jueves, 7 de mayo de 2009

HOY..QUIERO ANDAR EN TRANSPARENCIA

“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7.
El Cristal es claro, bello, reluciente ,fino y caro. Eso es calidad. Cristal es calidad. No es de calidad lo que parece ser bello, es de calidad lo que bello y diáfano. Un corazón como el cristal es lo que necesito hoy para demostrar la belleza de aquel que mora en mí. En nuestra sociedad abundan los que no quieren ser transparente y viven en las sombras de su propia vanidad.Los encontramos en todos lados, la preocupación constante es ocultar, porque cuando los problemas y las fallas se exponen, el ser humano tiene temor de perder credibilidad y no quiere dañar su reputación. Si es necesario mentir…mentiremos, parece decir el obstinado en lo profundo de su corazón. Los encontraremos discutiendo en las mesas de reunión…“Cómo podremos ocultar esto. El pueblo no debe saberlo”. Los siervos saben que la transparencia es elemento importante en el servicio cristiano. No podremos ni engañar a Dios ni al pueblo. El pueblo sabe cuando ocultamos. El siervo sabe que la gente no pide perfección, pero si honestidad.
El siervo que es honesto y trasparente contará con el apoyo del pueblo y la bendición del Señor.En muchos lugares de nuestra amada América Latina encontramos ovejas heridas porque han visto a sus líderes siendo artistas en el género de saber ocultar. Lideres son trasladados de ciudad en ciudad, porque sus autoridades quieren ocultar lo que es visto abiertamente por el pueblo. Mal manejo de dinero, problemas morales, conflictos de familia serios y la única solución no es restauración con seguimiento y amor, sino ocultamiento y confabulación de líderes.
Dios quiere que comencemos a ser siervos que no ocultan, sino que abrimos el corazón.Al fin de cuentas la gente no busca en nosotros perfección sino honestidad y honestidad es transparencia y transparencia es cristal de calidad.
Señor, es este día vengo ante tu presencia para pedirte que derrames en mi el aceite fresco de tu espirítu para transmitir la transparencia de su amor. Quiero ser ejemplo de claridad y calidad. En el Nombre de Jesús. Amén.

NO TENGAS MIEDO

Tengo un antiguo soplador de hojas que uso para limpiar nuestro patio. Este soplador espurrea, sacude con ruido, echa humo, emite gases irritantes y es considerado por mi esposa (y probablemente por mis vecinos) sumamente ruidoso.
Sin embargo, nuestra vieja perra es totalmente indiferente al alboroto. Cuando enciendo el soplador ni siquiera levanta la cabeza, y se mueve con renuencia únicamente cuando soplo hojas o polvo en dirección suya. Eso es porque la perra confía en mí.
Un joven que de vez en cuando corta nuestro césped usa un soplador similar, pero nuestra perra no tolera al joven. Hace años, cuando era una cachorrita, el joven la molestaba con la máquina y ella nunca lo ha olvidado. Ahora bien, cuando el joven entra en el patio tenemos que entrarla a la casa, porque le gruñe y le ladra. Son las mismas circunstancias, pero las manos que usan el soplador marcan la diferencia.
Lo mismo sucede con nosotros. Las circunstancias atemorizantes son menos problemáticas si confiamos en las manos que las controlan. Si nuestro mundo y nuestra vida están gobernados por una fuerza desconsiderada e indiferente, tendríamos buenas razones para temer. Pero las manos que controlan el universo –las manos de Dios– son sabias y compasivas. Podemos confiar en ellas a pesar de nuestras circunstancias y no tener miedo.
Isaías 12:2Dios es mi salvador, confiaré y no temeré. . . .

HAZ A OTROS

Lectura: Mateo 7:7-12.
"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas" Mateo 7:12
En mayo del 2006, David Sharp partió de su campamento base para hacer su tercer intento por llegar a la cumbre del Monte Everest. De hecho, llegó a la cima, pero durante su descenso se le acabó el oxígeno. Cuarenta escaladores pasaron junto a él mientras yacía a un lado en la montaña muriéndose.Algunos dicen que, a semejantes alturas carentes de oxígeno, los rescates son demasiado peligrosos. Pero otros dicen que los escaladores están demasiado ansiosos por llegar a la cumbre y son demasiado egoístas como para ayudar a aquellos que se encuentran en problemas.Me pregunto qué habría pasado si alguno de los que pasó junto a ese escalador caído hubiese dicho: "Le trataré como yo quiero que me traten".En Mateo 7:12, texto conocido como la regla de oro, Jesús les dio a Sus discípulos el secreto para cumplir con todas las leyes del Antiguo Testamento en cuanto a relaciones -amar a los demás y vivir para servirles. Lo dijo en el contexto más amplio de todos los principios radicales que había enseñado hasta ese momento en Su sermón (5:17-7:11).A pesar de todo lo difícil que es vivir para el servicio a los demás. Jesús supo que Sus seguidores constantemente vivirían de acuerdo a esta ética, ya que sacarían fuerzas de una justicia que iba más allá del deber y de la conformidad externa a las reglas (5:20). Era una justicia que sólo puede venir de Dios mismo.Si somos seguidores de Jesús, caminemos siguiendo Sus pisadas -amando a los demás y viviendo para servirles.
El amor es una deuda que nos tenemos los unos a los otros.