jueves, 26 de junio de 2008

¿ PORQUE LA GENTE SE GRITA ?

.Un día un sabio preguntó a sus discípulos lo siguiente:- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos momentos:- Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos
- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? - preguntó una vez más ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.
Finalmente él explicó: - Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego preguntó: - ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
Continuó: - Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Luego el sabio concluyó: Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
Proverbios 15:1 “La respuesta suave quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.

¿ES HORA DE HORAR ?

Lectura: Filipenses 4:1-7
. . . en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. --Filipenses 4:6.
Cuando la gente pasa por pruebas, por lo general recurre a la oración sólo como último recurso. Conocí a un hombre que estaba librando una valiente batalla contra el cáncer. A medida que la gente observaba el efecto gradual que tenía sobre su cuerpo y estilo de vida, alguien dijo: «Bueno, ya han probado todo lo demás. Supongo que es hora de empezar a orar.»
Otro hombre estaba pasando por un momento sumamente difícil en su trabajo. Era una crisis de grandes proporciones que tenía nefastas implicaciones para él y el futuro de su compañía. Él no podía resolverla. Finalmente dijo: «He probado todo lo que sé para superar esta situación y nada ha dado resultado. Es hora de empezar a orar.»
En ambos casos, la oración fue vista como un esfuerzo desesperado por resolver el problema. Sólo después de que todas las demás opciones fueron eliminadas se decidió la persona a orar. Fue como «agarrarse de un clavo ardiendo».
En vez de orar como último recurso, esa debería ser una de las primeras cosas que hagamos. El Señor contesta la oración y quiere que vayamos a Él continuamente con todas nuestras necesidades (1 Tesalonicenses 5:17). La Biblia nos dice: «Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración . . . sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios» (Filipenses 4:6).
Así que no esperes. Siempre es hora de orar.
LA ORACIÓN DEBERÍA SER NUESTRA PRIMERA RESPUESTA, NO EL ÚLTIMO RECURSO.