lunes, 9 de marzo de 2009

JUGANDO A LAS ESONDIDAS

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades de los hombres en un lugar de la tierra cuando el Aburrimiento …(bostezo)…….. reclamo por tercera vez. La Locura, como siempre loca, les propuso:

¿Vamos a jugar a las escondidas?

La Intriga levanto la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse pregunto: escondidas ¿qué es eso?

Es un juego, explico las Locura, en el que cierro los ojos y comienzo a contar de uno a un millón mientras ustedes se esconden cuando yo termine de contar; el primero de ustedes que encuentre ocupara mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo danzó seguido de la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que termino de convencer a la Duda y también a la Apatía, que nunca se interesaba en nada.

Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para que? si al final todos la encontraban. La Soberbia opino que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le incomodaba era que la idea no había sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.

- uno, dos, tres, cuatro - comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Prisa, que como siempre cayó detrás de la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió detrás de la sombra del Triunfo, que por propio esfuerzo había conseguido subir a la copa mas alta del árbol mas alto.

La Generosidad casi no consigue esconderse, por que cada lugar que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: si era un lago cristalino, ideal para la Belleza, si era la copa del árbol perfecto para la Timidez, si era el vuelo de una paloma. Lo mejor para la Voluntad, si era una ráfaga de viento, magnifico para la Libertad. Así terminó escondiéndose en un rayo del sol.

El Egoísmo, al contrario encontró un lugar bueno desde el principio,ventilado, cómodo, pero solo para el. La Mentira se escondió en el fondo del océano (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris). Y la Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido, no recordamos donde se escondió, pero eso no es lo mas importante.

Cuando la Locura estaba en el número 999.999 el AMOR todavía no había encontrado lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados, hasta que encontró un rosal y cariñosamente decidió esconderse entre sus flores.

-un millón. Contó la Locura y comenzó la búsqueda. La primera en aparecer fue la Prisa, apenas a tres pasos de una piedra. Después escuchó a la Fe discutir con Dios, sobre la zoología, en el cielo. Sintió vibrar a la Pasión y al Deseo en los volcanes. En un descuido, encontró a la Envidia y claro pudo deducir donde estaba el Triunfo.

Al Egoísmo no tuvo que buscarlo, el solo salió disparado de su escondite que en verdad era un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al aproximarse a un lago, descubrió a la Belleza. La Duda fue la mas fácil de encontrar pues estaba sentada sobre un cerro sin decidir donde esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una cueva oscura, a la Mentira detrás del arco iris (mentira estaba fondo del océano) y hasta al Olvido a quien se le había olvidado que estaban jugando a las escondidas.

Pero. . . . el AMOR no aparecía en ningún lugar. La Locura lo busco detrás de cada árbol, debajo de cada roca del planeta y encima de las montañas. Cuando estaba a punto de darse por vencida; encontró un rosal. Tomo una horquilla y comenzó a mover sus ramas, cuando en el ultimo momento escuchó un grito doloroso. las espinas habían herido al AMOR en los ojos. La Locura no sabia que hacer para disculparse, lloró, rezó, imploró pidió perdón y hasta prometió ser su guía.

Desde entonces, ….desde que por primera vez se jugo a las escondidas en la tierra:

¡El AMOR es ciego y la Locura siempre lo acompaña!

Auto desconocido.

Bendito sea el SEÑOR tu Dios que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel; por el amor que el SEÑOR ha tenido siempre a Israel, te ha puesto por rey para hacer derecho y justicia. I Rey 10:9

Se acordó del pacto que había hecho con ellosy por su gran amor les tuvo compasión. Sal 106:45

Enséñame, Señor, tus decretos;¡la tierra está llena de tu gran amor! Sal 119:64

INMOVILIZADO POR UN PEGAMENTO

¿El lugar? Belo Horizonte, Brasil. ¿El protagonista? Jaime Da Silva, un drogadicto empedernido. ¿La ocasión? Un día sábado, a las dos de la tarde. ¿La diligencia? Perpetrar un robo.

La fábrica estaba sola y sin vigilancia. Dentro de la fábrica había mucha mercadería, incluyendo un pegamento de olor intenso y alucinante. Era un pegamento de petróleo, codiciado por jóvenes drogadictos.

Da Silva entró a la fábrica y, tentado por el sumo del pegamento, aspiró profundamente de un barril de doscientos kilos. El fuerte vapor lo mareó y, tratando de no caerse, se agarró del borde del barril. Pero éste se volcó íntegro encima de él y Da Silva quedó atrapado bajo el peso del pegamento. Lo encontraron treinta y seis horas después, pegado al suelo sin poderse mover.

No hay duda de que muchas veces junto con la falta viene el castigo. Es más, la falta misma se convierte en su propio verdugo.

Podrá haber delitos que tarden años en descubrirse, pero como que hay una mano autónoma que parece prender al delincuente. Ya sea que tenga que vivir como prófugo toda su vida, que como quiera es castigo, o tenga que sufrir la sanción inmediata de su delincuencia, allí está el látigo, evidenciando claramente lo inexorable de la ley de la cosecha. «Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7). Así es con todos los delitos y pecados.

El juego envuelve lentamente al jugador. Lo va rodeando de pegamento. Lo amarra con cuerdas invisibles y lo oprime hasta que queda completamente paralizado, sólo viviendo para estar frente a la mesa de juego.

El adúltero se convierte en prisionero de sus pasiones, y las rejas de su celda se extienden hasta abarcar a su esposa, a sus hijos, a la vida de su amante, al esposo de ella, a los hijos de ella y a cuantos son parte de las dos familias. Este también es un pegamento que atrapa igual que la tela de araña atrapa a la mosca.

La deshonra, el engaño, la falsedad y el artificio son todos poderes cementosos que envuelven a la víctima y le quitan toda voluntad, todo escrúpulo, toda conciencia y toda fe.

La buena noticia es que podemos librarnos de estos terribles pegamentos. Jesucristo, el Señor todopoderoso, vino al mundo a ofrecernos la verdadera libertad. Él puede salvarnos de toda esclavitud. Él puede librarnos de los lazos del pecado.

Hermano Pablo.

HOY..IMITARE A CRISTO

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12
Hoy con estas palabras, el Señor me aconseja a imitar su vida y sus hábitos. Si hoy deseo verdaderamente ser iluminado y libre de toda ceguera de corazón, entonces necesito seguir al Señor e imitarlo en todos sus caminos.
La enseñanza de Cristo es más optima que todo el consejo de los santos y quién se abre al Espíritu Santo encontrará el mana oculto en él. Hoy hay muchos que oyen el evangelio frecuentemente pero muy poco siguen el ejemplo de Jesús. Quién desee ser un instrumento de Dios necesita decorar su vida entera con la persona de Jesús y por ello es importante seguirlo e imitarlo.
De que serviría aprender la Biblia entera de memoria y los principios de todos los filósofos, sino no conozco los principios de la gracia y el amor de Dios y si no imitó en mi diario a caminar al Señor Jesús? Él es la razón de toda la existencia humana y a él puedo seguir con confianza y devoción total.
Vanidad de vanidades, todo es vanidad excepto amar a Dios y servirlo solo a él. Seguir a Jesús hoy es buscar el Reino de los cielos y hacer caso omiso a los llamados del mundo. Es vanidad buscar y confiar en las riquezas que perecen. Es vanidad cortejar el honor y alimentar el orgullo. Es vanidad seguir las lujurias del cuerpo y desear las cosas que a la larga producirán dolor y tristeza. Es vanidad el amor que pasa rápidamente y no mira el regocijo que viene del amor eterno que se encuentra solo en Jesús.
Hoy no quiero seguir las pasiones perversas y propias del mundo que manchan la conciencia y me hacen perder la gracia de Dios. Pero lo que si anhelo es seguir las pisadas de Jesús, mi Salvador quién me da el mejor a ejemplo para seguir y que impacta mi vida de una manera única y especial. Seguirlo a él es tomar el camino más seguro que produce el mejor encanto en la vida.
Señor, Gracias por darme la oportunidad de seguirte. El mejor ejemplo de la vida abundante lo encuentro en ti, Amado Jesús. La vida es distinta cuando tenemos en ti el modelo a seguir, y en tu palabra dices que quién te sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Amén.

MEJORES QUE EL ORO

Estas palabras fueron escritas en las Décimo octavas Olimpiadas en Tokio: “Lo más importante de los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar; así como lo más importante en la vida no es el triunfo, sino la lucha. Lo esencial es… el haber peleado bien”.
Los atletas que alcanzaron los Juegos Olímpicos son ya los mejores entre los mejores de cada nación. Cada atleta ha sobresalido en formas que pocos de sus compañeros pudieran jamás alcanzar. Sin embargo solo uno llevará la medalla de oro, otro la de plata y un tercero de bronce. Aquellos que están tan acostumbrados a ganar enfrenta la devastadora posibilidad de perder no solo delante de sus compañeros de juego, sino también de sus compatriotas y en esta época de televisión mundial, delante del mundo entero.
Cuán vital es para estos atletas mantener su perspectiva de que ganar no es lo importante en las olimpiadas, sino la oportunidad de competir, de tratar y de dar su mejor esfuerzo.
No importa la arena en la que compitas, ganar no es lo importante en realidad. El dar tu mejor esfuerzo por un resto es lo que moldea dentro de ti las características duraderas y el carácter, cosas “mejores que el oro”.
Una de las mayores normas de la vida es esta:Mientras más das, más recibes.
Proverbios 13:4El alma del perezoso desea, pero nada consigue mas el alma de los diligentes queda satisfecha.

INCOMPLETA

Lectura: Filipenses 1:3-11
El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. —Filipenses 1:6
Cuando yo era una niñita, mis padres compraron su primera casa. Una tarde, toda la familia nos metimos de repente en el automóvil y fuimos a ver dónde estaríamos viviendo pronto.
No lo podía creer. La casa no tenía ventanas ni puertas y tenía un olor extraño. Se podía ver el sótano claramente a través de grandes brechas en el suelo y tuvimos que encaramarnos a una escalera para bajar allí.
Esa noche, cuando le pregunté a mi madre por qué ella y papá querían vivir en una casa como ésa, ella me explicó que el constructor todavía no la había terminado. «Sólo espera y verás —dijo—.Creo que te va a gustar cuando quede lista».
Pronto comenzamos a ver cambios. A la casa le pusieron ventanas, luego puertas. El «olor raro» de la madera nueva se fue. Pintaron las paredes. Mamá puso cortinas en las ventanas y cuadros en las paredes. La casa incompleta se había transformado. Había llevado algo de tiempo pero finalmente había quedado terminada.
Como cristianos, nosotros también necesitamos un «acabado». Aunque los cimientos se echan en el momento de nuestra conversión, el proceso de crecimiento continúa a lo largo de nuestra vida. Al seguir obedientemente a Jesús, «el autor y consumador de nuestra fe» (Hebreos 12:2), un día, nosotros también quedaremos completos.
Ten paciencia, por favor. Dios todavía no ha terminado conmigo!