lunes, 10 de enero de 2011

HECHOS 13:47

EL OJO QUE NUNCA DUERME

Primero transfirió una suma relativamente pequeña, de cien dólares. Luego, al ver lo fácil que fue hacerlo, simplemente endosó un cheque y transfirió doscientos dólares más. La transferencia la hacía de la cuenta de la compañía donde trabajaba a su propia cuenta bancaria. Fue así como en dos años Tomasa González transfirió fraudulentamente casi un millón cien dólares a su cuenta personal.

Lo curioso de este caso es que Tomasa González era una empleada de confianza de la Agencia de Detectives Pinkerton, de California, especialista en investigar fraudes, robos, estafas y malversaciones. El lema de la firma era: «El ojo que nunca duerme». Pero con respecto a Tomasa González, ese ojo se durmió.

Lo cierto es que no hay nada humano que sea totalmente perfecto. La Agencia de Detectives Pinkerton tenía 141 años de existencia. Contaba con los mejores detectives privados y un equipo electrónico de primera. Investigaba a todo el mundo, es decir, a todo el mundo menos a sus propios empleados. «El ojo que nunca duerme» por lo menos en esa ocasión se durmió.

Así mismo el mejor perro guardián puede quedarse dormido y dejar pasar al ladrón. La mejor alarma contra ladrones puede dejar de funcionar cuando más falta hace. El mejor policía puede despreocuparse en su auto y no escuchar el llamado de auxilio. Y el mejor farero puede descuidarse y no vigilar la costa como debe.

Los griegos se imaginaron a Morfeo, dios del sueño, como un joven simpático, de suaves maneras y una voz seductora que adormecía. Tal parece que Morfeo es uno de los dioses más activos del mundo actual.

Sin embargo, hay un ojo que nunca duerme. Un ojo que vigila constantemente. Un ojo que, día y noche, se pasea por toda la tierra, y que todo lo penetra, todo lo ve, todo lo conoce y todo lo juzga. Es el ojo de Dios.

Es tanto lo que ve el ojo de Dios que hasta conoce nuestros pensamientos antes de que éstos se conviertan en hechos. Conoce las intenciones de nuestro corazón antes de que produzcan sus maldades. Nadie se libra de ese ojo. Nadie escapa jamás a su visión. Nadie puede esconderse de su mirada.

Gracias a Dios, Él no nos condena a pesar de conocer todas nuestras intenciones. Es nuestro pecado mismo lo que nos condena. Dios conoce todos nuestros hechos y todos nuestros planes, y sin embargo no quiere condenarnos sino salvarnos. Él no desea castigarnos sino perdonarnos. Busquémoslo con confianza. Él nos espera con los brazos abiertos. Si lo buscamos de corazón, Él nos perdonará y nos salvará.

Hermano Pablo

DIOS AMA LOS ADVERBIOS

Lectura: Colosenses 3:8-17.
"Mas nosotros tenemos la mente de Cristo" 1 Corintios 2:16
De manera sabia, los puritanos procuraban vincular todas las áreas de la vida con Dios, su fuente, para unir ambos mundos, en vez de dividirlos en sagrado y secular. Tenían un dicho: «Dios ama los adverbios y no le preocupa si es bueno, sino si está bien hecho». Los adverbios califican los verbos, las palabras que indican acciones y actividades. Este proverbio implica que al Señor le importa más la actitud con que vivimos que los resultados en sí.
Agradar al Señor no significa que debamos estar ocupados en una nueva serie de actividades «espirituales». Como decían los puritanos, ya sea limpiando zapatos o predicando sermones, poniendo herraduras a los caballos o traduciendo la Biblia, toda actividad humana puede constituir una ofrenda a Dios.
Pasamos mucho tiempo envueltos en actividades mundanas. «Mas nosotros tenemos la mente de Cristo», nos recuerda Pablo (1 Corintios 2:16). Esta verdad debe guiarnos en todo lo que hacemos: cuidar a un padre anciano, ir limpiando detrás de un hijo, sentarse en el patio con un vecino, lidiar con las quejas de un cliente, completar las planillas de un paciente en una sala de enfermería, quedar atrapado en un embotellamiento de tránsito, aserrar madera, presentar informes, ir a comprar alimentos…
Se necesitan la fe y la mente del Señor Jesús para reconocer aspectos de trascendencia eterna aun en las tareas más comunes.
El mundo premia al éxito; ¡Dios premia la fidelidad!