domingo, 13 de noviembre de 2011

APUNTA ALTO


"… perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros" 2 Corintios 13:11

Cuando mi hija y su familia vinieron a visitarnos, tuve la oportunidad de invitar a una salida de «hombres» a mi hijo y a mis dos yernos.Decidimos que, mientras las mujeres iban de compras, nosotros iríamos a un polígono de tiro a practicar disparos al blanco. Rentamos dos pistolas y apuntamos a los objetivos. Mientras tirábamos, los cuatros nos dimos cuenta de que, en una de las armas, la mira estaba colocada demasiado baja. Si apuntábamos con esa mira, pegábamos en la parte inferior del blanco. Para dar cerca del centro, debíamos apuntar más arriba.¿La vida no se parece un poco a eso? Si ponemos la mira muy abajo, no logramos todo lo que podríamos. A veces, debemos apuntar alto para alcanzar una meta deseada.¿Cuál debería ser nuestro objetivo en la vida? ¿A qué altura tendrían que apuntar nuestras ambiciones? Bien, como las Escrituras son nuestra guía verdadera, a lo único que debemos apuntar es a la madurez espiritual. En efecto, cuando Pablo se despedía de la gente de Corinto, dijo: «… perfeccionaos…» (2 Corintios 13:11). Y Jesús también expresa con Sus labios el elevado objetivo de estas palabras: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mateo 5:48).La perfección es un blanco excelente, y en esta vida no lograremos alcanzarla, pero si queremos honrar a Dios y acercarnos a esa meta sublime, debemos apuntar alto.

El milagro de la conversión se produce en un instante; madurar lleva toda la vida.

UN GRAN HOMBRE

Es la primera vez que escribo sobre nosotros los hombres..., hombres que siempre nos caracterizamos por ser el sexo fuerte, aunque muchas veces, caemos por debilidad. Un día, mi hermana lloraba en su habitación... Con mucha nostalgia, observe que mi padre se le acercó... y le preguntó el motivo de su tristeza...los escuché hablando por horas, pero hubo una frase tan especial que dijo mi padre esa tarde, que hasta el día de hoy, 8 años más tarde..., la recuerdo cada mañana y me llena de fuerza... Mi padre acariciándole el rostro, le dijo: "Hija mía, enamórate de un Gran Hombre y no volverás a llorar"... Me pregunté tantas veces, cuál era la fórmula exacta para llegar a ser ese gran hombre y no dejarme vencer por las pequeñeces... Conforme pasan los años... descubrimos que si tan solo todos los hombres, lucháramos por ser grandes de espíritu, grandes de alma y grandes de corazón... ¡el mundo sería completamente distinto!. Aprendí que un Gran Hombre... no es aquel que compra todo lo que desea, pues habemos tantos que hemos comprado hasta el cariño y el respeto de quienes nos rodean... Mi padre le decía.. No busques a un hombre que solo hable de sí mismo, sin preocuparse por ti... Ni a aquel que se pase las horas halagando sus propios logros... No te aferres a un hombre que te critique y te diga lo mal que te ves... o lo mucho que deberías cambiar... ¿Para qué quieres a un hombre que te abandonará si no cambias, por un cabello más claro?, ¿Por unos ojos de otro color?, ¿o por un cuerpo más esbelto?... si no supo admirar la verdadera belleza que hay en tí. Cuántas veces me dejé llevar por la superficialidad de las cosas..., haciendo a un lado a quienes realmente me entregaban su sinceridad e integridad... Me costó trabajo comprender que GRAN HOMBRE no es el que llega más alto, ni el que tiene más dinero, casa, carro, ni el que vive rodeado de mujeres, ni mucho menos el más guapo... Un verdadero y gran hombre... es aquel ser humano lleno de transparencia, que no oculta sus verdaderos sentimientos ni se refugia en vicios y cortinas de humo, es el que abre su corazón sin rechazar la realidad, es quien admira a una mujer por sus cimientos morales y grandeza interior... Un Gran Hombre, es el que camina de frente, sin bajar la mirada, es aquel que no miente, y sabe llorar su dolor... Hoy mi hermana esta felizmente casada, y ese Gran Hombre con quien se casó... no era ni el más popular, ni el más perseguido, ni el más solicitado, ni mucho menos el más adinerado... Ese Gran Hombre es quien simplemente nunca la hizo llorar..., es quien la hace sonreír por lo mucho que han logrado juntos, por todos sus recuerdos, por cada alegría que comparten y por esos hijos que llenan sus vidas... Ese Gran Hombre, ama tanto a mi hermana que no se cansa de besar sus manos, y mucho menos sus labios... La quiere por quien ella es... y por lo que son cuando están juntos... Se lo mando a mis "amigos hombres"... para que hagan crecer a ese GRAN HOMBRE que llevan dentro... y a mis "amigas mujeres" para que sepan elegir a ese GRAN HOMBRE que Dios tiene ya destinado para ustedes.