sábado, 29 de mayo de 2010

TESTIGOS

Lectura: Hechos 1:1-11.
"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… hasta lo último de la tierra" Hechos 1:8
Cuando se juzga un caso en algún tribunal penal, los testigos brindan información vital en cuanto a un posible crimen. Ser un testigo significa decirle al tribunal la verdad acerca de lo que se sabe.
Así como el sistema de justicia penal depende fuertemente de los testigos, Jesús usa a testigos osados, fieles y en los que se puede confiar para que difundan Su Palabra y construyan Su iglesia.
Antes de que Jesús ascendiera al cielo con Su Padre, les dio a Sus discípulos un mandamiento final: lanzar una campaña de testimonio mundial. El Espíritu Santo vendría a ellos y les daría poder sobrenatural para ser Sus testigos en todo el mundo (Hechos 1:8).
Jesús llamó a estos primeros apóstoles para que fueran al mundo donde las personas no sabían de Él y relatasen la historia veraz de lo que habían visto, escuchado y experimentado (Hechos 4:19-20). Ya que habían presenciado Su vida perfecta, Sus enseñanzas, Su sufrimiento, Su muerte, Su sepultura y Su resurrección (Lucas 24:48; Hechos 1–5), habían de salir y dar un testimonio sincero acerca de Él.
Al llevar el Evangelio a los confines del mundo, somos llamados a dar testimonio de la verdad acerca de Jesucristo y de cómo Él ha cambiado nuestras vidas. «¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?» (Romanos 10:14). ¿Qué estás haciendo para decirles a los demás?
Dios nos ha dejado en el mundo para que demos testimonio.