sábado, 28 de noviembre de 2009

¡ALEGREM ENTE!

Lectura: Salmos 100.
"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra" Salmos 100:1
El Salmo 100 es uno de los grandes cánticos de acción de gracias de la Biblia. Nos llama a darnos cuenta de que pertenecemos a Dios nuestro Hacedor (vv. 3-4) y a alabarle por Su bondad, misericordia y verdad (v. 5).
Sin embargo, durante una reciente lectura, quedé atónito ante una frase que habla de expresar agradecimiento de una manera tangible y de buen grado: «Servid a Jehová con alegría» (v. 2). Muchas veces mi servicio a Dios es más a regañadientes que con alegría. Hago lo que considero mi deber, pero no estoy feliz al respecto.
Oswald Chambers puso el dedo en la llaga en cuanto a mi actitud desagradecida cuando dijo: «La voluntad de Dios es lo más alegre, brillante y abundante que podamos concebir, y sin embargo, algunos de nosotros hablamos de ella con un espantoso suspiro: 'Bueno, supongo que será la voluntad de Dios', como si Su voluntad fuera lo más calamitoso que pudiera acontecernos... nos convertimos en llorones espirituales y hablamos patéticamente acerca de 'padecer la voluntad del Señor' ¡Dónde está la vitalidad majestuosa y el poder del Hijo de Dios en cuanto a eso!»
El verdadero agradecimiento es más que estar agradecido por lo que poseemos. Es una actitud que cala en nuestra relación con el Señor para que podamos servirle con alegría y gozo.
Para el cristiano, la acción de gracias no es cosa de tan sólo un día sino una forma de vida.