martes, 31 de marzo de 2009

"EN LA TRIBULACIÓN"


Como se aferra el náufrago al madero,
destruida su barca, en gran apuro
Sintiendo de la oleada el golpe duro,
así mi Cristo,asirme a ti yo quiero

Cada promesa tuya es un lucero
para orientarme sobre el mar oscuro,
de este mundo de pruebas, y al seguro
puerto de fe dar luz en el sendero.

Buen faro son tus justos mandamientos;
pasarán cielo y tierra,cual los vientos,
mas tu palabra,¡oh,fiel!,no ha de pasar.

Todo es posible para ti, DIOS mío;
Tú eres bueno y veraz, y yo confío
En que al que te ama no le has de faltar.

Rdo. Victor Urbino

CUANDO LAS CARTAS FALLAN

Se llamaban Elio Trevisioli y Alessandro Lovisetto. Los dos eran de Venecia, Italia. Elio, de cuarenta y cinco años de edad, y Alessandro, de treinta, estuvieron consultando, durante una semana entera, a la misma adivina, una mujer especialista en cartas Tarot.

Y cada día las cartas revelaban cosas positivas. Pero al llegar el viernes, el «Signo de la muerte» apareció en las cartas.

Elio y Alessandro se miraron confundidos, y la adivina les dijo: «La carta de la muerte puede ser mala o puede ser buena. De todos modos, indica algún cambio grande.» Los hombres le pagaron a la mujer y se fueron.

Esa noche los dos hombres asaltaron el Banco de Venecia. Se llevaron veinte millones de liras, pero la cajera activó, en silencio, una alarma, y la policía los arrestó a la salida. De ahí que un juez condenara a los dos posteriormente a veinte años de prisión.

Esta breve noticia procedente de Italia contenía el comentario del periodista. «Nunca se puede estar seguro de las cartas Tarot —decía—, porque lo mismo anuncian blanco que negro, bueno que malo, fortuna que desgracia.»

Son muchos los que gobiernan su vida conforme a lo que les dicen los adivinos. Es increíble, pero millones de personas no salen a la calle sin antes consultar el horóscopo del día. Otros van a las pitonisas y a las quirománticas para que les lean las líneas de la mano.

Los antiguos pueblos de Egipto, Babilonia, Caldea, Grecia y Roma estuvieron llenos de supersticiones. Ellos también se regían conforme a lo que les decían los astutos místicos de su tiempo. Éstos sabían engañar a los incautos para sacarles dinero. Aquellos grandes imperios desaparecieron, pero sus falsas creencias perduran, tan vivas y vigentes hoy como entonces.

La Biblia advierte contra augurios, adivinaciones y sortilegios. He aquí la advertencia: «Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al Señor» (Deuteronomio 18:10?12).

El que está seguro en Cristo no tiene porqué consultar a adivinos. El cristiano auténtico confía plenamente en Dios y pone cada día su vida en las manos de Él. Además, tiene a la Biblia como única regla de fe y conducta, y vive confiado siempre en un Padre amoroso que no desampara a sus hijos. Esa seguridad la puede tener todo el que le confía a Dios su vida y su futuro.

HOY..ME LEVANTARE DE LAS CENIZAS

“Yo sé que mi Redentor vive y aún del polvo me levantará y aunque la piel se me caiga a pedazos, en persona, veré a Dios. Job 19:25, 26.
Hay un proverbio español que dice: Si el incendio quema tu casa, caliéntate con ese fuego”. El laboratorio de Thomas Edison fue virtualmente por un incendio en Diciembre de 1941. Aunque el daño excedió a dos millones de dólares, edificios estaban asegurados por 238.000 porque eran catalogados como edificación a prueba de fuego.
Mucho del trabajo de toda una vida de Edison fue consumido por las espectaculares llamas esa noche de Diciembre. En medio del fragor del incendio, el Hijo de Edison de 24 años buscó frenéticamente a su padre en medio del humo y finalmente lo encontró, mirando serenamente la escena mientras su pelo blanco era soplado por el viento.
Cuando Edison vio a su hijo le grito. Charles donde está tu madre? Encuéntrala y tráela porque quizá en toda su vida no volverá a ver un incendio tan grande como este. Hay día siguiente, Edison miró las ruinas y dijo: “ Hay un gran valor en el desastre. Todas nuestras equivocaciones se queman. Agradezcamos a Dios que podemos volver a comenzar”. Tres semanas después del incendió, Edison sacó a la luz el primer fonógrafo.
Con el Señor siempre hay un nuevo comienzo, como dijo Job, aún del polvo nos levantará. Creo que definitivamente solo con el Señor tenemos nuevas y grandes esperanzas.
Hoy quiero recordar tal hecho. Hoy por fuertes que sean los incendios en mi vida, podré estar seguro que con el Señor a mi lado, siempre hay esperanza para volver a comenzar. Oh, a cuantas personas he encontrado en la vida llorando sus perdidas y dolores y por estar llorando tales cosas no han tenido tiempo ni fuerza para volver a comenzar. Dios ha dicho, nuevas son todas las cosas.
Realmente todas nuestras equivocaciones se queman, pero aún del polvo y de la ceniza podemos volver a comenzar. Este es un buen día para volver a comenzar. Con el Señor todo comienzo es más fuerte y sólido porque le enseñanza obtenida en la perdida, clarifica mi visión y amplia mi camino para volver a comenzar.
Pablo comenzó de nuevo mientras iba camino a Damasco y aunque todo lo anterior se quemó llego a ser el apóstol Pablo con nuevas bases y buenos fundamentos.
Señor. Gracias porque en el hermoso camino de la vida cristiana aún las perdidas se convierten en ganancias. Hoy quiero aprovechar las circunstancias por difíciles que sean para caminar en un nuevo camino.
Señor quiero decir hoy como Job, en medio de sus crisis. Yo se que mi Redentor vive y aún del polvo de la tierra me levantará. Hay seguridad en amarte y en servirte. Cada lección aprendida en el largo trayecto de la vida tiene raíces profundas para que germine un nuevo árbol. Este es un buen día para comenzar de nuevo contigo en fe, esperanza y amor. Amén.

LA PRISION DE LA NECESIDAD

La prisión de la necesidad. Ha visto sus prisioneros. Tienen «necesidad». Siempre necesitan algo. Quieren algo más grande. Más hermoso. Más rápido. Más delgado. Necesitan.
No es mucho lo que necesitan. Sólo quieren una cosa. Un nuevo trabajo. Un nuevo automóvil. Una nueva casa. Una nueva esposa. No quieren mucho. Sólo una cosa.
Con sólo «una cosa» serán felices. Y tienen razón: serán felices.
Cuando tengan «una cosa» saldrán de la prisión. Entonces sucede algo. El olor a carro nuevo se desvanece. El nuevo empleo se envejece. Los vecinos compran un televisor más grande. La nueva esposa tiene malos hábitos. La chispa se esfuma, y antes que usted se dé cuenta, otro exconvicto quebranta su palabra y regresa a la prisión.
¿Está usted en la prisión? Sí, si se siente mejor cuando tiene más y peor cuando tiene menos. Sí, su gozo está a una entrega de distancia, a un traslado de distancia, a un premio de distancia o a una renovación de distancia.
Si su felicidad procede de algo que deposita, conduce, bebe o come, reconózcalo: usted está en una cárcel, la cárcel de la necesidad.
Esa es la mala noticia.
La buena es que tiene una visita. Y su visita tiene un mensaje que puede darle la libertad. Vaya a la sala de visitas.
Tome asiento, y vea al otro lado al salmista David.
Le hace señas para que se incline hacia él. «Tengo un secreto que contarte», susurra, «el secreto de la satisfacción: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”» (Salmo 23.1).
David ha encontrado los pastos donde va a morir el descontento. Es como si dijera: «Lo que tengo en Dios es más grande que lo que no tengo en la vida».Salga de esa Prisión hoy mismo y viva con alegría y satisfacción. Satisfacción real no está en las cosas, sino en Dios que todo lo llena. NO siga mas preso y sea Libre en Él.
Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. Ezequiel 34:27
Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Daniel 6:16

DECIDE

Lectura: Romanos 14:1-13
Decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. —Romanos 14:13
Una vez decoré un cuaderno con definiciones de las palabras idea, pensamiento, opinión, preferencia, fe y convicción para recordarme que no significan lo mismo. La tentación de elevar una opinión al nivel de una convicción puede ser fuerte, pero está mal hacerlo, tal y como lo aprendemos de Romanos 14.
En el primer siglo, las tradiciones religiosas basadas en la ley eran tan importantes para los líderes religiosos que éstos no lograron reconocer a Aquel que personificaba la ley, Jesús. Estaban tan centrados en asuntos de menor cuantía que descuidaron los importantes (Mateo 23:23).
Las Escrituras dicen que necesitamos subyugar incluso nuestras creencias y convicciones a la ley del amor (Romanos 13:8,10); Gálatas 5:14; Santiago 2:8), por cuanto el amor cumple la ley y lleva a la paz y la edificación mutua.
Cuando las opciones y las preferencias se vuelven más importantes para nosotros que lo que Dios dice que es valioso para Él, significa que hemos hecho ídolos de nuestras propias creencias. La idolatría es una ofensa grave porque viola el primer y más importante mandamiento: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3).
Decidamos no elevar nuestras propias opiniones por encima de las de Dios, no vaya a ser que se conviertan en una piedra de tropiezo e impidan que los demás conozcan el amor de Jesús.
La mayor fuerza en la tierra no es la coacción de la ley sino la compasión del amor.