Cómo empiezan las guerras
Un niño preguntó a su papá: -Papá, ¿cómo empiezan las guerras?
El padre, por no decir que no lo sabía, contestó:
-Bueno, pues… verás. Tomemos como ejemplo la Primera Guerra Mundial. Todo empezó porque Alemania invadió Bélgica.
Aquí le interrumpió su esposa:
-Di la verdad. Empezó porque alguien mató a un príncipe.
El padre, con aire de superioridad, gritó:
-Bueno, aquí, ¿quién contesta la pregunta, tú o yo?
La esposa se lo quedó mirando y con aires de reina ofendida, salió dando un portazo que hizo temblar los cristales de toda la casa. Siguió un silencio embarazoso, después de lo cual el padre reanudó el relato. Pero el muchacho le cortó, diciendo:
-No te molestes, papá; ahora ya sé cómo empiezan las guerras.
“Sufriéndoos los unos a los otros, y perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó …”. Colosen. 3.13
martes, 24 de junio de 2008
UN POQUITO MAS AMABLE
Lectura: Efesios 4:25-32
. . . se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad. --Tito 3:4.
Aldous Huxley (1894-1963), uno de los principales intelectuales del mundo, estaba visitando a Houston Smith, un profesor reconocido de filosofía y religión. Mientras conducían para acudir a una cita, Huxley dijo: «¿Sabes qué Houston? Es bastante embarazoso haber pasado toda una vida ponderando la condición humana y . . . descubrir que en realidad no tengo nada más profundo que decir que: "Trata de ser un poquito más amable."»
El apóstol Pablo veía la amabilidad bajo una luz distinta. En Efesios 4:32 relacionó el ser amable, misericordioso y perdonador con la manera en que Dios nos ha tratado. En Tito 3:4 dijo que fue «la bondad y el amor de Dios» los que proporcionaron la vida eterna.
En un mundo adonde la dureza y la indiferencia egoísta son tan comunes, la amabilidad puede hacer que nuestras vidas sean fructíferas cuando están motivadas por el amor cristiano. Cuando nuestro andar armonice con nuestras palabras de testimonio, causarán un impacto en los demás señalándolos a la clase de amor que Dios siente por ellos en Jesucristo. Si Huxley hubiera aprendido lo que había aprendido Pablo, habría visto que tratar de ser un poquito más amable es una de las verdades más profundas de todas.
¿Qué nos motiva a tratar? No hay mejor razón que el amor de Dios como nos lo mostró por medio de Jesús.
AMABILIDAD ES TRATAR A LOS DEMÁS DE LA MANERA EN QUE DIOS TE TRATA A TI.
. . . se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad. --Tito 3:4.
Aldous Huxley (1894-1963), uno de los principales intelectuales del mundo, estaba visitando a Houston Smith, un profesor reconocido de filosofía y religión. Mientras conducían para acudir a una cita, Huxley dijo: «¿Sabes qué Houston? Es bastante embarazoso haber pasado toda una vida ponderando la condición humana y . . . descubrir que en realidad no tengo nada más profundo que decir que: "Trata de ser un poquito más amable."»
El apóstol Pablo veía la amabilidad bajo una luz distinta. En Efesios 4:32 relacionó el ser amable, misericordioso y perdonador con la manera en que Dios nos ha tratado. En Tito 3:4 dijo que fue «la bondad y el amor de Dios» los que proporcionaron la vida eterna.
En un mundo adonde la dureza y la indiferencia egoísta son tan comunes, la amabilidad puede hacer que nuestras vidas sean fructíferas cuando están motivadas por el amor cristiano. Cuando nuestro andar armonice con nuestras palabras de testimonio, causarán un impacto en los demás señalándolos a la clase de amor que Dios siente por ellos en Jesucristo. Si Huxley hubiera aprendido lo que había aprendido Pablo, habría visto que tratar de ser un poquito más amable es una de las verdades más profundas de todas.
¿Qué nos motiva a tratar? No hay mejor razón que el amor de Dios como nos lo mostró por medio de Jesús.
AMABILIDAD ES TRATAR A LOS DEMÁS DE LA MANERA EN QUE DIOS TE TRATA A TI.
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