sábado, 14 de marzo de 2009

HOY..PODRE ADQUIRIR PAZ Y CELO PARA LA PERFECCION


“Procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo. Por medio de la paz que une a todos” Efesios 4:3
Hoy podré disfrutar de mucha paz si no me intereso mucho en lo que otros dicen o hacen, ya que cuando me preocupa lo que otros dicen quizás de mi, o hacen contra mi, tiendo a perder la paz.Benditos son los simples de corazón porque ellos disfrutaran de paz en abundancia. Como se perfeccionaron algunos santos que se entregaron a la contemplación? Pues, ellos trataron de mortificar sus deseos carnales y mantener la paz hasta que encontraron que fueron capaces de unirse a si mismos a Dios con todo su corazón y fueron libremente concentrados en Dios en sus pensamientos íntimos.
Se que yo ocupo mucho tiempo en mis propios antojos personales y dedico realmente poco tiempo en las cosas de arriba, por ellos es que a veces me cuesta conquistar terreno frente a un deseo carnal y por ello a veces no me siento inflamado con el deseo de mejorar día a día, pero hoy es un buen día para mantener la paz y el celo de perfeccionarme.
Hoy no quiero permanecer frío o indiferente. Hoy quiero negarme a mis deseos carnales y no quiero permitir distracciones que lleguen a mi mente y así poder apreciar las cosas divinas y experimentar la contemplación celestial.
Hoy se que el más grande obstáculo o quizás el único obstáculo en mi vida es el de no ser liberado de las pasiones o lujurias y por ello trato de buscar la manera de ser perfecto como el Señor quiere, pero Dios esta a mi lado para ayudarme en esa liberación.
Se que cuando encuentro una dificultad entonces trato de desanimarme o desalentarme. El Señor quiere extender en este día una vez más su mano para fortalecerme. La ayuda del Señor desde el cielo nuevamente vendrá a socorrerme, lo que él quiere es que yo mantenga la paz y el celo de ser perfecto.
Mi fervor y mi progreso espiritual debe aumentar día a día. Es duro romper hábitos viejos, pero más duro es ir contra la voluntad perfecta de Dios, quién quiere hacernos perfectos como él es perfecto. Hoy quiero anhelar la perfección que en Cristo puedo hallar.

Señor , hoy quiero buscar tu ayuda porque nuevamente quiero acercarme a ti. Solo tu puedes ayudarme a vencer mis malos hábitos y llevarme a la perfección. Amén.

EL NILO AZUL Y EL NILO BLANCO

EL Nilo Azul es un río de corriente muy rápida que obtiene mucha de su energía de las montañas por las que desciende. Transporta hacia el lejano delta del Nilo mucha de la riqueza del suelo lodoso que atraviesa.
Se junta con el Nilo Blanco, un río mucho más lento que atraviesa las llanuras. El Nilo Blanco es un río claro en comparación con el Azul.
Una vez que se unen en el mismo lecho del río, mantienen sus rangos distintivos por muchísimos kilómetros. Desde el aire, se pueden apreciar las aguas lodosas del Nilo Azul y las aguas claras del Nilo Blanco. Están separados, aunque unidos. No obstante, mientras más tiempo compartan el mismo lecho del río, más se entremezclan sus corrientes hasta que los dos ríos se convierten en un curso de agua potente y lleno de vida.
Cuando los tiempos difíciles golpeen el matrimonio o surjan desacuerdos, tomen la decisión de trabajar juntos, antes que permitir que los hagan pedazos por lo que quizá sean situaciones temporales o diferenciales con solución. ¡Decidan fluir juntos!
No todo en el matrimonio es soleado,pero dos personas pueden compartirun paraguas si están bien juntas.
Eclesiastés 4:11Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?

ALZANDO LAS MANOS

Lectura: Romanos 8:18-27
El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. —Romanos 8:26
Veo a niños que alzan sus manos hacia sus madres, ansiosos por captar su atención. Me recuerda mis propios esfuerzos por llegar a Dios en oración.
La iglesia primitiva declaró que la obra de los ancianos es amar y orar. De estos dos, me parece que amar es lo más difícil y orar es lo más confuso. Mi debilidad radica en no saber exactamente por qué debo orar. ¿Debo orar para que los demás sean librados de sus tribulaciones —o para que dichas tribulaciones desaparezcan? ¿O debo orar pidiendo valentía para continuar en medio de las dificultades que les acosan?
Encuentro consuelo en las palabras de Pablo: «Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad» (Romanos 8:26). Aquí el apóstol usa un verbo que significa «ayudar uniéndose en una actividad o esfuerzo». El Espíritu de Dios se une al nuestro cuando oramos. Él intercede por nosotros «con gemidos indecibles». Él se conmueve con nuestras tribulaciones; a menudo suspira mientras ora. Se preocupa profundamente por nosotros —más de lo que nos preocupamos por nosotros mismos. Más aún, ora «conforme a la voluntad de Dios» (v. 27). Sabe cuáles son las palabras correctas que hay que decir.
Por lo tanto, no tengo que preocuparme por formular mi petición a la perfección. Sólo tengo que tener sed de Dios y alzar mis manos, sabiendo que a Él Le importa.
Al orar, es mejor tener un corazón sin palabras que palabras sin corazón.