sábado, 7 de enero de 2012

ACTITUD

Hace mucho tiempo, una joven China llamada Lee se casó y fue a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lee fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron y Lee y su suegra cada vez discutían más y peleaban.

De acuerdo con una antigua tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Lee, no soportando más vivir con la suegra, decidió tomar una decisión y visitar a un amigo de su padre.

Después de oirla, él tomó un paquete de hierbas y le dijo: "No deberás usarlas de una sola vez para liberarte de tu suegra, porque ello causaría sospechas.

Debes darle varias hierbas que irán lentamente envenenando a tu suegra. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda, tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones".

Lee respondió: "Si, Sr. Huang, haré todo lo que usted me pida". Lee quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas y cada dos días, Lee servía una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre.

Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada. Lee había controlado su temperamento y casi nunca aborrecía a su suegra. En esos meses, no había tenido ni una discusión con ella, que ahora parecía mucho más amable y mas fácil de lidiar con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.

Un día Lee fue nuevamente donde el Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di".

El Sr. Huang sonrió y señaló con la cabeza: "Sra. Lee, no tiene por que preocuparse. Su suegra no ha cambiado, la que cambió fue usted. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".

En la China existe un adagio que dice: "La persona que ama a los otros, también será amada". La mayor parte de las veces recibiremos de las otras personas lo que les damos y por eso ten cuidado!!!

Acuérdate siempre: "El plantar es opcional, pero la cosecha es obligatoria, por eso ten cuidado con lo que plantas"

Gálatas 6:7 "No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará."


FUERA DELCIIRCULO FAMIAR

Lectura: Juan 19:25-30.
"Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran" Romanos 12:15
Cuando Jesús vio a Su madre desde la cruz, el corazón se le conmovió por ella. Sabía que su dolor era más profundo que el de cualquier otra persona que estaba allí, y le prestó especial atención.
El dolor de los padres cuando ven a un hijo o a una hija sufrir y morir casi no puede describirse. He visto esto una y otra vez al tener que servir y ayudar a padres afligidos. Sufro con ellos, pero, al mismo tiempo, sé que mi dolor no se compara con lo que sentiría si la persona que estuviera sufriendo y muriendo fuera mi hijo, hija nieto.
Esto a veces me perturba. Aunque deseo ser una persona que se interesa auténticamente por los demás y quiero "llorar con los que lloran", también doy cuenta de que mi aflicción no es tan profunda como la de los miembros de la familia afectada. Pero el estar fuera del círculo familiar no me da excusa para que no me importe lo que les sucede.
Dios quiere que compartamos las tristezas de los demás (Romanos 12:15). En vez de ignorar su dolor, debemos tener parte en ello por medio de una oración ferviente, palabras amables y obras de amor.
Gracias a Dios por los lazos familiares. Es natural experimentar una profunda sensación de pérdida cuando alguien cercano a nosotros muere, pero también debemos buscar maneras de identificarnos con las tristezas de aquellos que están sufriendo.
Compasión significa que dos corazones llevan una misma carga.