jueves, 27 de marzo de 2008

ALEX CAMPOS - EL SONIDO DEL SILENCIO

PÀZ EN LA TORMENTA

HOY SERE TRANSFORMADO POR SU ESPPIRITU


“Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre” I Sam10:6
No puedo decir que este es otro día igual que los demás. No puedo decir que seguiré siendo el mismo de cada día sin ninguna sombra de cambio en mi existencia. No puedo decir que no hay esperanzas, porque cada día es una oportunidad no solo para vivir, si no para cambiar. No es un cambio humanista enraizado en los propósitos humanos de buena voluntad. Es un cambio que descansa en el Señor en el poder de su Espíritu. Porque Dios existe es que hay oportunidades para volver a empezar y empezar con los ojos puestos en el autor y consumador de nuestra fe.
Cuando Saúl fue escogido por Dios como Rey de Israel, el profeta de Dios el día que lo ungió dijo estas solemnes y prometedores palabras: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder y profetizaras con ellos, y serás mudado en otro hombre” .
Que solemnes palabras. La promesa de que el Espíritu del Señor vendría sobre el con poder. Esta promesa para nosotros variaría un poco, porque ya el Espíritu de Dios ha vendido y mora en nosotros, pero si sigue siendo el Espíritu de poder.
La persona del Espíritu no solo mora en mi y tiene el mismo poder , pero ese Espíritu puede cambiarnos y esta cambiándonos día a día.
No tenemos porque seguir siendo los mismos. Lo que necesitamos es dejarnos moldear por el Espíritu de poder y se transformados así de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor.
Hoy me dejaré moldear por el Espíritu y seré cambiado según el plan y propósito divino. Enfrentaré la vida consciente de quien soy y seré nueva criatura. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas.
Padre celestial. Lleno de gracia y amor, cuan grande eres tu. Digno de ser grandemente alabado. Tu me hiciste y me has comprado con la preciosa sangre de tu hijo. Hoy te alabo por quien tú eres y por tu gran misericordia.
Hoy se que tu amor, bondad, ternura y cariño me renovará en este día. Espíritu Santo, tú que moras en mi, ilumíname y fortaléceme en mi camino. Transfórmame según el puro afecto de tu voluntad. Haz de mi corazón, un corazón cada día nuevo.
Permite hoy que mi sonrisa, las palabras sinceras y mis hechos puedan tocar a alguien sufriente y ese toque sea la puerta de entrada para que tu Espíritu Santo los renueves a ellos. En el nombre de Jesús. Amen.

¡¡ EL MURIO POR MI !!

Lectura: Isaías 53
. si el Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en Él. --Mateo 27:42.
William y Mary Tanner estaban cruzando los rieles del ferrocarril cuando sucedió. El pie de Mary resbaló y se encajó entre el riel y el cruce para peatones de madera. Ella trató frenéticamente de sacar el pie al tiempo que empezó a escuchar el ruido de un tren que se aproximaba. Sólo quedaban segundos, pues el expreso venía a toda prisa hacia ella por una curva. Will Tanner le haló el pie desesperadamente tratando de liberarla.
Cuando el tren se acercó más, y el silbido sonó a todo volumen, y los frenos chirriaron, Will la tomó en sus brazos. Mientras la gente se estremecía horrorizada, el tren les pasó por encima. Un testigo dijo que justo antes de que la máquina los golpeara escuchó al valiente hombre gritar: «¡Me voy a quedar contigo Mary!» ¡Ese sí que es un gran amor!
Esta historia me recuerda a nuestro Salvador, el cual nos amó con un amor que puede salvarnos (Juan 3:16). La muerte se precipitó sobre Él mientras pendía en la cruz y asumió la pena completa que nosotros merecíamos. Escuchó a personas gritarle que se salvara a Sí mismo y que bajara de la cruz (Mateo 27:40). Pero para salvar a los demás, Cristo optó por no salvarse a Sí mismo (v.42).
Con amor divino y sacrificatorio, Jesús rehusó salvar su propia vida. Murió para poder perdonar nuestros pecados. Nuestro Salvador se quedó en la cruz: por ti y por mí.
NO FUERON LOS CLAVOS LO QUE RETUVIERON A CRISTO EN LA CRUZ, SINO SU AMOR POR NOSOTROS.