“Y el que de vosotros quiera ser el primero deberá ser el siervo de los demás” Marcos 10:44
Soy el número uno, el más grande, el más fuerte, el más bonito o el que más se defiende. Estos son los titulares que día a día se leen en los periódicos . Esos anuncios reclaman la supremacía y todos parecen que quieren ser los ganadores. En contraste directo se encuentran las palabras de Jesús.
Él nos pide que no busquemos ser el número uno sino el último, el que sirve. Jesús es el más grande, Dios hecho carne y nuestro Mesías, pero entró en la historia de la humanidad como un siervo. El Presidente Kennedy dijo: “ No pregunte que es lo que el país puede hacer por usted, sino más bien que puedes hacer tú, por el país. Jesús hubiera agregado: No preguntes que es lo que los demás harán por usted, sino que puedes hacer tu por los demás.
Hoy quiero abrir esa puerta para que los demás pasen con tranquilidad. Hoy quiero dejar pasar el auto que viene tocando corneta detrás de mi, y lo quiero hacer con un buen espíritu.
Hoy tendré muchas oportunidades para demostrar ese espíritu de servicio en mi casa con aquellos que viven conmigo. En el trabajo con mis compañeros. Cada momento tendré puertas que se presentan para abrirlas para otros.
En el supermercado podré darle la oportunidad al que tiene menos artículos que pagar. En este mundo tendré muchas oportunidades para ejercer el servicio que se me ha encomendado.
Ya me cansé de la carrera para ser número uno y quiero comenzar a seguir las pisadas del Maestro. Hoy quiero tomar el lebrillo y la toalla para lavar los pies de los demás.
Ejemplo vivo tengo en el maestro quién se ha entregado por mi. Satisfacción muy grande llenará mi alma, porque fui diseñado para servir y caminar en la vida dándome a los demás. Jamás el egoísmo ha podido llenar la vida humana, siempre la deja con un gran vacío.
Señor, Gracias por darme la oportunidad de servirte y de servir a los demás. Hoy quiero acercarme al necesitado para servir por tu amor. Amén.
Soy el número uno, el más grande, el más fuerte, el más bonito o el que más se defiende. Estos son los titulares que día a día se leen en los periódicos . Esos anuncios reclaman la supremacía y todos parecen que quieren ser los ganadores. En contraste directo se encuentran las palabras de Jesús.
Él nos pide que no busquemos ser el número uno sino el último, el que sirve. Jesús es el más grande, Dios hecho carne y nuestro Mesías, pero entró en la historia de la humanidad como un siervo. El Presidente Kennedy dijo: “ No pregunte que es lo que el país puede hacer por usted, sino más bien que puedes hacer tú, por el país. Jesús hubiera agregado: No preguntes que es lo que los demás harán por usted, sino que puedes hacer tu por los demás.
Hoy quiero abrir esa puerta para que los demás pasen con tranquilidad. Hoy quiero dejar pasar el auto que viene tocando corneta detrás de mi, y lo quiero hacer con un buen espíritu.
Hoy tendré muchas oportunidades para demostrar ese espíritu de servicio en mi casa con aquellos que viven conmigo. En el trabajo con mis compañeros. Cada momento tendré puertas que se presentan para abrirlas para otros.
En el supermercado podré darle la oportunidad al que tiene menos artículos que pagar. En este mundo tendré muchas oportunidades para ejercer el servicio que se me ha encomendado.
Ya me cansé de la carrera para ser número uno y quiero comenzar a seguir las pisadas del Maestro. Hoy quiero tomar el lebrillo y la toalla para lavar los pies de los demás.
Ejemplo vivo tengo en el maestro quién se ha entregado por mi. Satisfacción muy grande llenará mi alma, porque fui diseñado para servir y caminar en la vida dándome a los demás. Jamás el egoísmo ha podido llenar la vida humana, siempre la deja con un gran vacío.
Señor, Gracias por darme la oportunidad de servirte y de servir a los demás. Hoy quiero acercarme al necesitado para servir por tu amor. Amén.