martes, 22 de mayo de 2012

REFEXIÓN

Mateo 7 3-5
¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?  
Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo”?
¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.
Primeramente miramos el fallo (pequeño, minúsculo) que tiene  nuestro “hermano”, que le impide ver claramente y no nos fijamos o no queremos ver el fallo (grande, enorme) que tenemos nosotros y podemos ver pero, con mucha dificultad.
Y aun así con nuestra poca visión, ¿cómo podemos decirle a nuestro  “hermano” que nos deje solucionar sus fallos?

¡Farsante! quita aquello que te impide ver claramente y así podrás ayudar a limpiar el pequeño fallo que puede tener tu “hermano”.