sábado, 11 de octubre de 2008

YA NO PUEDO MAS

1 Reyes 19: 4 “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”
En la vida hay momentos en los que hacemos grandes cosas delante de Dios, esos momentos son tan especiales porque sientes como el respaldo de Dios ha estado contigo, claro, si después de matar a cuatrocientos cincuenta profetas de baal, ¿Cómo no has de sentirte respaldado por Dios?

Pero aun después de esas enormes victorias, vienen a nuestra vida momentos de soledad, momentos en los cuales nos menospreciamos a nosotros mismos. Momentos en los que desfallecemos.

Pareciera ilógico pensar que después de hacer un milagro para una viuda, orar para que lloviera, comprobar que Jehová Dios era el verdadero a través de consumir con fuego un altar lleno de agua y matar a cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, alguien se puede sentir sin fuerzas. Pero es la realidad muchas veces de nuestra vida.

Amigo mío, posiblemente tu estés pasando por momentos de soledad ministerial, que después de ser usado tremendamente por Dios, ahora te sientes derribado, sientes que no eres mejor que los demás. Pareciera que todo lo que Dios ha hecho en tu vida, en este momento no tiene un sentido.
Pues quiero decirte que Dios jamás te ha abandonado, que la debilidad humana te lleva a pensar que estas solo, que la falta de comunicación con tu Padre de a alejando de ser sensible a su presencia.

Quiero decirte que Dios es tan lindo que aun cuando te menosprecies y desees morir, el te buscara para alimentarte y darte descanso para que recobres tus fuerzas.

“Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.
Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios” (v. 5-8)

Es lindo ver como el Ángel de Jehová estaba ahí para fortalecerlo y animarlo, así mismo Dios no dejara morir a sus siervos, El estará ahí mostrándose como el Dios que levanta muertos y los hace mejor de lo que ellos mismo pensaron que podrían llegar a ser.

Elías tuvo el privilegio de no experimentar la muerte física, puesto que fue arrebatado al cielo por un torbellino de fuego.

Tu también puedes tener el privilegio de no experimentar la muerte física, si te mantienes fiel a Dios esperando su venida. ¿Imaginate que el viniera hoy? Que lindo seria ser levantados por nuestro Salvador en los cielos.

Recuerda, aun en los momentos que crees que estas solo, ahí estaré dice el Señor.

LABELLEZA DE UN CARACTER FUERTE

Hace muchos años atrás, nació un niño en Rusia que se veía a sí mismo tan feo que estaba seguro que no habría felicidad para él en la vida. Lamentaba el hecho de poseer una nariz grande, labios gruesos, pequeños ojos grises y grandes manos y pies. Su fealdad lo había afectado tanto que le pidió a Dios que hiciese un milagro y lo transformase e un hombre apuesto. Hizo la promesa que si Dios le concedía eso, él le daría todo lo que poseía ahora y lo que iría a poseer en el futuro.
Ese muchacho ruso era León Tolstói, uno de los escritores más famosos del mundo del siglo veinte, renombrado por su gloriosa La Guerra y la Paz.
Tolstói admite en una de sus libros que con el correr de los años ha descubierto que la belleza de la apariencia física que una vez persiguió, no era la única belleza de la vida. Por cierto que no era la mejor belleza. En su lugar, Tolstói comenzó a considerar que la belleza de un carácter fuerte era considerada a los ojos de Dios como el bien más apreciado.
Actualmente hay muchas personas que gastan enormes sumas de dinero en su apariencia física. El carácter, por el contrario, no es cuestión de dinero ni de apariencia. Es cuestión de hacer lo que está bien sin mirar el dinero y de defender lo justo sin mirar las apariencias.
Su carácter se define por lo que es cuando está solo.
Proverbios 11:3La integridad de los rectos los guiará.

EL REGALO DE LA GRACIA

LEA: Mateo 22:34-39
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios. -Efesios 2:8
Una mujer me contó que, cuando era niña, a sus vecinitos no se les permitía jugar con ella porque la niña no iba a la iglesia. Más tarde, cuando se hizo cristiana y se lo contó a su mamá, ésta le respondió, «no vas a comenzar a actuar como que eres mejor que todos nosotros, ¿cierto?». Esa mamá había recibido de sus vecinos la impresión equivocada de lo que era ser cristianos.
Es bueno estar vigilantes en cuanto a las influencias en las vidas de nuestros hijos, pero no a expensas de compartir el amor de Dios con nuestros vecinos. Las palabras de Jesús en Mateo 5:14-16 nos lo recuerdan: «Vosotros sois la luz del mundo? Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».
Puede que sintamos una tensión entre vivir una vida santa y «apartada» (2 Co. 6:17) y el gran mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mt. 22:39). Pero estos dos conceptos no están realmente en conflicto. Una parte esencial en la vida de obediencia a Dios es mostrar preocupación y amor por los perdidos.
Ya que no hicimos nada por merecer la salvación, no tenemos nada de qué alardear. Pablo escribió, «porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Ef. 2:8-9). ¡Comparte este regalo de la gracia con los demás!