jueves, 28 de agosto de 2008

HOY.. RECUEDO QUE HE SIDO COMPRADO POR ALTO PRECIO

“ Sabiendo que fuistéis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteís de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” I Ped 1:18-19
Cuando permanezco al pie de la cruz veo manos , pies y costado de Jesús destilando su sangre carmesí. Es una fuente preciosa capaz de limpiar, lavar y perdonar asi como reparar las áreas destruidas de mi vida. A través de su sangre preciosa yo fui reconciliado con Dios.
Hoy, necesito recordar que el precio pagado por mi ha sido muy alto. La sangre preciosa del cordero y por ello necesito vivir en el mismo valor pagado por mi. La sangre de Cristo es preciosa por que su poder es capaz de limpiar todo mi pasado. “Aunque mis pecados sean como escarlata, ellos serán blancos como la nieve.” Mediante la sangre de Jesús no hay mancha que ha quedado sobre ninguno creyente, ninguna arruga ni ninguno resto de mi vida pasada.
Hoy, mi corazón está nuevamente agradecido al Señor por haber pagado tan alto precio por mi. mediante su sangre él me ha hecho limpio, quitando las manchas de iniquidad abundante, y permitiendo que yo permanezca aceptado en el amado, a pesar de las muchas maneras en queyo me he rebelado contra mi Dios. La sangre de Cristo es asimismo “preciosa” en su poder preservador. Hoy estoy a salvo del ángel destructor porque estoy debajo de la sangre preciosa.A veces no entiendo todo el poder contenido en la sangre de Jesús, pero cuando el ojo de la fe se opaca, el ojo de Dios es el mismo. La sangre de Cristo es “preciosa” también en su influencia santificadora. La misma sangre que justifica echando lejos de mi el pecado después toma la acción,de acelerar la naturaleza nueva y conducirme por encima del pecado y obedecer los mandamientos de Dios.
No hay móvil para la santidad tan grande como la que fluye desde las venas de Jesús. Y esta preciosa sangre tiene poder vencedor, por que escrito está y “Ellos le han vencido mediante la sangre del Cordero.” Ante la sangre de Jesús! el pecado muere en su presencia, la muerte cesa de ser muerte: las puertas de cielo se abren. Oh, preciosa sangre..gran precio pagado por mi.

“ Señor. Gracias por el precio que has pagado por este pobre pecador. Tu amor ha sido y es tan grande. Jamás me abandonas y en tu sangre no solo encuentro perdon, justificación y santificación sino también victoria contra el mal. Ese precio es muy grande así como tu eres grande. Amén.

LA CASCARA DE HUEVO

“¡Te odio, Alicia!”, le gritó Tom. “¡Más nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!”
“¡Eh, que dices!”, llamó el abuelo, que venía por el pasillo. “¿De qué se trata toda esta gritería?”
“Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice”, gritó Alicia desde su habitación. “¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vaya a entrar en mi habitación!”, terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí.
“¡Silencio!”, ordenó el abuelo. Les hizo señas de que les siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
“¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!”, le dijo el abuelo. Los niños se preguntaban dónde se dirigía el abuelo con todo esto, pero Alicia obedeció.
“¡Ahora, tú, pon el huevo de regreso dentro de la cáscara. Por favor, en la misma forma en que estaba antes!”, le dijo el abuelo a Tom.
Tom frunció el ceño. “¿Qué quieres decir?”, le preguntó. “Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto”.
“¿Igual que Humpty Dumpty, no?”, dijo el abuelo con una risita. Entonces se puso serio. “El punto es que hay otra cosa como Humpty Dumpty, algo que NO puede ser arreglado fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como componer un huevo”.
Ambos niños se sintieron mal. “Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras”, les advirtió el abuelo. “Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras. Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que se desaparezcan”.
“Lo siento”, Tom le dijo a su hermana.
“Sí, … bueno,… yo también”, contestó Alicia. “Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas”.
¿Qué tal Tú?¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? Aun cuando te disculpas, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste. Pídele a Dios que te ayude a controlar tu lengua.

Efesios 4:29No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.

MAS QUE DESEAR

Lectura: Mateo 6:5-15
. . . vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis. --Mateo 6:8.
Cuando era niño, a C. S. Lewis le gustaba leer los libros de E. Nesbit, sobre todo Five Children and It [Cinco niños y ello]. En este libro, un grupo de hermanos y hermanas descubren, un día de fiesta de verano, un hada de arena que les concede un deseo todos los días. Sin embargo, cada uno de los deseos trae a los niños más problemas que felicidad porque no pueden prever los resultados de obtener todo lo que piden.
La Biblia nos dice que presentemos nuestras peticiones a Dios (Filipenses 4:6). Pero la oración es mucho más que decir a Dios lo que queremos que haga por nosotros. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar comenzó recordándoles: "Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis" (Mateo 6:8).
Lo que conocemos como "El Padrenuestro" trata más acerca de vivir en una creciente y confiada relación con nuestro Padre celestial que acerca de obtener lo que queremos de Él. A medida que crece nuestra fe, nuestras oraciones se vuelven menos una lista de deseos y más una conversación íntima con el Señor.
Hacia el final de su vida, C. S. Lewis escribió: "Si Dios hubiera contestado todas las oraciones tontas que he hecho en mi vida, ¿dónde debería estar ahora?"
La oración es colocarnos en la presencia de Dios para recibir de Él lo que en verdad necesitamos. NUESTRO MAYOR PRIVILEGIO ES HABLAR CON DIOS; NUESTRO MÁS ALTO DEBER ES ESCUCHARLE.