Mateo
7 3-5
3 ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en
el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?
4 Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes
decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo”?
5 ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así
podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.
Primeramente miramos el fallo (pequeño,
minúsculo) que tiene nuestro
“hermano”, que le impide ver claramente y no nos fijamos o no queremos ver el
fallo (grande, enorme) que tenemos nosotros y podemos ver pero, con
mucha dificultad.
Y aun así con nuestra poca visión, ¿cómo
podemos decirle a nuestro “hermano” que
nos deje solucionar sus fallos?
¡Farsante! quita aquello que te impide
ver claramente y así podrás ayudar a limpiar el pequeño fallo que puede tener
tu “hermano”.