martes, 5 de mayo de 2009

PREDICACION DEL HERMANO STEVEN 3

PREDICACION DEL HERMANO STEVEN 2

PREDICACION DEL HERMANO STEVEN

SIERVO

Eres tú el escogido
Por el Padre Celestial
Por cuanto le ha placido
A ti su obra encomendar.

No importa cuanto tarde
Dios la obra completar
Que tu alma fiel aguarde
Y no desvíes tu mirar.

Dios te dice : las naciones
En herencia te daré
Y no pide mil canciones
Solo un corazón de fe.

No olvides mi Ministro
Te dice el Señor
Que Yo Soy quien te visto
Y te sustento con amor.

Espera en el Amado
Que el vallado puesto está
Has sembrado y has regado
Pero crecimiento Dios lo da.

Aquel que siembra la Palabra
Con gozo ha de llegar
A la tierra donde labra
Porque fruto ha de segar.

Patricia J. Olivera Costilla.

BUEN SIERVO Y FIEL

Una tarde de día jueves, era el primer día de abril en Chile, exactamente en la Austral ciudad de Punta Arenas, un anciano de 87 años entró a una barbería de la ciudad… Oscar Castillo, el profesional que lo atendió; testificó lo siguiente:

Apenas el anciano entro por la puerta dijo: Tengo 87 años y estoy fenomenal! Dios me ha tratado bien. Cuando joven fui malo, me lo pasaba borracho, me gastaba todo el sueldo, pero ahora estoy bien. Después que conocí a Dios está todo bien!!

Tengo mi platita, pago mis cuentas y tengo alimento para tres o cuatro meses en reserva.
Lo que sí, hay que portarse bien porque Dios a uno siempre lo está mirando. El siempre mira…..Comento don Juan al barbero…

En su censillo lenguaje, apenas el anciano cruzo la puerta comenzó a testificar del poderoso cambio que Dios hizo en su vida.

La conversación y testimonio duró hasta que a don Juan Serón terminaron de cortarle el cabello. Entonces un fuerte dolor apretó su pecho, don Juan trató de bajarse de la silla pero no pudo sin la ayuda del barbero…
Cuenta el barbero que don Juan se repuso…caminó hacia otra silla, allí se sentó y dijo: Ahora si, estoy bien!
A los pocos segundos había partido a la presencia de aquel que le motivaba a hablar de su poderoso cambio sin parar…

Que maravilloso momento para partir a la presencia de su Creador…

Recuerdos tantos casos en las escrituras donde el Señor obró poderosamente!, recuerdo a aquel endemoniado liberado por la mano del Maestro!, recuerdo la orden que el recibió… Ve y cuenta cuan grandes cosas ha hecho Dios contigo!

Me alientan estos versículos del Salmo 9:9-11
Jehová será refugio del pobre,
Refugio para el tiempo de angustia.
En ti confiarán los que conocen tu nombre,
Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
Cantad a Jehová, que habita en Sion;
Publicad entre los pueblos sus obras.

Aleluya!, Publicad entre los pueblos sus obras!… Cuánto ha hecho Dios por ti?
Cuanto ha hecho a tu favor?.
Me entristece pensar en cuanta gente pide y pide y pide a Dios, cuantos reclaman obras de su mano… y que poquitos agradecen y CUENTAN CUAN GRANDES COSAS HA HECHO DIOS CON SU VIDA.

Seamos hijos agradecidos! Publiquemos sus obras! Honremos su Santo Nombre.

Don Juan Serón estaba agradecido de su Señor… no paraba de hablar a todo el mundo y contar cómo había sido transformada su vida!, Minutos antes de ir a la presencia de su amado Salvador seguía testificando y no puedo olvidar sus últimas palabras: AHORA SI, ESTOY BIEN!

Amado en Cristo, cuenta cuan grandes cosas ha hecho Dios contigo!

Mateo: 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Janette de Contreras
Pastora-Consejera Cristiana

ministeriofamiliar@hotmail.com

EL NIÑO DEL CRUCE

Se llamaba Juan José Ferrer. Vivía en el barrio de Villaverde, Madrid, España. Era alegre y vivaz, y siempre estaba con amigos. Pero un día desapareció de la casa. Lo buscaron por todas partes, pero fue imposible hallarlo.

Un año después un amigo suyo, Jesús Fuentes, confesó espontáneamente el delito. Él había estrangulado a Juan José «por gusto», en el kilómetro 6 de la carretera a Andalucía. Las crónicas españolas recuerdan a la víctima como «El niño del cruce». ¿La edad de cada uno? Diez años la víctima, y trece el homicida.

Casos como éste, hasta hace pocos años, ocurrían sólo entre adultos. Pero ahora son niños los que llenan las páginas de los periódicos con las crónicas rojas.

A Jesús Fuentes, por ser la última persona con quien Juan José había sido visto vivo, lo interrogaron innumerables veces. Pero ni detectives, ni maestros, ni psicólogos ni clérigos lograron hacerlo hablar. Casi un año después, espontáneamente, confesó todo y llevó a las autoridades al lugar donde había enterrado al amiguito. Lo increíble del caso no deja de ser que el homicida sólo tenía trece años de edad, y la víctima apenas diez.

¿Qué está pasando con nuestra niñez? Hay que decirlo. Es como un culto a la violencia, un desprecio por la vida, incitada, según el criterio de muchos, por esa influencia nefasta del cine y la televisión.

«El niño del cruce» podría representar a la sociedad sobre la línea de demarcación entre el temor de Dios y la total rebeldía de la raza humana.

Es imposible creer que pueda haber tanto desprecio por la vida humana sin que la sociedad sienta el golpe de conciencia. ¿Cómo es que el hombre —en este caso, el niño— puede engañar, robar, estafar y matar sin sentir el más mínimo remordimiento? ¿Qué de nuestra conciencia? ¿Dónde está el sentido de humanidad? ¿Acaso todos nos hemos vuelto animales? ¿Qué le está pasando a la raza humana?

Es que el hombre ha hecho caso omiso de Dios, y al no reconocer la soberanía divina cada uno se constituye en su propio dios. El resultado es una anarquía devastadora que destruye al individuo y a la sociedad. No puede haber sensatez mientras no se reconozca la autoridad de Dios en la vida humana.

Ya es hora de que sometamos nuestra voluntad al señorío de Cristo. No habrá paz, ni equilibrio ni cordura en el mundo hasta que Él sea Señor de la vida humana. Permitamos que esa paz comience en nuestro corazón. Sometamos hoy mismo nuestra vida a Cristo.

Hermano Pablo.

COMO MANTENER EL BARCO A FLOTE

Un día en una visita al capitán del barco, sonó una alarma estridente, seguida por extraños ruidos como de algo que rechinaba y chocaba ruidosamente debajo del puente.

«Son nuestros compartimentos herméticos que se cierran», explicó el capitán. «Es una parte importante de nuestros ejercicios de seguridad.

En caso de un verdadero problema, el agua que se filtra en un compartimiento no afecta al resto del barco. Aun al chocar con un témpano de hielo, como el Titanic, el agua sólo penetraría en el compartimiento roto. Sin embargo, el barco seguiría a flote».

Cuando habló a los estudiantes de Yale, Osler recordó la descripción que el capitán hizo del barco:

Cada uno de ustedes es una organización más maravillosa que ese gran trasatlántico, y han emprendido un viaje mucho más largo.

Les exhorto a que aprendan a tener bajo sujeción su vida y a vivir cada día en un compartimiento hermético para ese día.

Esto garantizará su seguridad en todo el viaje de la vida. Toquen un botón y escuchen, en todo ámbito de su vida, las puertas de hierro que dejan fuera el pasado, los días de ayer que ya han muerto.

Toquen otro botón y cierren, con una pared metálica, el futuro, los mañanas que aún no nacen. Así estarán a salvo; a salvo por ese día.

No piensen en la cantidad que hay que lograr, ni en las dificultades que hay que vencer, sino empéñense seriamente en la tarea menuda que tienen a la mano, y dejen que sea suficiente para el día; porque nuestro claro deber no es ver lo que apenas se ve en la distancia, sino hacer lo que tenemos al alcance de la mano.

Muchos barcos personales están sozobrando hoy porque no aprendieron a cerrar el compartimento de abajo. Aprendamos la lección para mantener flotando el barco de nuestra existencia.

«No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6.34).

Echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:7

HOY..NO BUSCARE MI PROPIO LUGAR

“ Entonces se le acerco la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo, El le dijo: Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”.Mateo 20:20,21.
Mi mayor inconveniente y problema no está fuera de mí, sino dentro de mí. Cada día ese mayor problema se quiere sublevar y exigir derechos y buscar el primer lugar. Ese mayor inconveniente soy yo mismo. Mi ego quiero el primer lugar, el primer reconocimiento y la primera bendición. Hoy no quiero tomar ese sendero, porque aunque parece satisfactorio en el primer instante, a la larga me deja una nota amarga en el gusto de mi propio corazón. No quiero mi propio lugar, sino el lugar que merece el Señor y el lugar que le corresponde a otros.
Hoy necesito el tratamiento del Señor cada vez que mi ego quiera exigir su lugar por encima de la voluntad del Señor y el lugar de otros. El tratamiento del Señor es lo único que sujeta y coloca mi ego en el lugar correcto, porque Soy como Jacobo y Juan.
Señor, yo me comparo con otras personas en función de lo que pueden hacer por mí, cómo pueden adelantar mi programa: alimentar mi ego, satisfacer mis necesidades y darme ventaja estratégica. Yo exploto a la gente, manifiestamente por tu causa, pero realmente, a favor de la mía. Señor, yo acudo a ti para conseguir el camino interno y obtener favores especiales: tu dirección para mis programas, tu poder para mis proyectos, tu aprobación para mis ambiciones, tu cheque en blanco para lo que yo quiero.
Soy como Jacobo y Juan y por ello necesito tu tratamiento.
La miseria más grande de un ser humano comienza cuando buscamos nuestro propio lugar, nuestra propia ventaja y nuestra propia aprobación. Hoy, es un día muy especial, porque al hacer la voluntad de Dios y servirle a él, dejando a un lado todo aspecto mezquino y egoísta, entonces la vida adquiere otro sentido, el sentido de la obediencia, de la voluntad del Padre y la satisfacción de los otros. De egoísmos esta lleno el mundo, pero ese mismo mundo esta sediento de humildad, amor y genuino compañerismo.
Hoy ya no quiero ser como Jacobo y Juan, sino como tu quieres que yo sea, Señor. Amén.

NUESTROS PADRES

¿Quiénes nos brindaron la posibilidad de que nosotros, como parte de la humanidad, pudiésemos caminar por esta Tierra? ¿Quién nos permitió nacer?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos bañaron y vistieron y alimentaron y apagaron nuestra sed? ¿Quiénes cuidaron de nosotros en enfermedad y quiénes nos atendieron hasta que recobramos la salud? ¿Quiénes nos enriquecieron?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos ayudaron a atravesar esos años de crecimiento? ¿Quiénes calmaron nuestros temores y secaron nuestras lágrimas y nos animaron a seguir adelante? ¿Quiénes dijeron: bien hecho?
¡Nuestros padres!
¿Quiénes nos vieron casar y tener nuestras familias? ¿Quiénes tomaron a sus nietos sobre sus rodillas para mostrarles su amor? ¿Quiénes les ayudaron a crecer?
¡Nuestros padres!
¿Y a quiénes hacemos eco en la canción de la vida? ¿La sinfonía de amor de quiénes transmitimos? ¿El gozoso refrán de quiénes sostiene nuestras almas?
¡Nuestros padres!
Doreen (Adams) Ellis, copyright 1978Es un hecho que nuestro deber es honrar y reconocer el trabajo de nuestros padres. La Biblia asi lo dice, es un mandamiento con Promesa.
¡Reconoce, honra y agradece a tus padres como nunca antes lo has hecho!.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. Exódo 20:12
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa),para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra. Efesios 6:1-3

LA DEUDA DEL LIDERAZGO

Lectura: Salmo 86.
"Salva Tú, oh Dios mío, a Tu siervo que en Ti confía" Salmo 86:2
Examina las palabras del Salmo 86, y podrías olvidar que estás leyendo las reflexiones de un buen líder. El rey David oró: "Inclina, oh Jehová, tu oído y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso" (v. 1). Luego el rey de Israel hace referencia a sí mismo como un "siervo" y suplica misericordia. ¡Piensa en ello! Este era el hombre a quien Dios había elegido para que guiara a Su pueblo, y estaba suplicando la ayuda de Dios. ¡Vaya!.Al pensar en el papel de los líderes -ya sea siglos atrás o en la actualidad- es vital que revisemos lo que significa el liderazgo. Según el hombre de negocios y autor Max De Pree, cuyo liderazgo llevó a su compañía hasta situarla en los primeros lugares de las 500 compañías más exitosas de la Revista Fortune: "La primera responsabilidad de un líder es definir la realidad. La última es decir gracias. Entre ambas, el líder debe convertirse en un siervo y en un deudor. Eso resume el progreso de un líder ingenioso". Esas dos palabras, siervo y deudor, describen la opinión que David tenía de sí mismo al pedirle a Dios que le ayudara durante su época de liderazgo.Todos los que estamos en una posición de liderazgo -ya sea al frente de una familia, una iglesia, un salón de clases o un negocio- necesitamos las humildes palabras del Salmo 86 como nuestra guía. El siervo-líder "afligido y menesteroso" (v. 1) que confía en Dios es aquel que, al final, puede decir, tal y como lo hizo David: "Porque Tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste" (v. 7).
Los únicos líderes calificados para guiar son los que han aprendido a servir.