miércoles, 16 de septiembre de 2009

DIOS DIJO ESO

Cuando mi nieto Jacob, de 8 años de edad, me visitó en el hospital, diseñó su propia tarjeta para desearme recuperación. Era un papel tieso y blanco, tamaño 81/2 x 11 pulgadas, doblado por la mitad. En el frente escribió: “Espero que pronto te sientas bien.” Por dentro, en grandes letras de molde, había este mensaje:
Estaré contigo adondequiera que vayas.
No había pasaje bíblico de referencia, por lo que Jacob agregó estas palabras: “Dios dijo eso.” Él quería estar seguro de que yo no esperaba que él estuviera a mi lado durante toda mi estancia en el hospital.
Esa nota adicional comunicó una verdad no intencionada y más profunda que produjo una sonrisa en mi rostro y trajo consuelo a mi corazón. El hospital puede ser un lugar solitario. Es un mundo de caras no conocidas, procedimientos médicos que se hacen por primera vez y diagnósticos inciertos. Pero es justo en ese marco adonde Dios puede aquietar un corazón ansioso y dar la seguridad de que Él irá con nosotros por todos los pasillos, todas las puertas nuevas, hacia cualquier futuro desconocido. . . sí, incluso por “el valle de la sombra de muerte” (Salmo 23:4).
Tal vez hayas tenido un revés o hayas sufrido una pérdida inesperada. Tu futuro es desconocido. Al confiar en Jesús como Salvador y Señor puedes estar seguro de esto: Él irá contigo adondequiera que vayas. Lo puedes creer. Dios dijo eso.
. . . tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. –Salmo 23:4.
. . . no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. –Josué 1:9

¿CUAL ES TU HISTORIA?

Lectura: Hechos 26:9-18.
"Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" Hechos 16:31
Todo creyente tiene una historia única de su encuentro con Cristo. Ana, una recepcionista en Ministerios RBC, me contó que ha usado un diario la mayor parte de su vida. Ella atesora el relato que registró acerca de su conversión cuando tenía 15 años. He aquí un extracto: «Fui a ver a Billy Graham. ¡Fui salva! Estoy muy feliz... Cuando recibí la salvación sentí calidez en mi corazón».
Hace años, en un curso que impartí acerca de evangelismo personal, les pedí a los estudiantes que escribieran la historia de cómo habían llegado a la fe en Cristo. Me quedé pasmado ante cuán diferente era cada peregrinaje. Algunos fueron salvos de una vida de drogas e inmoralidad. Otros eran miembros de alguna iglesia y llegaron a Cristo después de años de instrucción bíblica.
Las conversiones varían. El apóstol Pablo tuvo un encuentro de crisis con el Salvador que le hizo cambiar de perseguidor en predicador del Evangelio (Hechos 26). En contraste, Timoteo fue alimentado tranquilamente en las Escrituras desde su primera infancia, dando como resultado la experiencia de su salvación (2 Timoteo 3:14-15). No hay dos peregrinajes de fe que sean idénticos. Pero cada uno tiene el elemento común de volverse al Señor Jesús con fe para recibir la salvación del pecado y recibir un nuevo corazón.
¿Puedes volver sobre tus propios pasos hasta el momento en que Dios te ayudó a venir a Cristo? ¿Cuál es tu historia?.
Necesitamos más que un nuevo comienzo: ¡Necesitamos un nuevo corazón!