Puede salvarnos de apuros. Salvarnos del orgullo en la tentación. Conservarnos la salud y la cordura. Salvarnos de deudas. Salvarnos de todo.
miércoles, 8 de abril de 2009
PALABRAS PARA REFLEXIONAR
LA FLOR DE LA HONESTIDAD
Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe, pero pensaba que su hija no estaría a la altura del desafío. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración.
Sin poder creerlo le preguntó: “¿Hija mía, qué vas a hacer allá?
Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza, sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura”.
Y la hija respondió: “No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Todo parece indicar que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca de mi amado Príncipe. Esto me hará feliz”
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el Príncipe anunció el desafío: “Daré a cada una de ustedes una semilla, aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses, será escogida por mí, esposa y futura Reina”.
La propuesta del Príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, además de las costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, pero cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del Príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas, tamaños y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el Príncipe explicó: “Ésta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en mi Esposa y Reina: La flor de la honestidad, todas las semillas que entregué eran estériles”.
Maravilloso relato, ¿no?. En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, el éxito, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido, el cual casi hemos olvidado, somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir me equivoqué, para ser humildes y reconocer que otros tienen la razón, o para decir no sé acerca de esto.
Opinamos sobre todo, juzgamos a todos… La “viveza”, hoy en día comparada con la habilidad, se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos y los demás. La verdad, la sinceridad, la humildad… no son virtudes exacerbadas en las comiquitas para niños, ni en las publicidades para adultos.
Nuestra sociedad ha confundido el significado de la palabra ÉXITO.
Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias, mis sentimientos y apegándome a los principios expuestos por el Dios al cual digo servir, para quedar bien u obtener resultados… ése ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso… De ti depende.”
Vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 1 Tim 2:2
Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.
1 Cor 7:35
¿QUE HACER CUANDO EL PILOTO MUERE?
Tranquilo iba el vuelo en la pequeña avioneta Cessna. Era el anochecer y se acercaban a Flagstaff, Arizona. En el avión iban el piloto William Graham, y un pasajero, amigo suyo, Mateo Kornblum.
Todo iba normal cuando, de repente, William Graham se llevó una mano al corazón. «No me siento bien», alcanzó a decir. En seguida se desmayó. Kornblum logró apartar al piloto de los controles y tomar él mismo los del lado suyo. Pero Kornblum nunca antes había pilotado un avión. ¿Qué iba a hacer? La oscuridad se acercaba, estaban entre montañas, y él no sabía nada de aviones.
Kornblum se había dado cuenta de cómo su amigo William, el piloto, manejaba la radio, y en seguida dio aviso de que su piloto se había desmayado. La respuesta fue inmediata. «No se aflija. Desde acá recibirá instrucciones.»
Así fue. Kornblum prosiguió a describir la posición de todo en el tablero, y sistemáticamente fue recibiendo instrucciones. En cierto momento oyó otra voz, pero no la del aeropuerto. Era la voz de Julio, que volaba a su lado en otra avioneta. Julio fue describiendo, paso a paso, cómo hacer descender el avión sobre la pista, y así sucedió algo que Kornblum nunca creyó poder hacer: aterrizó sano y salvo. Lo que Kornblum no sabía era que su amigo, William Graham, había muerto.
Debe de ser horrible volar en una pequeña avioneta cuyo piloto ha muerto, sin saber uno cómo pilotarla. ¿Qué hacer? Tres cosas hizo Kornblum: sintonizó la radio, siguió las instrucciones y tuvo fe en el piloto que volaba a su lado.
¿Qué hacer cuando algo imprevisto y grave nos sucede en la vida? El incendio de la casa. Un accidente de tránsito. Un naufragio en alta mar. ¿Qué podemos hacer?
¿Qué hacer cuando descubrimos la infidelidad de nuestro cónyuge, cuando comprobamos que un hijo es drogadicto, cuando, por desfalco de un socio, todo el negocio se viene abajo? ¿Qué hacer? ¿Reaccionar con violencia? ¿Armarnos de un revólver? ¿Escapar al alcohol?
Nada de eso es necesario. Todos tenemos un piloto inmortal para guiarnos. Ese piloto es Jesucristo. Él puede, con toda calma, librarnos del mal. Pero tenemos que hacer lo que hizo Kornblum: mantener la sintonía con Dios en oración, atender a las instrucciones de su Palabra, la Biblia, y tener fe en Él.
Confiemos en Dios. Los que están en las manos de Dios nunca se desesperan. A los que confían en Él, Dios les da su gracia para sobrevivir a cualquier calamidad.
HOY..CAMINARE COMO UNA CARTA ABIERTA
En una ocasión un orador en un auditorio levantó una hoja en blanco y preguntó: Qué ven ustedes? La respuesta del público fue: Una hoja de papel. Él puso la hoja en el púlpito y luego de hacer un punto minúsculo en la hoja , preguntó y ahora que ven: Todos dijeron un punto oscuro.
El orador dijo: Imaginen ustedes que este papel vació es una persona y el punto pequeño es la falla más grande que él tiene. Lo blanco que rodea el punto representa todas las cualidades útiles que nosotros tendemos a ignorar para solo centrarnos en el punto negro. Frecuentemente una falla en una persona parece más grande de lo que realmente es y por mirar esa falla ignoramos todos lo bueno que rodea ese punto.
Hoy se que soy una carta abierta que será leída por todo el mundo y es mi mas grande desafió en este día.
Hoy se que no solamente soy carta abierta y leída sino que los demás son cartas y no quiero detenerme solo en puntos minúsculos sin apreciar lo blanco que rodea el punto. En nuestra sociedad hay una gran carencia de apreciar lo blanco que rodea.
Cuantas veces he permitido que una o dos equivocaciones en alguien produzcan un cambio en mi mente acerca de esa persona. En el matrimonio frecuentemente nos enfocamos en las fallas del cónyuge en vez de mirar los puntos buenos que posee.
Nos alejamos de los amigos porque ellos fallaron en cumplir un compromiso. En la vida diaria los cristianos a veces nos alejamos de los hermanos por puntos minúsculos sin considerar lo blanco del resto del papel y sacrificamos la unidad por los pequeños detalles. Hoy quiero mirar lo blanco del papel y no los puntos minúsculos en la carta abierta de otros.
Hoy como creyente debo desarrollar una vida totalmente desprovista de egoísmo. Mi enfoque debe moverse de mis necesidades a las necesidades de otros. La mayoría de las depresiones son ocasionadas por enfados internos.
La perdida de salud , la muerte del amor y los sueños no cumplidos han ocasionado una perdida de enfoque en la vida. Hoy quiero tener la mente de Cristo y ser un ejemplo de amor cuando lea las cartas abiertas de otras vidas y así seré leído de la misma manera.
Mi vida al ser leída como una carta desprovista de egoísmo impactará la vida de otros. Hoy se que soy carta leída y quiero que lo blanco del papel atraiga tanto que los puntos minúsculos pasen desapercibidos ,pero quiero a la vez no centrar en los puntos minúsculos de otros sino apreciar la blancura del papel de otros.
Gracias Señor por tu grande amor. Muchas gracias por darme la oportunidad de ser una carta abierta la cual ha de ser leída por muchos. Permite que cuando otros lean esa carta se sientan entusiasmados porque ven la obra tuya en esa carta. Amén
UN FRAGIL CORDERO
RESOLVIENDO COMFLICTOS
2. Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista.
3. Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.
4. Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.
5. Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles y a convertir los problemas en oportunidades.
6. Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas. Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para tratar de entender.
7. No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.
8. Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.
9. Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.
10. El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias. Pensar positivamente es una disciplina que, ejercitada con constancia, te dará el poder de cambiar tu entorno y por consiguiente, tu vida.
La vida está llena de conflictos, pero recordemos, Lo que realmente nos afecta no es o que nos sucede sino como reaccionamos a lo que nos sucede.
Job 5:2Porque el enojo mata al insensato,y la ira da muerte al necio.
Job 18:4Oh tú, que te desgarras en tu ira!¿Ha de ser abandonada la tierra por tu causa,o removida la roca de su lugar?
Santiago 1:20Pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.