domingo, 16 de marzo de 2008

EL REY Y EL MAGO

Un día el rey invito al mago más famoso y sabio de la región para comer pero antes le dijo quiero que me digas qué becerro voy a matar mañana para comer, tu que todo adivinas, adivina cuál animal mataré mañana, el negro o el blanco a lo que el dijo: el blanco.-Bueno vamos a ver, se despidieron y cuando este se fue el rey llamo a su cocinero y le dijo que matara al animal negro, para dejar en ridículo al sabio mago.

Al otro día se reunieron para comer y después de la comida el rey pregunto ¿Qué animal maté? A lo que el mago respondió: -Al blanco. Y el rey llamando a su cocinero le pregunto: -a qué animal mataste dile aquí a nuestro huésped. El cocinero respondió:
-Al blanco.
-No te dije que mataras al negro? si mi rey pero el negro se escapo.
Lo que tiene que pasar pasará. No le pidamos a DIOS que no hayan dificultades en nuestra vida, sino que El este a nuestro lado en medio de esas dificultades pues con ÉL somos más que VENCEDORES.

¡SE BUSCA!

Lectura: Lucas 19:29-40
Porque el Señor lo necesita. -Lucas 19:34
A medida que Jesús se aproximaba a Jerusalén por última vez, envió a dos discípulos a la ciudad para que Le trajeran un burro. Les dijo: «Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? Le responderéis así: Porque el Señor lo necesita» (Lc. 19:31).
Al aproximarnos a los años de nuestro ocaso, puede que nos preguntemos: «¿Todavía le podré ser útil a Dios? ¿Existe algún servicio que pueda prestar que llene mis días de manera significativa? ¿Me necesitarán?»
¡Por supuesto que sí! Dios te necesi-ta tanto como necesitó al burro para que Le llevara por las calles de Jerusalén. Él siempre ha necesitado algo o a alguien para llevar a cabo Su obra. Todavía tiene trabajo útil para ti.
Tal vez tu trabajo sea una sola y breve tarea, como aquel único servicio del burro. O puede que se trate de alguna actividad que ocupe tus años totalmente hasta que tu Maestro te llame al hogar. Puede que se trate de una oportunidad para compartir tu fe con alguien, para interceder por él, o para amarle por medio de actos silenciosos de misericordia, visitas amistosas, o para darle alguna pequeña muestra de cortesía. Siempre tendrás algo para hacer.
Mientras tanto, tú y yo debemos mantenernos firmes y esperando, preparándonos por medio de la oración, la lectura bíblica, y escuchando en silencio, listos para el momento cuando nuestro Señor nos necesite.
¿Estarás listo cuando Él te necesite?
DIOS TIENE TRABAJO PARA TODOS SUS HIJOS, SIN IMPORTTAR SU EDAD O CAPACIDAD.

GLENN CUNNINGHAM

En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado. En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.Pero el valiente niño no quería morir. De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.Una vez más el valiente niño tomó una decisión.Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.Finalmente, le dieron de alta.Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada. No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!Josué 1:9“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”