"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,… son las que Dios ha preparado para los que le aman" 1 Corintios 2:9
¿Cuál será uno de los gozos supremos del cielo?
Joni Eareckson Tada, quien quedó discapacitada siendo una adolescente en un accidente al zambullirse en un lago, ha sido parapléjica por más de 40 años. Podríamos pensar que su mayor anhelo sería poder caminar, incluso correr, libre del confinamiento de su silla de ruedas.
Pero Joni nos dice que su mayor deseo es ofrecer una «alabanza que sea pura». Ella explica: «No quedaré inválida a causa de las distracciones, ni quedaré discapacitada por la falta de sinceridad. No quedaré impedida por un corazón tibio y aburrido. Mi corazón se unirá al tuyo y rebosará con efervescente adoración. Finalmente podremos tener comunión plena con el Padre y el Hijo. Para mí, ésta será la mejor parte del cielo».
¡Cuánto le habla eso a mi corazón dividido, y cómo cautiva a mi espíritu carente de visión! ¡Qué bendición ofrecer «una alabanza que es pura» sin pensamientos divagantes, sin pedidos egocéntricos, sin la incapacidad de poder remontarme sobre mi lenguaje limitado a la tierra!
En el cielo, «no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán» (Apocalipsis 22:3). Que la perspectiva del cielo nos haga capaces de experimentar, incluso aquí y ahora, un adelanto de esa adoración glorificadora a Dios.
Ver a Jesús será el gozo más grande del cielo.