miércoles, 7 de mayo de 2008

BOBBY: CUANDO NO PUEDES SER FUERTE POR TI MISMO

Cómo médico dedicado al cuidado de los niños, tengo la fortuna de experimentar a diario la extraordinaria energía, fortaleza y fe de los físicamente más frágiles entre nosotros. Uno de tales casos tiene que ver con Bobby, un niño de cinco años a quien le habían diagnosticado leucemia cuando apenas tenía cuatro.
El cáncer de Bobby había sido controlado, ya no padecía de esta enfermedad, y había venido al hospital para someterse a una serie de pruebas.
Bobby tenía ojos de un azul muy intenso y una tímida sonrisa que a primera vista no revelaba la sabiduría que había adquirido durante ese año de lucha contra el cáncer. Él había perdido todo el cabello como consecuencia de la quimioterapia, que muchas veces lo dejaba nauseabundo y sin ganas de comer. Había pasado por numerosos procedimientos y tratamientos dolorosos y este día no era la excepción.
Sabía exactamente lo que le esperaba, ya había pasado por lo mismo antes. Le expliqué lo que íbamos a hacer, y por qué, y la importancia de que permaneciera muy quieto. Bobby me aseguró que no se movería, y me prometió que las enfermeras y tecnólogos que lo atendían no iban a tener que sujetarlo a la camilla.
Antes de empezar, Bobby preguntó:
- Dr. Brown, ¿está bien si recito el salmo 23 mientras me pincha?
- Por supuestos, me parece bien -le dije y comenzamos nuestra labor.
Bobby recetó bellamente, sin derramar ninguna lágrima ni moverse. El procedimiento se realizó sin contratiempos. Bobby, con su tierna sabiduría, trataba de tranquilizarme:
- Dr. Brown, eso realmente no me dolió mucho.
Todos sabíamos que sí le había dolido. Entonces Bobby me tomó por sorpresa cuando preguntó:
- ¿ Dr. Brown, se sabe usted el salmo 23?
- Claro que sí, respondí.
- ¿ Puede decirlo de memoria como yo ? -se dirigió a mí, mostrándose un poco dubitativo.
- Vaya, no estoy seguro, pero creo que puedo hacerlo -le dije, al percatarme de que no tenía escapatoria.
- Entonces recítelo en frente de todos -señaló Bobby.
Comencé a pronunciar el salmo equivocándome en cada verso. Mi interpretación fue bastante pobre comparada con la de Bobby, y eso que yo no tenía ninguna aguja clavada en la espalda. Me di cuenta que todos los profesionales de delantal blanco que estaban en la sala trataban de escabullirse por miedo a ser los próximos invitados a recitar, una posibilidad mucho más aterradora que la de actuar ante un gran auditorio.
El encantador y calvo Bobby nos dijo a todos:
- Saben, ustedes deberían aprenderse el salmo 23 de memoria, porque cuando uno lo recita en voz alta, Dios te escucha y reconforta tu corazón todas las veces que no puedes ser fuerte por ti mismo.
…Puesto que el reino de Dios pertenece a aquéllos que depositan su confianza en él.Salmo 23
El Señor es mi pastor nada mi faltará…
Tomado de: Sopa de pollo para el alma del cristiano.

EL PRECIO DE LA COMIDA

Lectura: Isaías 55
¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia?. . . --Isaías 55:2.
En una ciudad de Utah se vio a un colibrí presionando el pico contra la «flor» roja más grande de la ciudad. Nadie sabe exactamente cuánto tiempo le tomó darse cuenta de que ¡no se puede sacar néctar de un semáforo!
La revista National Wildlife también contó acerca de un halcón de cola roja en Carolina del Norte que fue visto abalanzándose sobre un gato en un intento de llevárselo. El gato peleó con tanta furia, que el halcón apenas pudo salvar su vida.
Este tipo de locura no es típico de las aves. Todos sabemos lo que es emplear tiempo alimentando el alma con comida que no satisface. A veces solamente quedamos vacíos, mientras que otras, casi somos consumidos por las cosas que perseguimos. Es por eso que son tan pertinentes las palabras del Señor en Isaías 55. Él pregunta: «¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia?»
Dios no nos deja simplemente con la pregunta, sino que prosigue para asegurarnos que el deseo más profundo de nuestro corazón puede ser satisfecho. . . únicamente en Él (vv.1-7). Cuando uno se alimenta de misericordia y no de venganza, de verdad y no de falsedad, de paz y no de conflicto, encuentra la paz. Es por eso que debemos escoger a Cristo en vez de a la religión, y la Biblia en lugar de la tradición. Cuando nos alimentemos de lo correcto, descubriremos que el Señor es bueno (v.2).
HAY UN ANHELO EN TODO CORAZÓN QUE SÓLO CRISTO PUEDE SATISFACER.