domingo, 19 de diciembre de 2010

LOS TRES ULTIMOS DESEOS

Encontrandose al borde de la muerte, Alejandro Magno (356-323 A.C.) -rey de
Macedonia (336-323 A.C.) conquistador del Imperio persa, y uno de los lideres
militares mas importantes del mundo antiguo- convoco a sus generales y les
comunico sus tres ultimos deseos: 1.- Que su ataud fuese transportado por los mas eminentes medicos de la epoca.

2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que habia
conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.)

3.- Que sus manos quedaran balanceandose en el aire, fuera del ataud, a la
vista de todos.

Uno de sus generales, admirado por tan insolitos deseos, le pregunto a
Alejandro cuales eran sus razones.

Alejandro explico:

1.- Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud para mostrar que ni
ellos tienen, ante la muerte, el poder de curar.

2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver
que los bienes materiales aqui conquistados, aqui permanecen.

3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan
ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos.

Ya que no podemos evitar la muerte, busquemos y tratemos de alcanzar aquello
que si se marchara con nosotros.

Finalmente no sabemos si seran sabios o necios, los que heredaran todo el fruto de nuestro esfuerzo o afanes.

Enviado por: Javier E. Ledesma Ledesma

Provervios 3:6
Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.

salmo 71

16 Dios mío, ahora voy a recordar tus hechos poderosos,
y hablaré de la justicia que sólo tú puedes hacer.

17 Desde que yo era joven tú has sido mi maestro,
y hasta ahora sigo hablando de las maravillas que has hecho.

JEHOVA-JIREH

Lectura: Mateo 6:5-15.
"Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis" Mateo 6:8
En los primeros años que serví como pastor, estuve en iglesias pequeñas donde a menudo la situación financiera era apretada. Algunas veces, la economía de nuestra familia se resentía por ello. En una ocasión, ya casi estábamos sin comida y todavía faltaban varios días para que llegara el día de cobrar el sueldo. Mientras mi esposa y yo nos preocupábamos de cómo alimentaríamos a nuestros hijos en los días siguientes, sonó el timbre. Cuando abrimos la puerta, vimos dos bolsas de víveres. No le habíamos contado nuestro problema a nadie, pero nuestro Dios proveedor había hecho que alguien satisficiera dicha necesidad.
Esto me recuerda el relato de Abraham en el Antiguo Testamento, cuando se le pidió que sacrificara a su hijo Isaac. En el momento preciso, Dios proveyó un carnero en su lugar. Abraham llamó ese lugar Jehová-Jireh, «Jehová proveerá» (Génesis 22:14). Dios es quien sigue preocupándose profundamente por Sus hijos.
Jesús dijo: «Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis» (Mateo 6:8). Él se preocupa y busca constantemente darnos lo mejor para nosotros; y eso es un recordatorio de que, en tiempos de penurias y temor, tenemos a Alguien que nos cuida. Pedro escribió que podemos echar toda nuestra ansiedad sobre Dios, porque Él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). Podemos acudir a Él en nuestro momento de necesidad.
Lo que Dios promete, Dios provee.

APUNTA BIEN ALTO

Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dió la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.

A los que escogieron el de treinta les puso una “C”, sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas.

A los que escogieron el de cuarenta les puso una “B”, aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una “A”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.

Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:

“Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando su conocimiento sino su voluntad de apuntar a lo alto”.

Nuestra meta como seres humanos debe ser siempre apuntar a lo alto!, no solamente en nuestros proyectos de vida tales como profesión, estudios, negocios etc, sino también fijarnos la meta en aquello que tiene aún mas valor.

Filipenses 3:14
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús

Habacuc 3:19
“El Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.”

Salmos 93:4
“Dios en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas del mar.”
Job 16:19
“Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.”