Diciembre. Ellos en cambio, colocaban una menorá (Candelabro judío de nueve brazos) encendida en una ventana de su casa como recordatorio de que también era el inicio de la Hanuka, una de sus principales fiestas religiosas.
Un día, a eso de las 5 de la mañana Judy Markovitz se despertó al oír un fuerte ruido. Habían roto la ventana y arrancado la menorá.
Para los Markovitz fue una agresión que removió viejas heridas, ya que los padres de Judy habían estado en el pasado recluidos en un campo de concentración-.
Los Markovitz luego de recuperarse emocionalmente repararon la ventana y al terminar la reparación salieron a visitar al hermano de Judy, sin saber que sus vecinos se disponían a reparar algo más.
En la noche, cuando la familia Markovitz regresaba a su casa, un extraordinario espectáculo los sorprendió al doblar la calle: Casi todas las casas de la manzana estaban adornadas con una menorá resplandeciente. La hija de la pareja, Vicky, hoy día de 18 años, recuerda aquellas ventanas iluminadas como una señal de compasión y solidaridad. “ Fue como si todos los vecinos dijeran: Si vuelven a romper las ventanas de ellos, también tendrán que romper las nuestras”.
Compasión y solidaridad son dos joyas que necesitas hoy recuperar.
Reír con el que rie y llorar con el que llora. Que nunca demos la espalda al que sufre, porque tarde que temprano se nos pagará con la misma moneda.

Job 19:21 Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; Porque la mano de Dios me ha tocado.
Mateo 9:36 Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor.
Marcos 8:2 Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer:

¿IMPOSIBLE?

Lectura: Mateo 5:38-42
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: no resistáis al que es malo. —Mateo 5:38-39
Cuando el Presidente de la Asociación del Premio Nóbel, Gunnar John, hizo su discurso de presentación para el Premio Nóbel de la Paz otorgado a Martin Luther King en 1964, citó a Jesús: «A cualquiera que te hiera en la mejilla, derecha, vuélvele también la otra» (Mateo 5:39). Según observó el Sr. John: «No fue debido a que dirigió a una minoría racial en su lucha por la igualdad que Martin Luther King ganó fama... [Su] nombre perdurará por la manera en que libró dicha lucha».
En 1955, Martin Luther King había dirigido un boicot pacífico de todo un año para protestar contra la segregación en los autobuses. Pagó un alto precio. Le pusieron bombas en su casa y a él mismo fue atacado y arrestado. Nunca tomó represalias. Al final, le asesinaron.
¡Qué opuesto es el pacífico ejemplo del Dr. King a mi naturaleza carnal! Yo quiero justicia ahora. Quiero retribución. Quiero que otros paguen por sus malas acciones, en especial cuando éstas van dirigidas a mí. Lo que no quiero es volver la otra mejilla e invitarlos a que me vuelvan a golpear.
Haddon Robinson comenta acerca de los estándares elevados que Jesús expuso en el Sermón del Monte (Mateo 5–7), llamándolos «metas... no ideales imposibles. [Jesús] quiere que Sus discípulos se esfuercen hacia estas metas para dominar un nuevo tipo de vida».
En medio de las injusticias de la vida, tengamos la valentía, la fe, y la fuerza para volver la otra mejilla. —TG
Se requiere de verdadera fortaleza para negarse a tomar represalias.