domingo, 25 de octubre de 2009

ARMANDO ALDUCIN -- SANIDAD INTERIOR II

ARMANDO ALDUCIN -- SANIDAD INTERIOR I

EL MAS VELOZ

El pez vela es el más veloz de los peces marinos al alcanzar una velocidad de 30 metros por segundo lo que supone unos 109 kilómetros por hora. O sea que podría atravesar a lo largo una pileta olímpica en menos de un segundo.
Esta velocidad la logra gracias a un pedúnculo caudal muy poderoso, además se supone, que la prolongación de su mandíbula superior es una ayuda para hender las aguas al favorecer su hidrodinamia. Con sus tres metros de envergadura y sus cien kilos de peso es, además, uno de los animales más elegantes del océano.
Frecuentemente se lo suele confundir con el Marlín o el pez espada, con los que tiene en común sus espectaculares saltos fuera del agua, pero pertenecen a familias diferentes.
Lamentablemente, está considerado como el más noble de los peces que se pueden pescar ya que ofrece una gran resistencia al tratar por medio de fuertes carreras subacuáticas y espectaculares saltos librarse del anzuelo que le perfora la mandíbula.
El pescador, orgulloso de su presa, debe mantener firme el sedal para impedir que su víctima escape a la suerte a que ha sido destinada, la de un vano trofeo y un modelo para fotografiar en el muelle.
En 1963 se conseguían presas con un peso promedio de 120 kg. Hoy se considera una presa excelente a la que llega a pesar 40 kg. lo que demuestra que los ejemplares que se están pescando actualmente son juveniles y que la pesca indiscriminada no permite que los perseguidos peces vela no consigan llegar a adultos.
Tito Rodríguez
Director Instituto Argentino de Buceo
Así como el Pez Vela es atrapado en su juventud porque por su pericia al escapar se convierte en un trofeo apetecido, de la misma manera es con los jóvenes. La niñez y la juventud son el trofeo apetecido de este mundo, y del enemigo de las almas. Satanás sabe que si logra atrapar a un jóven o un niño, habra destruido toda una vida. Amado joven, no te dejes atrapar por el sistema de este mundo y decide hoy escapar del lazo del cazador.
No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;acuérdate de mí conforme a tu misericordia, por tu bondad, oh Señor. Salmo 25:7
Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza;en ti he confiado desde mi juventud. Salmo 71:5
Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio. II Timoteo 2:22

TONICO DE TIURON

Lectura: Hebreos 12:1-11.
"Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" Hebreos 12:1
¿Alguna vez has oído hablar del «tónico» de tiburón? No se trata de algún suero que evite los ataques de los tiburones o de alguna medicina para los escualos. El término real es «inmovilidad tónica», la cual se describe como «un estado natural de parálisis en el que entran los animales... Se puede colocar a los tiburones en un estado de inmovilidad tónica poniéndolos boca arriba. El tiburón permanece en este estado de parálisis por un promedio de quince minutos antes de recuperarse».
Imagínate, se puede hacer vulnerable a un peligroso tiburón simplemente con ponerlo boca arriba. El estado de inmovilidad tónica hace al escualo incapaz de moverse.
El pecado es así. Nuestra capacidad para honrar a nuestro Señor, para lo cual fuimos creados en Cristo, puede quedar en «inmovilidad tónica» por medio del poder y las consecuencias del pecado. El autor de Hebreos quiere que nos preparemos ante tal fin. Él escribió: «Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante» (Hebreos 12:1).
Si hemos de correr la carrera de la vida cristiana de manera efectiva, debemos lidiar con el pecado antes de que éste nos inmovilice. Tenemos que despojarnos del pecado que nos impide agradar a Dios, a partir de hoy.
Debemos hacer frente a nuestros pecados antes de poder dejarlos atrás.