martes, 15 de abril de 2008

RAZA FOR CHRST - DESDE MI TIERRA

RAZA FOR CHRIST - ¿QUE PASO?

FUNKY Y SAMMY - MI MAESTRO

JESUS ADRIAN ROMERO - ABRE LOS CIELOS

HOY..EL SEÑOR TENDRA MEMORIA DE MI

“Acuérdate de mi para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo” Nehemias 5:19
.
Muchas veces me he olvidado de alguien que ha hecho cosas buenas y agradables para mí..otras veces yo he sido olvidado por alguien a quien yo he apreciado. Pero, algo que alienta mi corazón, es saber que Dios jamás se olvida de mí.
.Se que soy especial para él, porque él así lo expresa en su palabra. “Así dice el Señor: Me he acordado de ti, de la misericordia de tu juventud, del amor de tu desposorio, cundo andabas en pos de mí en el desierto.
.Yo tendré memoria de mi pacto, que concerté contigo en los días de tu juventud, y te confirmaré en pacto sempiterno- Yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros, mi buena palabra..Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
.No puede haber palabras más alentadoras que las recibidas por el Señor. El piensa en mí, él tiene planes para mí.
.El me guiará por la senda correcta de su amor. Hoy, no seré olvidado, porque como son mas altos los cielos que la tierra, así son los caminos del Señor mas altos que mis caminos y los pensamientos del Señor más que mis pensamientos ..Hoy, yo buscaría al Señor o depositaré en él todos mis negocios; el cual hace cosas grandes e inescrutables y maravillas que no se pueden contar. Has aumentado , Oh Señor, tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros, jamás los podremos contar”.
.Hoy, podré caminar con la seguridad que no seré olvidado por el Señor de Señores. Se que mi vida no es un accidente, más Dios tiene propósito claro y definido. Porque él tiene propósito claros y definidos es que piensa en mi.
.Cuan grande es su amor y su misericordia y cuan grandes son sus planes y sus propósitos.
.Señor. Mi alma descansa en ti. Mi futuro está en tus manos. Se que jamás me ignoras y jamás me olvidas, porque en tu palabra dice que tienen pensamientos acerca de mi y que tus pensamientos son pensamientos de paz y no de mal, para darme el fin que espero.
.Permite que este día pueda sembrar en lo profundo de mi ser está esperanza que me permitirá hoy caminar con seguridad el trayecto que tengo por adelante. Tus propósitos son grandes y fieles y en ti jamás andaré desorientado ni confundido.
En esta verdad yo descansaré. Amen.

ESCOGIENDO MI CRUZ

Cuentan que un hombre un día le dijo a Jesús:

- "Señor: ya estoy cansado de llevar la misma cruz en mi hombro, es muy pesada y muy grande para mi estatura".
Jesús amablemente le dijo:

- "Si crees que es mucho para ti, entra en ese cuarto y elige la cruz quemás se adapte a ti"

El hombre entró y vio una cruz pequeña, pero muy pesada que se le encajaba en el hombro y le lastimaba, buscó otra pero era muy grande y muy liviana y le hacía estorbo, tomó otra pero era de un material que raspaba, buscó otra, y otra, y otra.... hasta que llegó a una que sintió que se adaptaba a él. Salió muy contento y dijo:

- "Señor, he encontrado la que más se adapta a mi, muchas gracias por el cambio que me permitiste".

Jesús le mira sonriendo y le dice:

- "No tienes nada que agradecer, has tomado exactamente la misma cruz que traías, tu nombre está inscrito en ella. Mi Padre no permite más de lo que no puedas soportar porque te ama y tiene un plan perfecto para tu vida"

Muchas veces nos quejamos por las dificultades que hay en nuestra vida y hasta cuestionamos la voluntad de Dios, pero El permite lo que nos suceda porque es para nuestro bien y algo nos enseña a través de eso. Dios no nos da nada más grande de lo que no podamos soportar, y recordemos que después de la tormenta viene la calma y un día esplendoroso en el que vemos la Gloria de Dios.

UN PADRE QUR ORA

Lectura: Mateo 7:7-11
Oh Señor, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia. --Salmo 143:1.
Un pastor concluyó su sermón un domingo diciendo: «Si hay alguien aquí que quiera ayuda para conocer a Dios y desea que yo ore por él o ella, por favor, levante la mano.» Un joven se puso de pie y dijo: «Por favor, ore por mí, señor. La carga de mi pecado es demasiado pesada para llevarla.»
Después del culto el pastor conversó con el hombre y lo llevó a la fe en Jesús. El joven había estado vagabundeando por el país durante ocho años sin hablar con sus padres, así que decidió escribirles y contarles el cambio que se había producido en su vida.
Varios días después recibió una respuesta de su madre: «Hijo querido, debes haber aceptado a Jesucristo a la misma hora en que tu padre se fue al cielo. Él estuvo enfermo durante largo tiempo, y ese día estaba muy inquieto. Daba vueltas en la cama clamando a Dios: "Señor, por favor, salva a mi pobre hijo vagabundo." Estoy segura de que una de las razones por las que te hiciste cristiano fue la incesante intercesión de papá.»
Un padre que ora «pide, busca y llama» a favor de sus hijos, confiando persistentemente en que su sabio Padre celestial hará lo que sea mejor (Mateo 7:7-11).
Demos gracias a Dios hoy por padres fieles que nunca dejan de orar por sus hijos.
UN PADRE QUE ORA REFLEJA EL AMOR DE NUESTRO PADRE CELESTIAL.

ENTREVISTA A DIOS

Con mi título de periodista recién obtenido, decidí realizar una gran entrevista, y mi deseo fue concedido, permitiéndoseme una reunión con Dios.

—Pasa, me dijo Dios. ¿Así que quieres entrevistarme?
—Bueno, le contesté, si tienes tiempo...

Se sonríe por entre la barba y dice:
—Mi tiempo se llama Eternidad y alcanza para todo; ¿qué preguntas quieres hacerme?
—Ninguna nueva, ni difícil para Ti: ¿Qué es lo que más te sorprende de los hombres?
—Que se aburren de ser niños, apurados por crecer, y luego suspiran por regresar a ser niños. Que primero pierden la salud para tener dinero y enseguida pierden el dinero para recuperar la salud. Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo que no viven el presente ni el futuro. Que viven como si no fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido. Y pensar que Yo...

Con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada, dejó de hablar. Sus manos toman fuertemente las mías y seguimos en silencio. Después de un largo tiempo, y para cortar el clima, le dije:

—¿Me dejas hacerte otra pregunta?

No me respondió con palabras, sino sólo con la ternura de su mirada.

—Como Padre, ¿qué es lo que le pedirías a tus hijos?
—Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame. Lo que sí pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que lleva años construir una confianza y sólo segundos destruirla.
Que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen sus vidas.
Que aprendan que no es bueno compararse con los demás, pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.
Que rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes los controlarán.

Que bastan unos pocos segundos para construir heridas profundas en las personas que amamos, y que pueden tardar muchos años en sersanadas.

Que aprendan que perdonar se aprende practicando.

Que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no sabe cómo demostrarlo

Que aprendan que el dinero lo compra todo menos la felicidad.

Que a veces cuando están molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da derecho a molestar a los que los rodean.

Que los grandes sueños no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.

Que los amigos de verdad son tan escasos, que quien ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero tesoro.

Que no siempre es suficiente ser perdonado por otros; algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
Que aprendan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen.

Que de lo que siembran, cosechan. Si siembran chismes, cosecharán intrigas; si siembran amor, cosecharán felicidad.
Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas, sino aprender a ser feliz con lo que tienen.

Que a pesar de que piensen que no tienen nada más que dar, cuando un amigo llora con ellos, encuentra la fortaleza para vencer sus dolores.

Que retener a la fuerza a las personas que aman, las aleja más rápidamente de ellos; y el dejarlas ir, las deja para siempre a su lado.

Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos; el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo.

Que nunca harán nada tan grande para que Dios los ame más, ni nada tan malo para que los ame menos. Simplemente los amo, a pesar de sus conductas.

Que aprendan que la distancia más lejos que pueden estar de Mí es la distancia de una simple oración...

Y así, en un encuentro profundo, continuamos en silencio.

EL HERMANO MAYOR

El reino de los cielos se parece a dos hermanos que vivían felices y contentos hasta que recibieron la llamada de Dios para que fueran sus discípulos...

El de más edad respondió con generosidad a la llamada, aunque tuvo que ver como se desgarraba su corazón al separarse de la familia..., y de la muchacha a la que amaba y con la que soñaba casarse... Pero al fin se marchó a un país lejano donde gastó su propia vida al servicio de los más pobres de entre los pobres.
Se desató en aquél país una persecución, fue detenido, falsamente acusado, torturado y condenado a muerte...

Y el Señor le dijo: "Muy bien, siervo fiel y cumplidor, me has servido por el valor de mil talentos, voy a recompensarte con mil millones de talentos... ¡Pasa al banquete de tu Señor!

La respuesta del más joven fue mucho menos generosa... Decidió ignorar la llamada, seguir su camino y casarse con la muchacha a la que amaba.

Disfrutó de un feliz matrimonio, le fue bien en los negocios y llegó a ser rico y prospero...

De vez en cuando daba limosna a algún mendigo y se mostraba bondadoso con su mujer y sus hijos. También de vez en cuando, enviaba una pequeña suma de dinero a su hermano mayor que se hallaba en un remoto país y le ponía una nota en la que decía: "Tal vez con esto puedas ayudar mejor a esos pobres diablos!..."

Y cuando le llegó la hora, el Señor le dijo: "Muy bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido por el valor de diez talentos... Voy a recompensarte con mil millones de talentos... ¡Entra al banquete de tu Señor!"...

El hermano mayor se sorprendió al oir que su hermano iba a recibir la misma recompensa que él..., pero se alegró sobremanera y dijo: "Señor, aún sabiendo esto..., si tuviera que nacer de nuevo y volver a vivir, haría exactamente lo mismo que he hecho".

EL DÍA EN QUE JESÚS GUARDÓ SILENCIO

Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Solo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con un buen libro en la mano. El cansancio me fue venciendo y empecé a cabecear...

En algún lugar entre la semi-inconsciencia y los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenía nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo y parecía interminable en ambas direcciones. Tenían diferentes rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado: "Muchachas que me han gustado". Lo abrí descuidadamente y empece a pasar las fichas.

Tuve que detenerme por el impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: ¡se trataba de las muchachas que a MÍ me habían gustado!

Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar de donde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia. Estaban escritas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria había ya olvidado.
Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga, empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido. Algunos me trajeron alegría y momentos dulces; otros, por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos que tuve que volverme para ver si alguien me observaba.

El archivo "Amigos" estaba al lado de "Amigos que traicioné" y "Amigos que abandoné cuando más me necesitaban". Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté", otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Murmuraciones cuando mamá me reprendía de niño", "Videos que he visto"...
No dejaba de sorprenderme de los títulos. En algunos ficheros habían muchas mas tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de lo que yo pensaba. Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado. ¿Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad. Cada una escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma. Cuando vi el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al descubrir que tenía más de tres cuadras de profundidad y, ni aun así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de la música, sino por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido.
Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío recorrió mi cuerpo. Solo abrí el cajón unos centímetros.. Me avergonzaría conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido. Me sentí asqueado al constatar que "ese" momento, escondido en la oscuridad, había quedado registrado...
No necesitaba ver más... Un instinto animal afloró en mí. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe de ver estas tarjetas jamás. Nadie debe entrar jamás a este salón.. .¡Tengo que destruirlo!. En un frenesí insano arranqué un cajón, tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y trate de tirar con mas fuerza, sólo para descubrir que eran mas duras que el acero cuando intentaba arrancarlas. Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar. Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invisible de mis miserias, y empecé a llorar.

En eso, el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación: "Personas a las que les he compartido el Evangelio". La manija brillaba, al abrirlo encontré menos de 10 tarjetas. Las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar. Caí de rodillas al suelo llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre.

Y mientras me limpiaba las lagrimas, lo vi. ¡Oh no!, ¡por favor no!, no!, ¡cualquiera menos Jesús!. Impotente vi como Jesús abría los cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción. En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada. Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. ¿Por qué tiene que leerlos todos?

Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. El, se acerco, puso sus manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas. Pero el no dijo una sola palabra. Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio... y lloró conmigo.

Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. ¡No!, le grité corriendo hacia El. Lo único que atiné a decir fue solo ¡no!, ¡no!, ¡no! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía por que estar en esas fichas. No eran sus culpas, ¡eran las mías! Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas. No entiendo como lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo vi cerrar el último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo: Consumado es, está terminado, yo he cargado con tu vergüenza y culpa.
En eso salimos juntos del Salón... Salón que aún permanece abierto.... Porque todavía faltan más tarjetas que escribir... Aún no se si fue un sueño, una visión, o una realidad... Pero, de lo que si estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará más fichas de que alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.

¿NO TE PARECE EXTRAÑO?

¿No te parece extraño cómo un billete de $100 "parece" tan grande cuando lo llevas a la iglesia, pero tan pequeño cuando lo llevas a las tiendas?

¿No te parece extraño cuán larga parece una hora cuando oímos de Dios, pero muy corta cuando un equipo juega baloncesto por 60 minutos?

¿No te parece extraño qué largas parecen dos horas cuando estás en la iglesia, pero qué cortas son cuando estás viendo una película?

¿No te parece extraño que no puedes pensar en algo que decir cuando oras, pero no tienes ninguna dificultad en pensar cosas de que hablar con un amigo?

¿No te parece extraño cuánto nos emocionamos cuando un juego de béisbol se extiende a extra-innings, pero nos quejamos cuando un sermón es más largo que lo usual?

¿No te parece extraño lo difícil que es leer un capítulo de la Biblia, pero qué fácil es leer 100 páginas de una revista popular?

¿No te parece extraño cómo las personas desean los asientos del frente en cualquier juego o concierto, pero hasta se esfuerzan para buscar asientos de atrás en las iglesias?

¿No te parece extraño que necesitemos 2 ó 3 semanas de aviso para incluir un evento de la iglesia en nuestra agenda, pero podemos ajustar nuestra agenda para otros eventos en el último momento?

¿No te parece extraño lo difícil que es aprender una verdad simple del evangelio para compartirla con otros, pero qué fácil es para las mismas personas entender y repetir un chisme?
¿No te parece extraño cómo creemos lo que dicen los periódicos, pero cuestionamos lo que dice la Biblia?

¿No te parece extraño que todos quieran ir al cielo, siempre y cuando no tengan que creer, o pensar, o decir, o hacer alguna cosa?

¿No te parece extraño cómo podemos enviar miles de chistes por correo electrónico y se esparcen como reguero de pólvora, pero cuando empezamos a enviar mensajes acerca de Dios, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos con otros?

ES EXTRAÑO, ¿NO TE PARECE? ¿Te estás riendo?¿Estás reflexionando?

¡Esparce la Palabra y da gracias al Señor porque El es bueno!