martes, 8 de julio de 2008

EL SABIO DE EGITO

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la cuidad de el cairo, Egipto, con la finalidad de visitar un famoso sabio.
El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros.Las únicas piezas de mobiliario era una cama, una mesa y un banco.
-¿Dónde están sus muebles? Pregunto el turista.
- Y el sabio, rápidamente, también preguntó: ¿Y donde están los suyos?
- ¿Los míos?, se sorprendió el turista. eternamente
¡Pero yo estoy aquí solamente de paso!
- Yo también. Concluyo el sabio. La vida en la tierra es solamente temporal.
Sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices.
El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden.
Por eso existen momentos inolvidables y personas incomparables.
1. Dios no te preguntara que modelo de auto usabas; te preguntara a cuántas gente llevaste.
2. Dios no te preguntara los metros cuadrados de tu casa; te preguntara a cuánta gente recibiste en ella.
3. Dios no te preguntara la marca de la ropa en tu armario; te preguntara a cuántos ayudaste a vestirse.
4. Dios no te preguntara cuan alto era tu sueldo; te preguntara si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
5. Dios no te preguntara cuál era tu titulo; te preguntara si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
6. Dios no te preguntara cuántos amigos tenías; te preguntara cuanta gente te considera su amigo.
7. Dios no te preguntara en que vecindario vivías; te preguntara como tratabas a tus vecinos.
8. Dios no te preguntara el color de tu piel; te preguntara por la pureza de tu interior.
9. Dios no te preguntara por que tardaste tanto en buscar la salvación; te llevara con amor a tu casa en el cielo.

Mateo 6:33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

UNA OBRA DE PAZ

Lectura: Santiago 3:13-18
Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz. --Santiago 3:18.
La pequeña iglesia de Umbarger, Tejas, era un lugar improbable para una obra de arte internacional. Pero hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, siete prisioneros de guerra italianos, que estaban cautivos en un campo grande para prisioneros, fueron escogidos para ayudar a decorar las simples paredes de ladrillo de la iglesia.
Los prisioneros se mostraron renuentes a ayudar a sus captores, pero aceptaron con la condición de que sus esfuerzos fueran considerados como una contribución a la fraternidad y la comprensión cristiana. Pero a medida que trabajaron en sus pinturas y en una escultura de madera de la Última Cena, uno de los prisioneros de guerra recordó después: «Casi de inmediato empezó a fluir entre nosotros una corriente espontánea de buenos sentimientos.» Nadie habló de la guerra ni del pasado porque «estábamos aquí para hacer una obra de paz y amor».
Nuestras vidas están llenas de situaciones en las que parece improbable que se pueda introducir la paz de Dios. Podemos sentirnos prisioneros de los malos sentimientos, las relaciones tensas y las circunstancias que nos restringen. Pero la paz tiene el poder de surgir en cualquier lugar. Santiago nos recordó que «la sabiduría de lo alto es . . . pacífica, amable, condescendiente. . . . Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz» (Santiago 3:17-18).
Adondequiera que estemos hoy, pidamos al Señor que nos use como pacificadores.
LOS MEJORES PACIFICADORES SON LOS QUE CONOCEN LA PAZ DE DIOS.