jueves, 7 de octubre de 2010

SE PUEDE

Habían dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación, Cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.

El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron:

¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas!!!! .

En ese instante apareció un anciano y dijo: “Yo sé cómo lo hizo”.

¿Cómo ?, le preguntaron.

Y el anciano contestó: “No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer.”

En este mundo donde se nos limita y dice “no le perdones”, “no lo merece”, “no puedes hacerlo”, “ya no lo intentes”, debemos recordar que tenemos un Creador que todo lo puede y nos da la certeza de que no importa si es un rencor, se puede perdonar; Si es un dolor, se puede sanar; Si es un problema, se puede solucionar.

Por eso en este día recordemos que todo es posible… para el que tiene fe.

Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”

CABRAS PARA JESUS

Lectura: 1 Juan 3:16-20.
"El que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" 1 Juan 3:17
Cuando Dave y Joy Mueller sintieron que Dios los instaba a mudarse a Sudán como misioneros, todo lo que sabían es que iban a ayudar a construir un hospital en ese país arrasado por la guerra. ¿Cómo podían saber que habría cabras en su futuro?
Joy comenzó a trabajar con las mujeres y descubrió que muchas de ellas eran viudas por causa de la devastadora guerra civil y que no tenían manera de ganarse la vida. Así que, tuvo una idea. Si pudiera entregarle tan sólo una cabra preñada a una mujer, esta tendría leche y una fuente de ingresos. A fin de mantener el programa activo, la mujer le devolvería el cabrito recién nacido a Joy, pero todos los demás productos provenientes de la cabra se utilizarían para apoyar a la familia de la mujer. El cabrito finalmente iría a otra familia. El regalo de las cabras dadas en el nombre de Jesús cambió las vidas de numerosas mujeres sudanesas, y abrió la puerta para que Joy compartiera el evangelio.
¿Qué tienes tú en vez de aquellas cabras? ¿Qué puedes dar u ofrecer? ¿Tal vez llevarle en tu automóvil? ¿Ofrecerte a trabajar en su jardín? ¿Proveerle de algún recurso material?
Como creyentes en Cristo, debemos ocuparnos de las necesidades de los demás (1 Juan 3:17). Nuestros actos de amor revelan que Jesús vive en nuestros corazones; por ello, darles a aquellos que tienen necesidad puede ayudarnos a compartir con otros acerca de Él.
Dios nos da todo lo que necesitamos; así que, ayudemos a otros en su necesidad.