miércoles, 30 de junio de 2010

LA HORA MATUTINA

Muchísimos encontramos que el tiempo matutino es una hora de apurarse. Varios miembros de la familia corren en distintas direcciones con diferentes necesidades horarios. A uno se le perdió una media, el otro no puede encontrar las tareas escolares que hizo anoche. Otro necesita que el empaquen el almuerzo. Uno se va dando un beso, otro dando un grito y otro necesita una palabra de aliento para abrir los ojos mientras sale dando traspiés por la puerta.
En profundo contraste se encuentra el viejo adagio que dice que todos necesitamos un tiempo de quietud, en la mañana para centrarnos y renovar nuestra relación con nuestro Padre celestial. Quizá para ti sacar ese tiempo sea el desafío supremo del día, pero vale la pena el esfuerzo su peso en oro, como Bruce Fogarty lo dijera con tanto acierto:

La hora matutina

A solas con Dios, en quietud,
De los cuidados terrenales me siento libre;
Nuevas fuerzas pido para cada día
Mientras allí con Dios me detengo a orar.

A solas con Dios, mis pecados confieso,
Él me habla con misericordia, soy bendecido.
Sé lo que es el beso del perdón gratuito,
Hablo con Dios y Él conmigo.

A solas con Dios, mi visión se aclara
Veo mi culpa, los años perdidos
Ruego por gracias para caminar como Él quiere
Y vivir para Él de día en día.

A solas con Dios sin pecado que se interponga
Su bello rostro con gran claridad veo;
Mi culpa ya se ha ido; mi corazón descansa
Con Cristo, mi Señor, mi alma es bendecida.

Señor, guarda mi vida solo para ti;
Líbrame, Señor, del pecado y del egoísmo.
Y cuando ya no camine más por este mundo
La gente dirá: Él camino a solas con Dios.

Salmo 46:10
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

BUSQUEDA Y RESCATE

Lectura: Lucas 19:1-10.
"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido" Lucas 19:10
Casi cada semana vemos noticias acerca de alguna misión de búsqueda y rescate. Puede que se trate de algún niño que se alejó durante un almuerzo campestre familiar y se extravió, o un excursionista que se quedó aislado en alguna montaña, o personas atrapadas bajo los escombros luego de un terremoto. En cada caso, las personas en riesgo son incapaces de ayudarse a sí mismas. Por lo general, los que fueron encontrados y salvados muestran una gratitud perdurable por aquellos que se unieron a la búsqueda y les rescataron.
El relato de Zaqueo en Lucas 19:1-10 es una historia de búsqueda y rescate. Puede que a primera vista parezca una serie de casualidades. Jesús estaba pasando por Jericó y un rico publicano trepó a un árbol para echarle un vistazo al Maestro obrador de milagros. Pero este encuentro con Jesús no fue una coincidencia. Al final del relato, Lucas deliberadamente incluyó las palabras de Jesús a Zaqueo. «Hoy ha venido la salvación a esta casa… Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido». (vv. 9-10).
Jesús comenzó Su operación de búsqueda y rescate en la tierra por medio de Su vida, muerte y resurrección. Él sigue realizándola hoy por medio del poder del Espíritu Santo y nos invita con Su gracia a participar con Él amando a aquellos que están perdidos.
Los que han sido salvos del pecado son lo mejor capacitados para rescatar a los que están perdidos en él.

UN INCENDIO INÚTIL

Las calificaciones estaban ahí y eran malas. Malas debido a la desidia, la dejadez y la holgazanería. Si sus padres veían esas malas notas escolares, habría fuertes castigos y no habría vacaciones.

Así que los dos muchachos, ambos de doce años de edad, no hallaron mejor medio de eliminar sus notas que prenderle fuego al escritorio de la maestra. El fuego consumió todo el mueble y aún más, causando daños por dos mil quinientos dólares. Pero el incendio no dio resultado. La maestra había archivado las notas electrónicamente en el sistema computarizado de la escuela.

De este incidente se desprenden varias lecciones. La primera es que si un escolar no se aplica en sus lecciones, ni le dedica tiempo a la lectura de los libros de texto ni atiende seriamente a las enseñanzas de la maestra, no puede sacar buenas notas en los exámenes. Y es posible que sufra los efectos el resto de su vida.

La segunda lección es que la ira es siempre mala consejera, y jugar con fuego es siempre peligroso. La quemazón del mueble pudo haber provocado un incendio con peores consecuencias, causando grandes daños personales. Esto ocurre en muchos casos.

La tercera lección que aprendemos es que quemar un mal informe no soluciona el problema de fondo, que es la falta de honestidad. Esa tendencia tendrá repercusiones perjudiciales toda la vida.

La cuarta lección que nos enseña es que con las computadoras y sus bases de datos, que almacenan todos los datos con más seguridad que cualquier caja fuerte, es inútil quemar documentos comprometedores. Una mala nota documentada no se borra quemando papeles si hay un sistema seguro que la tiene archivada.

La quinta lección es que lo que no ven los maestros, lo ve Dios. Y Dios tiene su manera de marcar permanentemente en nuestra conciencia todas nuestras maldades. No hay lugar en todo el universo donde podamos escondernos de nuestra conciencia. A esta poderosa lección la respalda el principio bíblico que dice: «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).

Cualquiera que quebrante las leyes morales de Dios, sea niño o adulto, pequeño o grande, iletrado o sabio, pagará las consecuencias. Tarde o temprano la computadora divina revelará todas nuestras infracciones. Y tras esa revelación compareceremos, irremisiblemente, ante el Juez divino.

Sometamos, pues, nuestra voluntad al señorío de Jesucristo. Él desea ser nuestro Salvador. No lo ignoremos. No tratemos de eludir sus leyes. Humillémonos, más bien, ante Cristo en contrito arrepentimiento. Él será nuestro fiel amigo.

Hermano Pablo

martes, 29 de junio de 2010

¿QUIEN ES LA PERSONA MAS FELIZ DE LA TIERRA?

Un periódico en Inglaterra, una vez hizo esta pregunta a los lectores: ¿Quién es la persona más feliz de la tierra?
Las cuatro respuestas premiadas fueron:
Un pequeño que hace castillos de arena.
Un artista o un artesano que está silbando por un trabajo bien terminado.
Una madre que baña a su pequeño después de un agitado día.
Un doctor que terminó una cirugía difícil salvando una vida.
El editor del periódico estaba tan sorprendido de no encontrar prácticamente a nadie que propusiera a los reyes, los emperadores, los millonarios u otros ricos famosos como las personas más felices del planeta.
W. Beran Wolfe una vez dijo: Si uno observa a un hombre realmente feliz lo va a encontrar construyendo un barco, escribiendo una sinfonía, educando a su hijo, cultivando dalias en el jardín, buscando huevos de dinosaurio en el desierto de Golbi. No va a estar buscando la felicidad como si fuera el cierre de un collar que se ha caído debajo del radiador. No va a estar esforzándose por conseguirla como si fuera una meta. Él se va a dar cuenta de que es feliz en el transcurso de vivir la vida muy ocupado las 24 horas del día.
¿Qué puede ser más divertido que amar lo que uno hace y sentir que es importante.
Salmos 128:2
Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien

MACULEY


Lectura: Isaías 6:1-8.
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: heme aquí, envíame a mí" Isaías 6:8
Macauley Rivera, uno de mis amigos más queridos del seminario bíblico, tenía pasión por el Salvador. El deseo de su corazón era graduarse, casarse con su novia, Sharon, regresar a los suburbios de la ciudad de Washington, D.C., y establecer una iglesia para alcanzar a sus amigos y familiares para Cristo.
Sin embargo, ese sueño terminó cuando Mac y Sharon murieron trágicamente en un accidente, dejando a todos los estudiantes atónitos ante la pérdida. En el servicio religioso en memoria de Mac, se lanzó el desafío: «Mac se ha ido. ¿Quién servirá en su lugar?» En señal del evidente impacto del ejemplo de Mac, más de 200 estudiantes se pusieron de pie para coger el manto del siervo caído de Cristo.
La respuesta de esos estudiantes resuena en el compromiso de Isaías. En un momento de temor e inseguridad, el profeta fue llamado a la sala del trono de Dios, donde Le escuchó decir: «¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?» Isaías respondió: «Heme aquí, envíame a mí» (Isaías 6:8).
Dios todavía llama a hombres y mujeres para que sean Sus embajadores hoy en día. Les desafía a que Le sirvan, a veces cerca de sus hogares, otras veces en tierras distantes. La pregunta para nosotros es: ¿Cómo responderemos a Su llamado? Que Dios nos dé el valor para decir: «Aquí estoy; envíame».
A quien Dios llama, lo capacita; a quien capacita, lo envía.

lunes, 28 de junio de 2010

QUE LOS DEMAS ,LÉ VEAN EN TI

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LA PALABRA DE DIOS PARA TI

PARA HACERLE UN FAVOR

Las discusiones eran continuas. Cada vez que se veían, tras unos momentos de charla cariñosa, comenzaban las desavenencias. Se amaban, pero al tocar cierto punto, ahí comenzaba la tormenta.

Un día, el joven, Ricardo Lallis, de veintiséis años de edad, no aguantó más, y en un rapto de locura mató a su novia Andrea Young. Cuando a los tres días fue detenido, Ricardo les dijo a los detectives: «La maté para hacerle un favor. La amaba, pero era la única manera de librarla del infierno de la cocaína.»

Ricardo les relató a los detectives que durante muchos meses había estado tratando de convencerla, con toda clase de argumentos, de que dejara el vicio. La joven le hacía promesas de enmienda y, por momentos, parecía estar libre, pero luego volvía a caer.

Para Ricardo cada caída era un nuevo golpe, una nueva desilusión, un nuevo dolor. Fue así como un día se le metió en la cabeza esa idea atroz de eliminarla de su adicción. Se convenció de que la muerte era la única solución para Andrea. Lo demás es historia. Pero, ¿solucionó algo Ricardo con quitarle la vida a su novia? Al contrario. La perdió a ella, y perdió su propia libertad.

Matar a una persona no es nunca la solución. Es la derrota más grande de la vida. Es cortar por la mitad una vida que, de esperar con paciencia, pudiera haber sido brillante y victoriosa. Aparte del daño irreparable que causa la muerte prematura, está el daño y el dolor que se les causa a los que están cerca, ya sean parientes o amigos íntimos.

Y hay otro factor. Toda persona, al partir de esta vida, se enfrenta al instante con Dios, el Juez Supremo. Y el que parte a la eternidad sin Cristo no está aún preparado para ese encuentro eterno.

La buena noticia es que hay una solución para el problema de la drogadicción así como para todo problema de esta vida. Esa solución es Cristo. Él tiene el poder para librar a cualquier persona de cualquier vicio, y no sólo de cualquier vicio sino de sus depresiones, sus congojas, sus tristezas y sus fracasos.

Es posible librarnos de toda especie de mal, porque hay poder en Jesucristo. Si nos sometemos al Todopoderoso Salvador, esa entrega nos librará de las garras del diablo. Ninguno de nosotros tiene que ser esclavo del pecado. Cristo ya compró nuestra salvación. Aceptémosla hoy mismo.

Hermano Pablo

EL PUEDE VER QUE VA A SUCEDER

Por semanas, Susie, de ocho años, ha estado esperando por ir a pescar un sábado con su papá. Pero cuando al fin llegó el día, llovía torrencialmente.

Susie se paseó por la casa toda la mañana, quejándose mientras se asomaba por las ventanas: Parece que el Señor no supiera que hubiese sido mejor que lloviera ayer que hoy. Su padre trató de explicarle cuán importantes es la lluvia para los agricultores y para los jardineros. Pero Susie sólo respondía: No es justo.

Alrededor de las tres de la tarde, la lluvia cesó. Todavía había tiempo de pescar, por lo que padre e hija rápidamente cargaron su equipo y se dirigieron al lago. Debido a la tormenta, los peces estaban picando. En dos horas, regresaron con una cuerda llena de pescados.

A la hora de la cena de pescados le pidieron a Susie que diera gracias. Ella concluyó su oración diciendo:

-Y, Señor, si estaba gruñona esta mañana fue porque no pude ver más lejos.

Cuando buscamos el consejo de Dios en nuestras vidas, es importante darnos cuenta de que ¡solo Él puede ver qué va a suceder!

1Pedro 5:6
Humilláos, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.

¿ESTAS LISTO?

Lectura: Hechos 13:1-5.
"Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado" Hechos 13:2
Tres meses antes de un viaje misionero ya programado, un amigo y yo estábamos hablando acerca de ello. Él me dijo. «Si alguien no puede ir, estoy dispuesto a tomar cartas en el asunto y unirme a tu grupo». Los ocho días del viaje no iban a ser nada fáciles, por cuanto estaríamos pintando, reparando y arreglando cosas bajo el calor de julio de Jamaica. Pero mi amigo parecía ansioso por ir.
Aproximadamente seis semanas antes de nuestra partida programada, se presentó una vacante. Le mandé un correo electrónico a mi amigo —a quien no había visto en todo ese tiempo— y le pregunté si seguía interesado. Me respondió de inmediato: «¡Claro! Y tengo pasaporte, por si acaso». Él se había asegurado de estar listo en caso recibiera el llamado para ir, por si las moscas.
La preparación de mi amigo me recuerda lo que sucedió allá por el primer siglo en Antioquia. Pablo y Bernabé se encontraban entre un grupo de personas que se estaban preparando espiritualmente para lo que fuera que Dios les pudiera pedir que hicieran, o para cualquier lugar donde Él pudiera enviarles. No se prepararon consiguiendo un pasaporte, sino «ministrando… al Señor y ayunando» (Hechos 13:2). Y cuando el Espíritu Santo dijo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra» (v. 2), ya estaban totalmente listos para el viaje.
¿Te estás preparando para lo que Dios te pida que hagas? Cuando el Espíritu diga «Ve», ¿estarás listo?
Mantén tus herramientas listas; Dios encontrará trabajo para ti.

domingo, 27 de junio de 2010

¿ANDARAS POR FE O POR VISTA ?

Algunas veces estoy triste. Y no sé por qué
Mi corazón está muy afligido;
Parece que las cargas del mundo
Están sobre mi corazón.

Y aunque yo sé… yo sé que Dios
Quien hace todas las cosas perfectas
Me va a llevar a entender
A caminar por FE… no por lo que VEA.

Y aunque no pueda ver el camino
Él lo planeó para que yo fuera…
Ese camino me parece oscuro ahora
Pero, ¡estoy segura de que Él sabe!

Hoy Él guía mis débiles pasos
El mañana está en Su diestra…
Él me ha pedido que nunca tema…
Si no que camine por FE… no por lo que VEA

Algún día la niebla se irá,
El sol brillará otra vez.
Veré la belleza de las flores.
Escucharé el trinar de los pájaros.

Y entonces sabré que la mano de mi Padre
Ha hecho que se ilumine el camino
Porque yo puse mi mano en la suya
y Caminé por FE… no por lo que VEÍA.

By Faith Not Sight, Ruth A. Morgan.Ruth A Morgan.

La fe invita al alma a ir más allá de lo que los ojos pueden ver.

2 Corintios 5:7
Porque por fe andamos no por vista.

EL PARISO DE LOS CHIMPANCES

Lectura: Números 14:1-10.
"Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará" Números 14:8
Eugene Cussons rescata chimpancés. Muchos de estos animales, arrebatados de la selva cuando eran cachorros, han pasado toda su vida confinados en un espacio más pequeño que el de la celda de una cárcel, tras haber sido abandonados por aquellos que hacen negocio del contrabando de carne. Cuando Cussons llega para llevarlos a la reserva de animales a la que llama «El paraíso de los chimpancés», a menudo encuentra que los primates han desarrollado hostilidad y desconfianza.
«Estos chimpancés no se dan cuenta de que yo soy uno de los buenos», dice Cussons. Cuando trata de colocarlos en una caja más pequeña para el viaje hacia su nuevo hogar, ellos arman una buena pelea. «No saben que los voy a llevar al paraíso de los chimpancés y les voy a dar una vida muchísimo mejor».
En una escala mucho mayor, la oferta de Dios de liberarnos de la esclavitud del pecado a menudo es recibida con resistencia. Cuando Dios rescató a los hijos de Israel de Egipto, les llevó por lugares difíciles que les hicieron dudar de Sus buenas intenciones. «¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?, clamaron (Números 14:3).
Hay momentos en nuestro viaje de fe cuando la «libertad» del pecado que dejamos detrás es más atractiva que las restricciones de la fe que tenemos por delante. Debemos confiar en los límites protectores que se encuentran en la Palabra de Dios como la única manera de llegar al lugar de la libertad final.
Reflexión: La obediencia a Dios es la llave para la libertad.

sábado, 26 de junio de 2010

¿TE ESTAS ARRIESGANDO ?

Dos entrenadores de pelota se compadecían mutuamente por la dificultad de reclutar jugadores de calidad para sus equipos. Un entrenador dijo:
- Si solo pudiera encontrar a un hombre que jugara cada posición a la perfección, le diera siempre a la pelota, nunca quedara fueran del juego y no hiciera un error en el campo.
El otro entrenador suspiró en acuerdo y añadió:
- Sí, si apenas pudiéramos hacer que dejara su perro caliente y bajara de las gradas.
Jugar el juego de la vida al máximo requiere enfrentar riesgos. Sin ellos, la vida tiene poca emoción, poco que pueda contarse como excitante o que satisfaga.
  • Reírse es arriesgarse a parecer tonto.
  • Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
  • Extender la mano a otra personas es arriesgarse a involucrarse.
  • Exponer sentimientos es arriesgarse a mostrar su verdadero yo.
  • Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
  • Vivir es arriesgarse a morir.
  • Tener esperanza es arriesgarse a desesperarse.
  • Intentar es arriesgarse a fracasar.

Sin embargo, la persona que no arriesga nada, no está obrando, nada tiene y al final se vuelve nada. No tengas temor a enfrentar riesgos. ¡Bájate de las gradas y juegas a la pelota.

El hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el valor de perder de vista la orilla.

Mateo 14:29 Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.

PROBLEMAS DE POSTERGACION

Lectura: Romanos 12:4-13.
"En un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función" Romanos 12:4
Muchos de nosotros luchamos con ellos —los problemas de postergación. Un catedrático de la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá, estudió durante cinco años el problema de dejar las cosas para más tarde e informó de que el 95% de nosotros pospone hacer una u otra cosa. ¡Una estimativa mostró que los estadounidenses pierden aproximadamente 400 millones de dólares al año posponiendo la declaración de sus impuestos! Debido al temor al fracaso y otras inseguridades, esperamos y esperamos antes de iniciar un proyecto o tomar una decisión.
Dejar las cosas para más tarde también es un problema en la iglesia. Muchos de nosotros posponemos el servir a Dios. Sabemos que debemos alcanzar a los demás, pero nos sentimos inseguros o preocupados en cuanto a qué hacer. Debido a que no estamos seguros de nuestros dones o intereses, postergamos nuestra participación en la iglesia. Nos preocupamos pensando: ¿Qué pasa si hago un mal trabajo? ¿Qué pasa si descubro que ni siquiera puedo hacerlo?
Romanos 12 nos da algo de aliento. El hecho de servir comienza por presentarnos ante Dios como un «sacrificio vivo» (v. 1). Ora y entrégate de nuevo al Señor y a Su obra. Luego mira a tu alrededor y ve lo que los demás están haciendo en tu iglesia, y pregunta si puedes unírteles. Comienza por algo pequeño si así lo necesitas, y prueba haciendo varias cosas.
Tu iglesia te necesita. Pídele a Dios que te ayude a vencer tus problemas de postergación.
Para una iglesia más saludable, ejercita tus dones espirituales.

viernes, 25 de junio de 2010

¿VAGANCIA O PACIENCIA?

La langosta, cuando se deja en lo alto y se seca en las rocas, no tiene la percepción y energía suficiente para buscar su camino de regreso al mar, sino que espera a que el mar venga a ella. Si no viene, ella se queda donde está y muere, aunque el más mínimo esfuerzo le haría posible alcanzar las olas, que quizá están ondeando a menos de un metro.

Hay una ola en los asuntos humanos que lanza a los hombres a lugares difíciles y los deja allí, como una langosta tirada, Si deciden quedarse donde las grandes olas los han dejado, esperando que una gran cresta los lleve en sus hombros y los transporte a suaves aguas, es muy probable que sus esperanzas nunca se conviertan en realidad.

Henry Ward Beecher

La vagancia es no actuar, esperar nada, ser nadie. La paciencia, por otro lado, no significa que si se está en actividad. Significa que se está trabajando con la esperanza de que lo que esperas con el tiempo será una realidad, pero tú continuarás en acción aunque no suceda.

La vagancia es a menudo confundida con la paciencia.

Hebreos 12:1
Despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

UN MENSAJE PODEROSO

Lectura: 1 Corintios 1:18-25.
"…el evangelio de Cristo… es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" Romanos 1:16
El maestro bíblico Lehman Strauss llegó a Cristo por medio del poder de la Palabra cuando era joven. A sugerencia de su novia, leyó Romanos 3:23, 5:8 y 10:13. Cuando lo hizo, tuvo la convicción de su pecado. Lloró y creyó.
Cuando su hijo Richard tenía siete años, le preguntó a su padre cómo ser salvo. Lehman usó los mismos versículos que su novia (quien ahora era su esposa) había usado años antes. Su hijo también creyó, y finalmente llegó a ser pastor.
¡La Palabra de Dios tiene un poder tremendo! La primera vez que se registra que Dios habló, Él creó la luz (Génesis 1:3). Le hizo una promesa a Abraham (17:15-19) y dio capacidad a su esposa Sara, de 90 años de edad, para que tuviera un hijo (21:1-2). Dios sigue hablando con poder hoy, y todos los que oyen y creen el Evangelio son salvos (Romanos 1:16).
Sí, el mensaje de Cristo y Su obra salvadora en la cruz pueden cambiar la dirección de la vida de una persona. Tiene el poder para alcanzar el corazón de esa persona a la que amas y por la que has orado tantas veces.
Así que no te rindas en tu testimonio. Sé constante en tu caminar diario. Sigue orando y compartiendo el Evangelio con los demás. ¡Es un mensaje poderoso!
Nuestras palabras tienen el poder de influir; las palabras de Dios tienen el poder de salvar.

jueves, 24 de junio de 2010

APRENDE A DECIR: NO!

Cuán a menudo he escuchado a mi padre describir con palabras entusiastas la honestidad de su viejo amigo el Coronel Ben Shrerrod. Cuando lo amenazaba la bancarrota y la destitución a una edad ya avanzada y debía la asombrosa suma de $850 000, un despreciable abogado le dijo, Coronel Shrerrod, usted está arruinado por completo, pero si me provee $5000 como honorarios de testigo, yo puedo encontrar una falla técnica en todo y sacarle del asunto.

El magnífico de Alabama dijo: Su proposición es insultante. Yo firmé la constancia de buena fe, y hasta el último dólar se pagará, si una obra benéfica cava mi tumba y compra mi mortaja. Mi padre nos llevó especialmente a mí y a mi hermano Richard en una ocasión para ver a ese anciano incorruptible, y su rostro, y palabras están impresas en mi corazón y mi mente.

Rufus C. Burleson

Las personas nos recordarán por nuestras promesas cumplidas y por nuestra honestidad, en especial cuando hundiéramos podido beneficiarnos al no decir la verdad. El carácter de tu palabra es tu mayor bien y la honestidad, tu mejor virtud.

Aprende a decir No; te será más útil que poder leer en latín.

Santiago 5:12
Sea vuestro sí, sí y vuestro no, no para que no caigáis bajo juicio.

INVITACION ABIERTA

Lectura: Efesios 2:14-22.
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" Hebreos 4:16
En 1682, Luis XIV hizo de Versalles la capital de Francia y siguió siéndolo (excepto por un corto periodo de tiempo) hasta 1789, cuando París volvió a ser la capital. El bello palacio de Versalles incluía una opulenta Sala de los Espejos de casi 75 metros de largo. Cuando un visitante se acercaba al rey, ¡tenía que hacer una reverencia cada cinco pasos mientras cubría toda la distancia hasta llegar al rey, quien estaba sentado en su deslumbrante trono de plata!
Los emisarios extranjeros que llegaban a Francia se sometían a ese humillante ritual para cortejar el favor del monarca francés hacia su propio país. En contraste, nuestro Dios, el Rey de reyes, invita a Su pueblo a acercarse libremente a Su trono. Podemos venir a Él en cualquier momento —¡no se requiere de audiencias por anticipado ni de reverencias!
¡Cuán agradecidos debemos estar de que nuestro Padre celestial sea muchísimo más abierto! «Porque por medio de [Cristo]… tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre» (Efesios 2:18). Debido a esto, el autor de Hebreos nos insta a «acer[carnos], pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4:16).
¿Has respondido a la invitación abierta de Dios? Ven con respeto reverencial y gratitud, por cuanto el Dios de este universo está dispuesto a escuchar tus peticiones en cualquier momento.
El acceso al trono de Dios siempre está abierto.

LA MUERTE DE UNO SOLO BASTA

Parecía una escena bíblica, de los tiempos de hierro de la edad patriarcal, pero no lo era. El padre levantó el cuchillo de carnicero, de afilada hoja, y tomó a su hijo. La madre había corrido al patio despavorida, pidiendo auxilio.

El padre, creyendo cumplir la voluntad de Dios, pasó la hoja del cuchillo por la garganta del hijo, y le seccionó las carótidas. «Tienes que morir, hijo mío, por los pecados del mundo», había dicho con espantosa determinación.

La escena no era de los tiempos de Abraham sino en Randallstown, Maryland, Estados Unidos. Stephen Johnson, un hombre de veintiocho años, semitrastornado, sin duda, había sacrificado a su hijo Steve de sólo catorce meses de edad.

Gente fanática y trastornada hay mucha en este mundo. Stephen Johnson, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico, era uno de ellos. Llevado por sus propias imaginaciones, y quizá por el uso de drogas, llegó a creer que él era Dios, y su pequeño hijo, Jesucristo. Y por eso cometió el crimen.

Así ha pasado durante todos los siglos en que ha existido el cristianismo en este mundo. Gente fanática, gente que se deja llevar de sus ideas, sus impresiones y sus sueños y visiones más que de la Biblia, ha caído en excesos, desatinos y locuras.

No es necesario que nadie más muera por los pecados del mundo. Sólo Jesucristo, Dios hecho hombre, podía morir en rescate por todos los pecadores. Cristo murió una sola vez, y su sacrificio es irrepetible. Con una sola vez que muriera, ha bastado para expiar los pecados de toda la humanidad de todos los tiempos.

El apóstol Pedro lo dice con toda claridad en su primera carta universal: «Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios» (1 Pedro 3:18). También en la epístola a los Hebreos está escrito: «Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos» (Hebreos 9:28).

Nadie debe morir por los pecados de nadie. Cristo ya lo ha hecho por todos, de una vez y para siempre. ¿Qué debemos hacer nosotros? Simplemente aceptar la validez eterna de ese sacrificio único y perfecto, y reconciliarnos con Dios, dándole gracias por Jesucristo. Él murió una sola vez, y una sola vez resucitó, por nosotros. Por eso ahora no tenemos que hacer más que aceptarlo.

Hermano Pablo

miércoles, 23 de junio de 2010

EL CIRCO

Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo fila para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que no tenían mucho dinero.
La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la fila, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida.
El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: “Eres mi caballero de brillante armadura”. Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: “Tienes razón” La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuántas entradas quería. Él respondió con orgullo: “Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo.” La empleada le indicó el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse.
Este se acercó un poco más y preguntó: “¿Cuánto dijo?” La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo? Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo (nosotros no éramos ricos en absoluto). Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: “Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo.”
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: “Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mi.”
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo. Pero no nos fuimos sin nada…
Hechos 20:35 “Más bienaventurada cosa es dar que recibir”
Proverbios 19:17 “A Dios presta el que da al pobre, Y él le dará su paga”
Proverbios 14:21 “Peca el que menosprecia a su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado.

EL LEGADO DE NUESTROS HIJOS

Lectura: Salmo 127.
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos" Salmo 127:3
Un amigo mío escribió recientemente: «Si muriéramos mañana, la compañía para la que trabajamos podría reemplazarnos fácilmente en cuestión de días. Pero la familia que queda atrás sentiría la pérdida durante el resto de sus vidas. ¿Por qué entonces invertimos tanto en nuestro trabajo y tan poquito en las vidas de nuestros hijos?»
¿Por qué algunas veces nos agotamos levantándonos temprano y yéndonos tarde a descansar, «com[iendo] pan de dolores» (Salmo 127:1-2), atareándonos en dejar nuestra marca en este mundo y pasando por alto la inversión que es más importante que todo lo demás, nuestros hijos?
Salomón declaró: «Herencia de Jehová son los hijos», un legado invalorable que Él nos ha entregado. «Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud» (v. 4) es su asombroso símil. Nada es más digno de nuestra energía y tiempo.
Salomón proclamó que no hay necesidad de «pan de dolores», trabajando noche y día, por cuanto el Señor cuida de nosotros (Salmo 127:2). Podemos darnos el tiempo para nuestros hijos y confiar en que el Señor proveerá para todas nuestras necesidades físicas. Ya sea que se trate de nuestros propios hijos o de los hijos de otros a quienes discipulamos, ellos son nuestro legado perdurable —una inversión que jamás lamentaremos.
El tiempo pasado con tus hijos es tiempo invertido sabiamente.

ANOREXIA UNIVERSAL

No es tan famoso como el diario de Ana Frank, pero es igual de dramático. El penúltimo apunte lleva fecha de mayo 1989, y dice: «Me siento como un zombi. No puedo hablar claro. Mi cuerpo no da más.» La última anotación lleva fecha de febrero 1990, y dice: «Estoy asustada. No puedo detener mi modo de vida. Mi anorexia me está matando. Todo lo que puedo hacer es gritar: “¡Sálvenme! ¡sálvenme!”»

Estas anotaciones fueron encontradas en el diario de Kate Dunbar, una hermosa señorita que murió de anorexia nerviosa el día 2 de enero de 1991.

Todo comenzó cuando quiso adelgazar y dejó de comer lo que debía. Cuando se dio cuenta, ya hasta aborrecía la comida. Murió a los veintidós años de edad, pesando sólo veinte kilos.

La anorexia nerviosa es una enfermedad típica de las jóvenes modernas que dejan de comer para, como dicen ellas, «conservar la línea». Anorexia viene de dos palabras griegas: a, que significa «sin», y orexia, que significa algo como «anhelo». Es decir, sin anhelo, sin ganas.

Eso es exactamente lo que ocurre en este mundo moderno en que vivimos. Nos estamos muriendo de anorexia espiritual. Hemos procurado obtener todos los bienes materiales posibles, y hemos buscado satisfacer todos los deseos de la naturaleza pecaminosa, pero hemos dejado de buscar lo espiritual. El resultado es una asombrosa pérdida de vigor moral, una horrible anemia espiritual.

A fines del siglo dieciocho comenzó la revolución industrial con el desarrollo del maquinismo y el sistema capitalista. A fines del siglo diecinueve aparecieron las ideas del marxismo y la psicología de Freud. El siglo veinte vio el surgimiento de los poderes totalitarios y el progreso de las comunicaciones.

Junto con esto, hemos visto el nacimiento de la drogadicción y su secuela, el narcotráfico. Y en 1980 se presentó en escena un personaje horrible, el SIDA, que amenaza acabar con toda la humanidad.

¿Qué es lo que sucede? El alma del hombre moderno sufre anorexia. No tiene hambre de Dios. Ha perdido la fe. Ahora es el tiempo de hacer de Cristo el Señor de nuestra vida. Sólo así encontraremos el secreto de la verdadera salud espiritual. No hay nadie que tenga que morir de anorexia.

Hermano Pablo

lunes, 21 de junio de 2010

HOY...RESPONDERE AL LLAMADO DEL SEÑOR

Después oí la voz del Señor, que decía: A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mi.” Isaías 6:8
Aun hoy el Señor está llamando. Hay urgencia de llevar este mensaje redentor a quienes aún no le conocen y el Señor hoy pregunta: A quién enviaré y quién ira por nosotros? Si hoy quiero responder a este llamado, yo debo estar seguro que al responder como Isaías el Heme aquí, envíame a mí, no esté siendo yo motivado por los sentimientos.
El corazón humano es sensible y tierno y puede fácilmente ser tocado por visiones de miles de hambrientos o multitudes solicitando el evangelio. Excepto aquellos que han sido tocados por el Espíritu Santo, las demás personas buscan quizá otra cosa y no el evangelio. Si los sentimientos son mi razón para aceptar el llamado de Dios, estos no permanecerán y pronto mis impulsos humanistas se cambian en duda, critica y finalmente desespero.,
Mis impulsos humanitarios pueden ser empáticos pero no son redentores. Yo necesito para responder al llamado del Señor mucho más que un mero envolvimiento emocional para hacer retroceder el Reino de las tinieblas. Yo necesito el invisible poder de Dios. Jesús en su misión en la tierra fue motivado por dos cosas sobrecogedoras.
Su amor redentor y sacrificado y el llamado de Dios que exigía su obediencia. A menos que estas dos fuerzas actúen en mi en este día, mi respuesta al llamado de Dios será en breve un genuino fracaso. Hoy tampoco debo responder al llamado de Dios por manipulación de nadie.
Si hoy respondo al llamado de mi pastor o del misionero, pronto les estaré pidiendo que me pongan en la misericordia de los recursos de ellos. Pero si hoy respondo al llamado de Dios, yo estaré descansando en la misericordia de los recursos del Padre celestial. Como podré saber si he respondido al llamado de los hombres o al llamado de Dios. Eso lo sabré con el tiempo.
Si he respondido al llamado de Dios, el llamado crecerá más y mas con el correr de los días, si he respondido al llamado de los hombres el llamado disminuirá más y más con el tiempo. La única forma de estar listo al llamado de Dios es ser tocado por el carbón que sale de su altar. Mi respuesta es llegar al altar, la respuesta de Dios es purificarme y darme el llamado.
Señor, Hoy quiero responder a tu llamado. Quiero llegar con humildad ante ti y pedirte que me tomes de la mano. Quiero responder a tu llamado no por la emoción del momento, sino anhelo llegar a tu altar para que me purifiques y luego me llames y si respondo a tu llamado, ese ardor crecerá más y más en mi corazón. Gracias por llámame y gracias por permitirme responder..Heme aquí envíame a mi. Amén.

ADOPTADO

Una vez escuché a un grupo de chamacos que se estaban burlando de un niño de la escuela que era hijo adoptivo. Le dijeron a él,”Tu no eres el verdadero hijo de tu papá.”
El se aguantó lo más que pudo, pero al final les contestó,”Lo único que les puedo decir es que mi padre me escogió a mí, pero sus padres no pudieron hacer otra cosa que aceptarlos a ustedes.”
Que hermoso es saber que fuimos escogidos por Dios para ser llamados sus hijos ..! y que desde mucho antes de nacer aún desde el vientre de nuestra madre, ya nos conocía y nos formó con detalle y delicadeza, ¿cómo no vamos a estar agradecidos con Él? si nos ha invitado a ser parte de su familia.

Efesios 1:4-6
Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en caridad; el cual nos señaló dede antes el camino para ser adoptados en hijos por Jesús, el Cristo, en sí mismo, por el buen querer de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado;
1 Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.
Colosenses 3:12
Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
Efesios 5:1-2,8
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.

UN FELIZ REENCUENTRO

Lectura: Apocalipsis 21:1-5.
"Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo" Apocalipsis 21:3
En el 2002, Elizabeth Smart fue raptada de su hogar en Utah. Vivió una vida de vagabundos ante la presencia constante de la pareja acusada de su secuestro. Sin embargo, nueve meses después la encontraron y la devolvieron a casa. Fue un feliz reencuentro anhelado por su familia.
En el libro de Apocalipsis, Juan describe la visión de un cielo y una tierra nuevos, y nuestro futuro reencuentro con el Señor (21:1-5). El contexto no es sólo geográfico, sino de vida para el pueblo de Dios —una gloriosa realidad con Dios y Su pueblo habitando juntos por la eternidad.
Juan describe los beneficios para el pueblo de Dios cuando Él establezca Su morada en medio de éste. Las consecuencias debilitantes del pecado quedarán abolidas para siempre. En la visión de Juan, el pesar, la muerte, el dolor y la separación serán parte de las primeras cosas que entonces serán sólo el pasado. El viejo orden abre paso a uno nuevo y perfecto, un reencuentro de bendición eterna. «He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo… Y el que estaba sentado en el trono dijo: he aquí, yo hago nuevas todas las cosas» (Apocalipsis 21:3,5).
Un día, todos nos regocijaremos en un feliz reencuentro en el cielo con nuestro Padre celestial. ¡No podemos imaginar qué día de regocijo será ése!
La separación es la ley de la Tierra; el reencuentro es la ley del Cielo.

APRENDE A AMAR LA PALABRA DE DIOS

sábado, 19 de junio de 2010

HOY.. AMARE EL PODER DE LA PALABRA

“ Es la palabra de Dios, la cual produce sus resultados en ustedes los que creen” I Tesalonicenses 2:13
El valor de la palabra de un hombre depende del conocimiento que de él tenga quien lo escuche. Hay una gran diferencia cuando un hombre dice que dará la mitad de lo que tiene, si es un pobre que sólo posee una cuantas monedas en su bolsillo o si es un millonario quién lo dice.
El poder de la palabra de Dios es infinito. La Biblia dice que por el poder de su palabra fueron creados los cielos. El habló y así se hizo; ordenó y fue obedecido. En la palabra obra la omnipotencia de Dios; su palabra tiene poder creador y hace que surja a la existencia aquello de lo que habla. Como palabra del Dios vivo, es palabra viva y que da vida. No solo hace surgir a la vida, sino que también hace vivir lo que está muerto.
El poder reavivador de su palabra hace levantar a los muertos y darles vida eterna a las almas muertas. Toda la vida espiritual nos llega a través de su palabra, porque nacemos de semilla incorruptible por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
La Palabra de Dios hoy hará que se desarrolle en mí la disposición o gracia que ordena o promete. Nada puede resistir al poder de la palabra de Dios cuando se recibe en el corazón por medio del Espíritu Santo. La voz del Señor es poder. Todo depende de saber recibir la palabra en el corazón.
Qué magnificas perspectivas abre esto para mi vida espiritual. Me hace ver que los tesoros y las bendiciones de la gracia de Dios están a mi alcance. La palabra tiene poder para iluminar mi oscuridad y llevar a mi corazón la luz de Dios, el sentimiento de su amor y el conocimiento de su voluntad.
Hoy la palabra puede llenarme de fortaleza y valor para vencer a todos los enemigos y hacer que todo lo que ordene el Señor se haga realidad. La Palabra de Dios hoy me limpiará y me santificará, desarrollará en mí, fe y obediencia, y será en mí la simiente de todos los rasgos de semejanza con mi Dios. A través de la palabra, el Espíritu me llevará a toda verdad, hará que sea cierto en mi todo lo que hay en la palabra y, de ese modo, preparará mi corazón para que sea la morada del Padre y del Hijo.
Señor. Gracias por tu palabra. A veces la palabra de los hombres no se ha cumplido pero la tuya siempre se cumple. Señor ayúdame hoy a conocer tu palabra a vivirla y saber que ese poder de tu palabra todavía está en vigencia. Por tu palabra fueron creados los cielos y la tierra y por tu palabra yo iré a los cielos y aprenderé a vivir en victoria aquí en la tierra. Señor quiero ser obediente a tu palabra y a permitir que tu Santo Espíritu siempre siembra la semilla de ella en lo profundo de mi corazón. Amen

«BODAS DE PLATA Y DE LUTO»

Eran unas bodas de plata. Veinticinco años de dichosa vida matrimonial. Un cuarto de siglo de vivir juntos, de vivir unidos, de vivir ligados por estrechos vínculos de amor, de compañerismo, de fidelidad.

Neil y Brenda Janson, de Hayes, Inglaterra, quisieron celebrar sus bodas de plata en la misma capilla donde se habían casado veinticinco años antes, frente al mismo clérigo con los mismos testigos. Pero cuando Neil, el esposo, repitió las palabras del clérigo y renovó así sus votos de amor eterno, sucedió algo que desconcertó a todos. En ese momento sufrió un paro cardíaco que puso fin a sus días. Murió agarrando la mano de su esposa. Los amigos y parientes llamaron a la celebración: «bodas de plata y de luto».

Uno se pregunta: ¿Por qué tiene que morir un hombre todavía joven, precisamente en el día en que celebra sus veinticinco años de casado? Veinticinco años de matrimonio, vividos en amor, fidelidad y compañerismo son una tremenda bendición, y terminar ahí la vida, habiendo gozado de un matrimonio feliz, es un fracaso en el sentido de que es tanto un suceso funesto como un resultado adverso.

Sin embargo, mil veces más fracaso que un paro cardíaco es la destrucción de un hogar, tenga el tiempo que tenga. Consideramos que hubo injusticia divina porque un matrimonio que se llevaba bien, en el que no había peleas y reinaba la paz, se encontró con una súbita separación forzada.

No obstante, eso no es fracaso. Fracaso es no considerar lo sagrado de los votos. Fracaso es no tener paciencia en el matrimonio. Fracaso es ser irreverente y descortés con su pareja. Fracaso es cortar la comunicación y cerrar la puerta del corazón. Fracaso es ser infiel, es engañar al cónyuge, es cometer adulterio y así menospreciar los votos de honor y fidelidad mutuos. Eso es fracaso.

La calidad de nuestra vida no la determinan los años. La felicidad, la paz, el éxito en el matrimonio son el resultado de entrega mutua, de sometimiento recíproco, de sacrificio, de amor. Estas son virtudes que no responden a una emoción pasajera sino a una decisión: la de considerar sagrados nuestros votos y de amar de todo corazón a la persona que Dios nos ha dado hasta que la muerte nos separe.

Con Cristo en nuestra vida y en nuestro matrimonio podemos tener ese premio. Hagamos de Él nuestro dueño y Señor. Él le dará a nuestro matrimonio no sólo largos años de permanencia sino fuertes sentimientos de amor.

Hermano Pablo

PAPI DEVUELME MIS MANITAS

Una familia había comprado un carro lujoso. El padre amaba ese auto.
Llegando a una gasolinera los padres bajan y dejan al niño de 3 años en el auto, cerrando las puertas…el niño, encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo y amor. Al regresar, el padre enfurecido, comenzó a golpear al niño en sus manos con mucha fuerza…hasta que tuvieron que sacarle al niño estaba muy maltratado y tuvieron que llevarlo al hospital.
En el hospital, les notifican que sus manos habían quedado lisiadas por la golpiza. Encontrando al padre en la habitación envuelto en làgrimas…el niño le dice sonriente…¡¡Hola papi…ya aprendí la lección…no lo voy hacer mas papi…¡ ¡Pero por favor que me compongan mis manitas! !El padre salió de aquella habitación muy triste. Aquello marco su vida para siempre.
Por qué le damos tanta importancia las cosas materiales al grado de lastimar a nuestros seres queridos? ¡¡¡QUE GRANDE ESTUPIDEZ!!! ”Un día nací, un día moriré , y nada me llevaré, pero ¿estoy realmente viviendo?” “Una casa está hecha de roca y madera, un hogar…de amor y entrega”.
A veces descuidamos la relación de familia por cosas materiales. No olvidemos que primero están las personas.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Genésis 12:3.
Se levanta aùn de noche Y da comida a su familia Y ración a sus hijos. Proverbios 31:5.

CENTAVOS COMUNES Y CORRIENTES

Lectura: Marcos 12:41-44.
"[Jesús les dijo:] De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos..." Marcos 12:43
En 1987, Mike Hayes, un estudiante de primer año de la Universidad de Illinois, encontró una manera única de financiar su educación. Convenció a un popular columnista del diario The Chicago Tribune para que les pidiera a sus lectores que "envíen un centavo para Mike".
"Tan sólo un centavo -dijo Hayes-. Un centavo no significa nada para nadie. Si alguien [...] busca por su habitación en este momento, habrá un centavo debajo del cojín del sofá [...] o en el suelo. Eso es todo lo que pido. Un centavo de cada uno de sus lectores".
En menos de un mes el fondo llegó a 2.3 millones de centavos. Las donaciones llegaban de todos los Estados Unidos, así como también de éxico, Canadá y las Bahamas. ¡Al final, Mike terminó con 28,000 dólares!.
El centavo común y corriente por sí sólo no vale mucho, a menos que se añada a muchos otros centavos. La mujer de la que leemos en Marcos 12 dio el equivalente a una fracción de centavo, lo cual era "todo lo que tenía" (v. 44). Pero Jesús honró ese poquito.
El sacrificio de la viuda fue un ejemplo y un motivo de aliento para los discípulos... y también para nosotros. Ella dio todo lo que tenía. ¿Alguna vez hemos sido así de generosos? Jesús usó a una viuda anónima para enseñarnos de qué se trata el dar.
Fue menos de un centavo, pero fue un regalo de amor invalorable a Dios.
Dios ve el corazón, no la mano; al que da, no lo que da.

viernes, 18 de junio de 2010

AFERRADO DE LA MANO

Muy a menudo nos sentimos solos.
Pero siempre hay alguien dispuesto a tomarnos de la mano.Hay una hermosa historia de una enfermera con exceso de trabajo que escoltaba a un cansado joven a la cama de su paciente.
Inclinándose y hablándole alto al anciano paciente, ella dijo: “Su hijo está aquí”.
Con gran esfuerzo, abrió sus desenfocados ojos, luego lentamente los volvió a cerrar.El joven apretó la envejecida mano en la suya y se sentó junto a la cama. Durante toda la noche estuvo sentado allí, tomando la mano del anciano y susurrando palabras de ánimo.
Para cuando amaneció, el paciente había muerto. En instantes, el personal del hospital llenó la habitación para apagar equipos y remover agujas.
La enfermera se puso al lado del joven y comenzó a ofrecerle sus condolencias, pero él la interrumpió.
“¿Quién era ese hombre?” preguntó.
La asombrada enfermera contestó: “¡Pensé que era su padre!” “No, él no era mi padre”, contestó él. “Nunca lo había visto en mi vida”.
“Entonces, ¿por qué no dijo nada cuando le traje a verle?”
“Me di cuenta de que necesitaba a su hijo y que su hijo no estaba aquí”, explicó el hombre. “Y ya que estaba demasiado enfermo para reconocer que yo no era su hijo, supe que me necesitaba”.
La Madre Teresa solía recordarnos que nadie debiera tener que morir solo. De igual manera, nadie debiera tener que sufrir o llorar solo tampoco. O reír solo o celebrar solo.
Somos hecho para transitar por el camino de la vida tomados de la mano. Hay alguien listo para tomarnos de la mano hoy. Y alguien anhela que nosotros tomemos la suya. ¡Recordemos aferrarnos los unos a los otros!

APASIONADO DENUEDO

Lectura: Hechos 4:5-13.
"Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan,… se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús" Hechos 4:13
Un joven estaba predicando a los transeúntes en Hounslow, en las afueras de Londres, Inglaterra. La mayoría lo ignoraba, unos cuantos se burlaban y varios se detuvieron a escuchar. Pero sin importar la reacción de las personas, él seguía sin inmutarse. Con una potente voz y una clara determinación, abrió su corazón —no con las palabras de un profeta iracundo, sino con la profunda preocupación por los hombres y las mujeres en esa calle. Sus ojos, sus expresiones faciales y el tono de su voz revelaban una actitud de compasión, no de condena. En todo ello, él compartía con denuedo el amor y la gracia de Jesucristo.
En Hechos 4, cuando la iglesia todavía llevaba poco tiempo de formada, Pedro y Juan también se dirigieron osadamente a las personas de su generación. ¿La respuesta de los líderes de su tiempo? «Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús» (v. 13). Ese denuedo no era fruto de la capacitación ministerial sino del mucho tiempo que habían pasado en la presencia del Maestro. Como resultado de ello, se habían vuelto personas apasionadas por todo aquello que concernía a Cristo —el destino eterno de los hombres y las mujeres.
Ese mismo apasionado denuedo era lo que se veía en el rostro del joven en Hounslow. ¿Lo ven las personas en nosotros?
Un cristiano es un embajador que habla por el Rey de Reyes.

jueves, 17 de junio de 2010

«YO MATÉ A UN HOMBRE»

Hace veinte años, yo maté a un hombre. No, no es cierto. Sólo es alegoría. Pero permítame seguir con la figura.

Me descubrieron con el arma en la mano y el cuerpo del delito a mis pies. Como no tenía coartada alguna, me llevaron de inmediato a la cárcel. El juez no tardó en seguir el proceso jurídico, y el jurado me halló culpable.

Ahora tenía que pagar el precio de mi maldad porque fui yo quien cometió el delito. Sólo esperaba la hora de mi ejecución.

El día designado, y a la hora precisa, el carcelero llegó a mi celda, metió la llave en el cerrojo y abrió la puerta. El chillido de hierro contra hierro me hizo sentir aun más terror. Pero sucedió algo extraño.

El carcelero me dijo:

—Señor, usted está libre. Puede irse.

—No juegue con mi vida —le respondí—. Yo sé a qué ha venido.

—Señor —repitió el carcelero—, usted está libre.

Dicho esto, se fue, dejando abierta la puerta de mi celda, así que me asomé a la puerta. El patio de la cárcel estaba vacío. Con cierto temor crucé el patio y me encaminé hacia la calle. Varios oficiales me vieron, pero nadie dijo nada. Recuerdo haber escuchado unos balazos cuando llegué a la calle, pero nadie me detuvo.

Cuando llegué a casa me explicaron que mi defensor había indagado en libros jurídicos antiguos y había descubierto que otra persona podía tomar el lugar del culpable. Así que había hecho correr la noticia, y un joven se había ofrecido para que se le aplicara mi sentencia.

Si bien este relato es alegórico, lo cierto es que ilustra algo que no lo es. Yo, como todo ser humano, soy pecador. Mi pecado merece el infierno. No hay nada que yo pueda hacer para librarme de esa pena. Estoy eternamente condenado, y eso no es alegoría.

Un día Dios, en la persona de Jesucristo, vino al mundo. Aunque Jesús llevó una vida santa, lo acusaron de malhechor y lo condenaron a morir en una cruz. Pero su muerte fue sustitutiva. Él murió en mi lugar, y eso no es alegoría.

«Gracia» es una palabra que no cabe en la mente humana. Quiere decir perdón inmerecido, amor incondicional, salvación sólo por el favor de Dios. El apóstol Pablo explica que Dios ofreció a su Hijo Jesucristo como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, y que es por su gracia divina que nos justifica gratuitamente mediante esa redención (Romanos 3:24,25).

Aunque nuestra vida sea un desastre, podemos ser salvos mediante la muerte de Cristo en nuestro lugar. Lo único que tenemos que hacer es rendirnos a sus pies. Él pagó el precio de nuestro pecado. El castigo que era nuestro, Jesús lo tomó. Ahora sólo tenemos que creer en Cristo y recibirlo como Señor y Salvador. Ese es el significado de la cruz del Calvario. No rechacemos el amor de Dios.

Hermano Pablo

miércoles, 16 de junio de 2010

EL ASESINO SILENCIOSO

La noche estaba fría, como suelen ser las del otoño en Toronto, Canadá. Dentro de la casa el ambiente era grato. Había habido una rica cena, con diez personas alrededor de la mesa familiar. Habían disfrutado juntos de un buen programa de televisión, y ya era hora de ir a la cama. Así que todos —padre, madre y ocho hijos, entre los once y los veinticinco años de edad— se retiraron a dormir.

Encendieron el calentador de gas, apagaron las luces, se arrebujaron entre sus cobijas, y se durmieron. Hasta ahí, todo fue normal. Pero jamás volvieron a despertarse. El gas del calentador, asesino silencioso, dio cuenta de los diez durmientes. La familia entera pasó de un sueño al otro, sin sentir nada.

Muchos son los casos registrados de personas que mueren por el gas de los calentadores. Este caso en el Canadá es impresionante por tratarse de una familia entera, una familia seguramente amorosa y unida porque todos vivían juntos, incluso los hijos mayores de dieciocho años. Pero el gas se los llevó a todos sin darles tiempo de reaccionar o defenderse.

La característica más ominosa que tienen estos gases, especialmente el monóxido de carbono, es que primero producen un adormecimiento agradable, una sensación placentera de tranquilidad, de serenidad, de paz. Pero luego que adormecen a sus víctimas, las matan sin piedad.

Por esa característica del tal llamado asesino silencioso, al gas letal lo podemos comparar con el espíritu del mal que reina en este mundo. Es el espíritu que comienza adormeciendo la conciencia. Produce una sensación de bienestar, de calma. Da la impresión de que todo está bien, que la vida es buena y hay que disfrutarla. Y las víctimas se adormecen. Su conciencia entra en un estupor donde ya no reacciona con nada, y cuando la víctima se da cuenta, ya está atrapada.

Así es como toma auge el mal uso de las drogas, la inmoralidad sexual, la irreverencia, el materialismo y el descreimiento. Estos gases mortales se han infiltrado en la sociedad occidental y la tienen ya en sus garras.

Podríamos decir: ¿Qué importa? Lo que importa es que sin saber porqué, sufrimos consecuencias desastrosas que poco a poco destruyen nuestra vida.

Pero todavía hay tiempo para reaccionar. El único remedio contra el gas letal es el aire puro, el oxígeno vital y renovador. Así mismo, el único remedio contra el adormecimiento espiritual es el Espíritu de Jesucristo. Abramos nuestro corazón a Cristo. Su doctrina es nuestra salvación, y su persona, nuestro Salvador.

Hermano Plablo

lunes, 14 de junio de 2010

SOLO PARA AMIGOS

Dos hombres, los dos moribundamente enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. Uno de los dos podía sentarse en su cama durante una hora cada mediodía a fin de evacuar los fluídos de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro hombre debía pasar sus días tumbado sobre su espalda.

Los dos hombres hablaban durante horas. Hablaban de sus esposas, de su familia, de su casa, sus aventuras, de sus empleos, de su participación en el servicio militar y donde habían estado de en diferentes vacaciones. Y cada mediodía, cuando el hombre que se sentaba cerca de la ventana, pasaba el tiempo describiendo a su compañero de habitación todo lo que podía divisar hacia afuera, a través de esa ventana.

El hombre en la otra cama empezó a vivir por estos períodos de una hora en los que su mundo era ampliado, entusiasmado y animado por todas las actividades y colores del mundo exterior. "Desde la habitación, la vista daba a un parque con un hermoso lago. Los patos y los cisnes jugaban en el agua, mientras que los niños hacían navegar sus barcos de miniatura en las cristalinas aguas de una inmensa fuente de mármol rústico y blanco

Los jóvenes enamorados paseaban abrazados entre las flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles decoraban el paisaje y una hermosa vista de la silueta de la ciudad se podía percibir en el horizonte." Mientras que el hombre cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, el otro hombre cerraba sus ojos e imaginaba la pintoresca escena. Otro mediodía, el hombre cerca de la ventana describió un desfile que pasaba por allí. Ya que el hombre yacente al otro lado; no podía oír la orquesta, sin embargo podía verla con el ojo de su imaginación, dada la descripción llena de palabras poéticas y precisas de su compañero.

Una mañana, la enfermera de día llegó para traer el agua de los lavabos y descubrió el cuerpo yacente sin vida del hombre que estaba cerca de la ventana se había apagado apaciblemente durante su sueño. Entristecida, pidió ayuda para llevarse el cuerpo. Y, en cuanto sintió que era el momento propicio, el otro hombre pidió si él podía ser desplazado hacia la ventana del cuarto. La enfermera se alegró de poder complacerle y, después de asegurarse de que estaba cómodamente instalado, lo dejó solo. De forma lenta, se alzó pobremente sobre un codo para echar un primer vistazo. Al fin tendría la alegría de ver por sí mismo todo lo que su compañero con tanta dedicación había sabido describir, pero...¡Todo lo que vieron sus ojos fue un gran muro! "¿Por qué su compañero muerto le había descripto tantas maravillas mientras que no había nada?" Al comentarle a la enfermera su triste hallazgo, ella musitante murmuró: "Puede ser que él simplemente haya querido darte lo mejor de sí mismo, ánimos y buena voluntad, ¿sabes ? él era ciego".

Hay una felicidad inmensa en hacer felices a los demás a despecho de las propias limitaciones e inhibiciones. La pena compartida es la mitad del dolor pero la alegría, una vez compartida, es doble. Si quieres sentirte rico no tienes más que contar y compartir todas aquellas cosas que posees y que el dinero no puede comprar. Hoy es un regalo, por eso se llama "presente".

METIENDOS "EN EL CAMINO"

Lectura: Juan 14:1-6.
"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" Juan 14:6
Los antiguos romanos eran famosos por sus carreteras, las cuales cruzaban todo el imperio y eran altamente transitadas. Eso es lo que los oyentes de Jesús imaginaron cuando Él afirmó: «Yo soy el camino» en Juan 14:6.
Si bien este versículo indica que Él es el camino al cielo, realmente hay más que añadir a esta declaración. Atravesando la maleza de la densa selva que es nuestro mundo, Jesús es nuestro guía de sendero, quien abre un nuevo camino para nuestra vida. Si bien muchos siguen el camino del mundo amando a sus amigos y odiando a sus enemigos, Jesús muestra la senda de una nueva forma de caminar: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen» (Mateo 5:44). Es fácil juzgar y criticar a los demás, pero Jesús, el Hacedor de caminos, dice que primero nos saquemos la viga de nuestro propio ojo (7:3-4). Y abre una senda para que vivamos con generosidad en vez de codicia (Lucas 12:13-34).
Cuando Jesús dijo «Yo soy el camino», nos estaba llamando a dejar las viejas costumbres que llevan a la destrucción y seguirle a Él en la nueva manera en la que Él quiere que vivamos. De hecho, la frase venir en pos (Marcos 8:34) literalmente significa, «ser encontrado en el camino» con Él. Tú y yo podemos elegir viajar por los mismos caminos que nos son familiares y que al final son destructivos, ¡o podemos seguirle y que nos encuentren en ese caminar con Aquel que es el camino!
No tenemos que ver el camino si estamos siguiendo a Aquel que es el camino.

QUEDA PROHIBIDO

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer, tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y tu mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles sólo cuando los necesitas.
Queda prohibido no intentar de nuevo construir tu hogar, no comprender, no ser paciente y no amar a tu cónyuge.
Queda prohibido no ser tú mismo ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera tu último suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas, no pensar que sus vidas valen más que la tuya y no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia, no tener un momento para gente que te necesita, no comprender que aquello que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti este mundo no seria igual.
Queda prohibido renunciar a la lucha contra la corrupción y el caudillismo, queda prohibido doblegar las banderas ante los obstáculos y el cinismo.
Queda prohibido no buscar a Dios cuando el espíritu está sediento de él.
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque es a ti a quien oro.
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo. Salmo 5:2,4